OnlyFans: la ¡®uberizaci¨®n¡¯ del porno
En 2020, la red social pas¨® de 20 millones de usuarios a 120. Menos del 1% de ellos sube sus fotos y v¨ªdeos, generalmente er¨®ticos y sexuales. El resto mira. Y paga. Es una de las plataformas que han roto los esquemas del porno. Un negocio que suscita dudas en un mundo precario para los j¨®venes. ?Es una puerta de entrada a la explotaci¨®n sexual?
Arantxa, de 23 a?os, estudi¨® un grado superior de Fotograf¨ªa e Ilustraci¨®n. Hasta hace a?o y medio trabajaba en producci¨®n, organizando sesiones de fotos. Ahora vive de los desnudos suyos que cuelga en internet. Del contenido er¨®tico y sexual (v¨ªdeos y fotos) que elabora en su casa en Parla, a las afueras de Madrid, y retransmite online. ¡°Soy streamer de porno¡±, describe su trabajo. En el ¨²ltimo a?o se ha convertido en una estrella de OnlyFans (OF), una red social exclusiva para adultos creada en 2016 y poco conocida hasta la pandemia.
La plataforma est¨¢ formada por canales privados, accesibles solo bajo suscripci¨®n, en los que una persona emite contenido. Como si fuese un servicio de streaming, los fans abonan mensualmente una cantidad estipulada por el streamer: de un pu?ado de d¨®lares ¡ªla divisa de la red son los d¨®lares estadounidenses¡ª hasta los 15 o 20. Dinero a cambio de intimidad. En esos canales prima el contenido pornogr¨¢fico. Durante la pandemia, OF ha multiplicado por seis sus adeptos: si a finales de 2019 rozaba los 20 millones de usuarios, un a?o despu¨¦s la empresa superaba los 120 millones.
Enseguida lo visualic¨¦ como una oportunidad laboral seria; Un trabajo cuyo objetivo es excitar a los dem¨¢sArantxa, de 23 a?os, productora
Arantxa tambi¨¦n vivi¨® ese boom en su perfil. Antes de empezar en la red compaginaba el trabajo de asistente de foto con otros encargos, como los posados para desnudos art¨ªsticos. ¡°Pens¨¦ en aprovechar ese material para sacar algo de pasta¡±, recuerda. Se estren¨® en octubre de 2019 con el nombre de Ultra Babee (el resto de sus datos personales ha sido alterado por petici¨®n de la entrevistada). El primer d¨ªa de emisi¨®n fue una sorpresa: ¡°Factur¨¦ 1.000 d¨®lares [unos 820 euros]¡±, recuerda Arantxa, que hab¨ªa calculado sacarse unos cientos de euros mensualmente. La red se queda el 20% de los ingresos generados por sus streamers. ¡°Enseguida lo visualic¨¦ como una oportunidad laboral seria; un trabajo cuyo objetivo es excitar a los dem¨¢s¡±, describe. La suscripci¨®n a su canal cuesta 10 d¨®lares (algo m¨¢s de 8 euros) al mes. Arranc¨® con 1.000 seguidores; ya supera los 20.000. ¡°Aunque yo no lo sab¨ªa, hab¨ªa mucha gente esperando ese contenido¡±, explica.
OF reparte una media de 200 millones de euros mensuales entre sus creadores, seg¨²n datos que la compa?¨ªa public¨® a principios de 2021. Desde la empresa insisten en que la plataforma acoge todo tipo de contenido ¡ªa menudo citan a celebrities como Cardi B o Bella Thorne con la intenci¨®n de reafirmarse¡ª, pero la realidad es tozuda: el sexo domina. Aunque existen otras redes que funcionan de manera similar ¡ªPatreon, Manyvids, JustForFans¡¡ª, OF es la m¨¢s concurrida. ¡°Generas contenidos, generas beneficios¡±, resume Arantxa, que no desvela lo que gana al mes. Manuel Reyes, de 29 a?os y anfitri¨®n de otro perfil con cierto ¨¦xito en la Red (solo en Instagram supera los 100.000 seguidores), est¨¢ especializado en contenido gay. Calcula que obtiene entre 2.000 y 2.500 euros mensuales. ¡°Hay meses m¨¢s buenos y otros m¨¢s malos¡±, avisa, ¡°hay mucha competencia¡±.
El consejero delegado de OF, Tim Stokely, define el modelo como una ¡°revoluci¨®n¡± de las relaciones entre creadores de contenidos y seguidores. Otras voces hablan de la uberizaci¨®n del porno. Es decir, la desaparici¨®n de los intermediarios. Un concepto que en la mayor¨ªa de casos (Airbnb, Uber, Glovo¡) produce convulsiones en el ¨¢mbito al que afecta. ¡°Cuando empezamos, hab¨ªa un mont¨®n de gente haciendo contenido maravilloso gratuitamente. Hab¨ªa una manera clara de aprovecharlo: con el bot¨®n de pago¡±, explicaba Stokely el pasado marzo en la revista GQ. Celebraba haber llegado al mill¨®n de creadores. Parecen pocos ¡ªrepresentan menos de un 1% de los suscritos¡ª, pero son suficientes: todos los dem¨¢s miran y, sobre todo, pagan.
M¨¢s all¨¢ de mostrar su cuerpo desnudo, Arantxa explica la filosof¨ªa que aplica en su canal: ¡°Quiero que haya una calidad, un cuidado¡±. Aprovecha su experiencia fotogr¨¢fica para iluminar perfectamente su pubis en una foto que sube acompa?ada del siguiente mensaje: ¡°Espero que disfrutes estar aqu¨ª conmigo¡±. Tambi¨¦n piensa el encuadre para los v¨ªdeos en los que aparece practicando sexo con su pareja. Para verlos enteros hay que realizar un pago extra. Actualmente, ambos viven de lo que genera el canal. ?l dej¨® el trabajo hace unos meses para apoyarla: ¡°Me hace fotos y participa como invitado. Pero la protagonista soy yo¡±. Tambi¨¦n cree que es importante publicar con regularidad y material de calidad: ¡°Dedico al canal entre seis y ocho horas al d¨ªa. Y no es solo sexo, sino m¨¢s bien intimidad. Lo que muestro de m¨ª es verdad: soy yo recortada por m¨ª misma¡±. La joven cree que el mejor contenido es la relaci¨®n que establece con sus fans: ¡°Es una f¨®rmula buena para que la gente te ame¡±. Tambi¨¦n para que no se borren al mes siguiente.
Este fen¨®meno evidencia la grave crisis de intimidad que sufre la sociedadRosa Cobo, soci¨®loga, experta en prostituci¨®n y pornograf¨ªa
Para la soci¨®loga Rosa Cobo, experta en prostituci¨®n y pornograf¨ªa, ¡°este fen¨®meno evidencia la grave crisis de intimidad que sufre la sociedad¡±. Todo comenz¨® con las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram¡) y su estrategia de ofrecer cari?o digital en forma de like a cambio de que mostr¨¢semos nuestras vidas sin pudor. Las apps sexuales no solo ense?aron a sus usuarios a hacerse desnudos y v¨ªdeos, sino tambi¨¦n a enviarlos de manera alegre y despreocupada a desconocidos. Si el sexting (suma de sex, sexo, y texting, enviar mensajes de texto) era com¨²n antes de la pandemia, tras esta se volvi¨® cotidiano. ¡°En este ecosistema, dar el salto a OF no es dif¨ªcil¡±, apunta Cobo. ¡°Pasar al porno es muy f¨¢cil. Y el porno siempre ha tenido v¨ªnculos con la prostituci¨®n¡±.
Amaranta Hank ha trabajado como actriz porno. Tiene 28 a?os, naci¨® en C¨²cuta (Colombia) y vive en Argentina. Estudi¨® Periodismo y ahora cursa Psicolog¨ªa. Dej¨® el ¡°porno mainstream¡± hace dos a?os, asustada por un peque?o brote de VIH entre actores del gremio. Empez¨® en OF y con el ¡°modelaje webcam¡±: emisiones en directo de v¨ªdeos eroticosexuales. Habla de OF como un espacio de ¡°empoderamiento¡±. ¡°Hay feminismos que quieren abolir esto porque dicen que las mujeres nos vendemos como mercader¨ªa. Yo creo que esto nos ha convertido en feministas sin saberlo¡±, defiende Hank. Para ella, el ¨¢mbito virtual le genera m¨¢s seguridad que el anal¨®gico. ¡°La pornograf¨ªa es mejor que la calle. Y esto es mejor que el porno, donde te puedes encontrar con productoras que te dicen que te llevan de viaje a rodar unas escenas y acaban excedi¨¦ndose y explot¨¢ndote¡±, resume. La lista de excesos va desde la demanda de servicios sexuales hasta el consumo de drogas en una fiesta: ¡°En OF, si un usuario se pone pesado o pide cosas que no quieres hacer, lo bloqueas y ya est¨¢. Soy yo la que decide sobre mi cuerpo. Dejo de ser un objeto sexual. Ah¨ª est¨¢ mi fuerza¡±.
¡°Esa premisa se da de bruces con la idea de empoderamiento¡±, replica la soci¨®loga Cobo. ¡°La explotaci¨®n no se disuelve si yo la consiento. Es una idea que responde a la l¨®gica de legitimaci¨®n del capitalismo. Discursos que blanquean, en este caso el porno y la prostituci¨®n, en un intento de despolitizar ambos conceptos. La finalidad ¨²ltima es presentarlos en sociedad como unas pr¨¢cticas radicalmente libres y aceptables cuando se trata de una manera m¨¢s de mercantilizar la sexualidad¡±.
No hay duda de que la tecnolog¨ªa, en este caso la irrupci¨®n del modelo de suscripci¨®n, ha afectado de lleno a la industria del sexo. ¡°Dibujan una nueva deriva del sistema¡±, concluye Llu¨ªs Ballester, doctor en Sociolog¨ªa, experto en juventud y prostituci¨®n y profesor en la Universitat de les Illes Balears. Para ¨¦l es una manera de ¡°sofisticar el propio sistema prostitucional¡±, ya que estas redes frivolizan con la prostituci¨®n y se convierten en ¡°puertas de acceso¡± a la misma: ¡°Crean cat¨¢logos de cuerpos, mayoritariamente femeninos, listos para ser consumidos; son como el Amazon del sexo¡±.
¡°Muchas redes sociales han descubierto que los espacios con m¨¢s seguimiento son justamente los de contenido sexual¡±, contin¨²a el soci¨®logo. Es com¨²n que los creadores de OF anuncien en las redes las novedades que cuelgan o que promocionen su cuenta como una especie de escaparate. ¡°Lo anuncio en Twitter y en Instagram¡±, cuenta Reyes, que empez¨® en OF en 2019. ¡°En Twitter subo tr¨¢ileres de un minuto porque no hay censura; el porno est¨¢ permitido¡±. El contenido er¨®tico es un nicho que ha ido qued¨¢ndose hueco al ir siendo vetado. As¨ª, en Instagram y Facebook el l¨ªmite son los pezones al descubierto; en YouTube hay algunos v¨ªdeos que no pasan el filtro; TikTok regula lo que se publica¡ El porno qued¨® durante mucho tiempo concentrado en Tumblr, pero esta tambi¨¦n lo elimin¨®. ¡°OF ha evolucionado hacia ese nicho promoviendo una hipersexualizaci¨®n y la autoexplotaci¨®n sexual a trav¨¦s de la producci¨®n y distribuci¨®n de im¨¢genes y v¨ªdeos sexualmente expl¨ªcitos¡±, agrega el soci¨®logo Ballester.
La pornograf¨ªa es la descripci¨®n o representaci¨®n de escenas de sexo. Hay ejemplos a lo largo de toda la historia de la humanidad. La m¨¢s antigua, la Venus de Willendorf, una estatuilla paleol¨ªtica de casi 30.000 a?os de antig¨¹edad. Son famosos por sus escenas de sexo los petroglifos de Kangjiashimenji, esculpidos hace m¨¢s de 3.000 a?os en una roca en la regi¨®n de Xinjiang, en el noroeste de China. En Pompeya hay grabados en los que aparecen dos hombres penetr¨¢ndose; y Gustave Courbet con El origen del mundo tension¨® a la sociedad de finales del XIX con su excelsa representaci¨®n de la vulva. Ahora, la provocaci¨®n que buscaba Courbet no tendr¨ªa mucho efecto. Siete de cada 10 menores de entre 13 y 17 a?os consumieron porno el a?o pasado, seg¨²n un informe de Save the Children. Ballester, investigador del grupo J¨®venes e Inclusi¨®n y autor de investigaciones como Estudio sobre la educaci¨®n afectiva y sexual o Prevalencia del abuso sexual en la infancia, alarma sobre la temprana edad de exposici¨®n: ¡°Hay grandes consumidores de porno con 12 a?os. Chavales que se pasan de tres a cuatro horas diarias vi¨¦ndolo. A los 20, su imaginario sexual habr¨¢ pasado por 5.000, 6.000 o 7.000 horas de porno. ?Alguien cree que no les afecta?¡±
De una u otra manera, gracias a la tecnolog¨ªa el porno se ha hecho ubicuo. La revoluci¨®n que vivi¨® el sector en los setenta del siglo pasado, de la mano del VHS, se vio superada ¡ªy arrasada¡ª por la llegada de internet y las webs especializadas. Si la apertura de Pornhub marc¨® un hito, la ruptura de las entidades de pago de Visa y Mastercard con este portal, en diciembre de 2020, le puso fin a una ¨¦poca. Ambas compa?¨ªas, que segu¨ªan la estela de PayPal, anunciaron que dejaban de operar con Pornhub porque albergaba ¡°contenido ilegal¡±. Se refer¨ªan a v¨ªdeos protagonizados por menores, as¨ª como otros que simulan (o no) violaciones. Tanto Visa como Mastercard operan en OF. De hecho, para abrirse un perfil es obligatorio registrar una tarjeta de cr¨¦dito. Sus responsables asocian esta obligatoriedad a la exclusi¨®n de los menores de la red. Adem¨¢s, afirman mantener una estricta pol¨ªtica de vigilancia sobre sus cuentas para suspenderlas si incumpliesen las normas de acceso.
Puede que las redes marquen el comienzo del fin de la pornograf¨ªa tal y como la conoc¨ªamos. ¡°[OnlyFans] le est¨¢ poniendo el pie encima a la est¨¦tica y al discurso de la pornograf¨ªa convencional. Creo que la palabra pornograf¨ªa se est¨¢ disolviendo¡±, resume la ex actriz porno Hank. ¡°Ha dejado de ser solo un v¨ªdeo donde se ve una penetraci¨®n. Esto es un nuevo concepto, una nueva forma de trabajo sexual¡±, agrega. En algunas ocasiones, los creadores de contenido emiten un v¨ªdeo de mayor duraci¨®n ¡ªo morbo, seg¨²n se mire¡ª y cobran un extra por verlo entero. Otras veces, los usuarios dan propinas y en ocasiones realizan peticiones. ¡°Emocionalmente no me gusta aceptarlas. Me siento de otra manera. Prefiero grabar mis cosas¡±, dice Arantxa. Por su parte, Reyes cuenta que ha vendido ropa usada y realizado v¨ªdeos personalizados: ¡°Me han pedido cosas, pero soy bastante discreto con mis fans¡±. ¡°A m¨ª me han pedido una paja por Skype o me han hecho insinuaciones sexuales¡±, cuenta ?scar Sinela. Tiene 32 a?os, es actor (fue Quino en F¨ªsica o Qu¨ªmica) y comenz¨® en la red en agosto de 2020: ¡°La necesidad extrema me ha llevado a esto¡±. Cobra 13 d¨®lares y no tiene muchos seguidores. Los meses buenos gana unos 500 euros. ¡°Solo he tenido dos¡±, matiza, ¡°lo normal es sacarme entre 30 y 50¡±.
La precariedad es para la soci¨®loga Rosa Cobo la base de estos fen¨®menos: ¡°La tasa de paro en gente joven alcanza el 40%. No es un detalle irrelevante¡±. ¡°Como no ense?o el pito, pierdo seguidores¡±, argumenta Sinela que sube im¨¢genes sensuales, pero nunca sexuales: ¡°Cada foto que subo la acompa?o con una frase c¨¦lebre¡±. Afirma que nunca le han pedido servicios sexuales a cambio de ¡°propinas¡±. ¡°Obviamente, es un lugar en el que la gente busca contenido pornogr¨¢fico. Pero porno no es lo mismo que prostituci¨®n¡±, remarca. ¡°Hago esto con orgullo, porque me estoy ganando la vida. Tambi¨¦n te digo: si me sale otro trabajo, no descarto dejarlo¡±. Por su parte, Arantxa est¨¢ abierta a estar en OF ¡°todo lo que pueda durar¡±: ¡°Estoy pensando en montar mi empresa. Antes hac¨ªa ilustraci¨®n y nadie me conoc¨ªa. Ahora tengo un p¨²blico¡±.
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