Rusia, a la ofensiva

Los acontecimientos en Kazajist¨¢n marcan el inicio de una nueva etapa tanto en la pol¨ªtica interior del rico pa¨ªs centroasi¨¢tico como en el ¨¢mbito del espacio pos-sovi¨¦tico. Las nuevas realidades surgen al margen de las inc¨®gnitas existentes sobre las responsabilidades en las revueltas que han sacudido Kazajist¨¢n (seg¨²n la versi¨®n oficial, un ¡°intento de golpe de Estado¡± de ¡°extremistas¡± y ¡°terroristas¡±, coordinado desde el extranjero y nutrido desde el interior del pa¨ªs por la incompetencia y corrupci¨®n de entidades kazajas). Hasta ahora, el presidente de Kazajist¨¢n, Kasim-Yomart Tok¨¢yev, no ha identificado a los l¨ªderes, entidades o pa¨ªses supuestamente instigadores de la agresi¨®n que atribuye al ¡°terrorismo internacional¡±.

En el interior del pa¨ªs, Tok¨¢yev acusa a los ¨®rganos de seguridad de pasividad, deserci¨®n y traici¨®n ante las revueltas y, en consecuencia, ha destituido y encarcelado a Karim Mas¨ªmov, jefe del Comit¨¦ de Seguridad Nacional. Esa entidad, a su vez, era supervisada por el primer presidente de Kazajist¨¢n, Nursult¨¢n Nazarb¨¢yev. El discurso de Tok¨¢yev al Parlamento del 11 de enero expuso la intenci¨®n de aprovechar las revueltas para reformar el sistema fundado por su predecesor, al que sigue familiarmente vinculado. El presidente pidi¨® propuestas para reformar radicalmente el conglomerado de empresas estatales Samruk Kazyna, responsables del grueso del PIB, y conden¨® el ¡°oligopolio¡± y la casta de privilegiados intocables en un sistema de abismales desigualdades y repartos cerrados de la riqueza. Sin nombrarlos, pero de forma clara, aludi¨® a Dinara, hija de Nazarb¨¢yev, y a su esposo Timur Kulib¨¢yev.

En el ¨¢mbito internacional, por primera vez la Organizaci¨®n del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), formada por Rusia y cinco pa¨ªses (Kazajist¨¢n, Kirguizist¨¢n, Tayikist¨¢n, Armenia y Bielorrusia), envi¨® tropas para satisfacer la demanda de auxilio de uno de sus miembros en virtud del tratado que los obliga a prestar ayuda en caso de agresi¨®n contra la seguridad, la estabilidad, la integridad y la soberan¨ªa del pa¨ªs solicitante. La breve operaci¨®n de la OTSC en Kazajist¨¢n permite a Mosc¨² exhibir un mecanismo de intervenci¨®n militar y policial en un momento muy delicado en Asia Central. La retirada de EE UU y sus aliados de Afganist¨¢n ha agudizado el sentimiento de vulnerabilidad de los reg¨ªmenes represivos y clept¨®manos de la zona ante una brecha potencialmente desestabilizadora en sus fronteras. Rusia tiende una mano a l¨ªderes y ciudadanos de los pa¨ªses solicitantes a cambio de un precio, a¨²n por definir, en t¨¦rminos de lealtades y prioridades.

Putin suele usar la expresi¨®n ¡°revoluciones de colores¡± para igualar las supuestas amenazas en los escenarios asi¨¢ticos de la OTSC (terrorismo con rasgos radicales islamistas y delincuencia organizada) y en los europeos (expansionismo de la OTAN). Para Rusia, lo que cuenta es ejercer un papel dirigente en materia de seguridad en ambas dimensiones del entorno pos-sovi¨¦tico y, en cierto modo, resucitar el papel hist¨®rico que la Uni¨®n Sovi¨¦tica tuvo en los pa¨ªses del Pacto de Varsovia durante la Guerra Fr¨ªa.