El virus del aislamiento

?Por qu¨¦ no me pueden abrazar mi marido y mis hijos? ?Por qu¨¦ no puedo tocar a mis amigos ni a mi familia? No tengo miedo. No tengo dolor f¨ªsico. Solo sufro melancol¨ªa. Solo tengo necesidad de tocar al otro. Di positivo en covid-19 hace tres d¨ªas. Mi hijo mayor tambi¨¦n. Pero ¨¦l se fue a confinar con un amigo tambi¨¦n contagiado, as¨ª est¨¢bamos m¨¢s c¨®modos en casa y no ten¨ªamos que rozarnos en la convivencia. ?l est¨¢ feliz, no tiene necesidad de calor, yo s¨ª. Yo s¨ª necesito tocar, necesito abrazar, necesito celebrar, necesito besar. Son ya muchos meses de distancia, de alejamiento, de roce de codos, de mirar raro si eres tan valiente como para dar un beso, algo tan necesario y tan poco valorado estos d¨ªas. Los besos. Los abrazos. Este virus est¨¢ atacando de lleno a la poblaci¨®n mundial. Si, eso es una realidad. Pero este maldito virus adem¨¢s est¨¢ arrebat¨¢ndonos la cercan¨ªa de los cuerpos. Qu¨¦ tristeza tan grande. El virus del aislamiento mental y de los sentidos m¨¢s sensibles.

Bel¨¦n S¨¢nchez Masi¨¢n. Madrid

Una profesi¨®n empa?ada

Como farmac¨¦utico, no deja de resultarme curioso las quejas expresadas por varios compa?eros en diferentes medios de comunicaci¨®n en relaci¨®n con la reciente bajada obligada de precios en los test de ant¨ªgenos. M¨¢s all¨¢ de que una parte de nuestro colectivo (y as¨ª me consta) ha contribuido a la especulaci¨®n generada (especialmente durante la campa?a de Navidad) con estas pruebas r¨¢pidas, debe de recordarse que no han sido obligados por nadie a comprar en su momento cantidades ingentes de test de ant¨ªgenos que ahora deben vender a un precio menor que el que ellos tuvieron que pagar para adquirirlos. Asimismo debe tambi¨¦n recordarse que esta diferencia de precio en cualquier caso es m¨ªnima y en ning¨²n caso comparable a los beneficios obtenidos durante las navidades. La profesi¨®n farmac¨¦utica es demasiado bonita para que se vea empa?ada por estas actitudes.

Jose Peir¨® Rocher. Valencia

De la ilusi¨®n al desencanto

Yo ten¨ªa 25 a?os cuando muri¨® el dictador. Se abr¨ªan tiempos de esperanza en los que, desde el punto de vista pol¨ªtico, incluso la utop¨ªa me parec¨ªa alcanzable. Sin embargo, con el paso del tiempo, y aunque la Espa?a de hoy, afortunadamente, nada tiene que ver con aquella, la situaci¨®n pol¨ªtica se ha ido deteriorando hasta llegar a extremos que nunca hab¨ªa imaginado. La patra?a, la manipulaci¨®n, el insulto, la marruller¨ªa, la mentira y el comentario hiriente se han incorporado al discurso pol¨ªtico (particularmente en el de toda la derecha espa?ola), convirti¨¦ndose en la base de su contenido. Aquella ilusi¨®n primera de la Transici¨®n ha acabado en profundo desencanto.

Enrique Chicote Serna. Arganda del Rey (Madrid)

Eterno Gento

De muy ni?os acud¨ªamos a los bares. A veces nos dejaban ver el f¨²tbol sentados en el suelo delante del televisor, milagro moderno. Ver correr a Gento con la pelota era... una exaltaci¨®n, una emoci¨®n nunca superada por otras. Con su muerte, volvemos a vivir aquellos momentos de esperanza y felicidad. Gracias, eterno Gento.

Jos¨¦ Rivas S¨¢nchez. Almer¨ªa