Eje autoritario
La confluencia de intereses y posiciones entre Pek¨ªn y Mosc¨² representa un retorno a los primeros a?os de la Guerra Fr¨ªa
La inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno de 2022 este viernes en Pek¨ªn carga de sentido al encuentro entre el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, y el chino, Xi Jinping. Los Juegos empiezan en mitad de la crisis de Ucrania y bajo el boicoteo diplom¨¢tico de Estados Unidos, Canad¨¢ o Australia, adem¨¢s de la presencia de un carrusel de gobernantes entre los que destacan el dictador egipcio Abdelfat¨¢ al Sisi, el pr¨ªncipe saud¨ª Mohamed Bin Salm¨¢n y especialmente Vlad¨ªmir Putin, algo as¨ª como la flor y nata mundial del autoritarismo.
China ya ha expresado la solidaridad con las preocupaciones rusas respecto a su seguridad, amenazada seg¨²n el Kremlin por la OTAN y por las aspiraciones ucranias a mantener su soberan¨ªa y su democracia. Aunque China no reconoce la anexi¨®n de Crimea y pretende mantener unas buenas relaciones, especialmente econ¨®micas, con Ucrania, ambas superpotencias est¨¢n interesadas en una eficaz coordinaci¨®n, especialmente militar, frente a la OTAN y a la Uni¨®n Europea.
En caso de severas sanciones econ¨®micas occidentales, a Rusia le interesa contar con la solidaridad china para eludirlas. Para Pek¨ªn, la actual guerra fr¨ªa particular abierta entre Washington y Mosc¨² es un test respecto a sus m¨¢rgenes de acci¨®n en la isla de Taiw¨¢n. Tambi¨¦n constituye un primer experimento a cargo de su vecino ruso sobre el funcionamiento de una econom¨ªa globalizada de doble circulaci¨®n, una teor¨ªa con la que China pretende blindar las cadenas de producci¨®n y suministro estrat¨¦gicas y mantener abiertas las que no afectan a la soberan¨ªa de los pa¨ªses. Y, sobre todo, es una complicaci¨®n sobrevenida para Washington en su pretensi¨®n de concentrarse en la confrontaci¨®n con Pek¨ªn.
Por una iron¨ªa de la historia, el actual presidente ruso ha recuperado tanto el esp¨ªritu nacionalista e imperial de aquel Stalin admirado por Mao como la amistad con un presidente chino al que le une la misma hostilidad a los derechos humanos, las libertades individuales y la democracia. El viaje de Putin no responde solo a motivos circunstanciales. Estos Juegos pretenden ser el escaparate en el que se exhibe la pretendida superioridad de los sistemas autoritarios respecto a las sociedades abiertas. Putin no pod¨ªa faltar.
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