Negacionismo vacunal y trivializaci¨®n del Holocausto
La burda equiparaci¨®n de unas restricciones sanitarias con la persecuci¨®n criminal a los jud¨ªos desfigura su significaci¨®n y la verdadera magnitud del dolor causado por el r¨¦gimen nazi en nombre del pueblo alem¨¢n
Protestan contra un Estado, el alem¨¢n, que les garantiza su derecho a protestar en la v¨ªa p¨²blica, siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones previstas por la ley. Porque, claro, los dem¨¢s tambi¨¦n existen y a lo mejor necesitan la calzada para ir a casa o para dirigirse al trabajo. As¨ª pues, si se incumplen las tales condiciones, no se les permite manifestarse. Entonces ellos se manifiestan igual. Lo llaman paseo. Una muchedumbre de bocas lanza gritos al un¨ªsono contra las normas restrictivas asociadas a la actual pandemia. Aseguran que han coincidido por azar en la misma calle y que no se conocen entre s¨ª. Se sienten, dicen, acosados y perseguidos, tambi¨¦n por la prensa, a la que acusan de mentirosa.
Ahora que se especula en el parlamento y en los medios de comunicaci¨®n alemanes sobre la posibilidad de imponer la vacuna obligatoria, el volumen de la griter¨ªa ha aumentado perceptiblemente. Hace poco, una se?ora exaltada afirm¨® delante de un micr¨®fono que ella ¡°no iba a consentir que le inyectasen ning¨²n caldo¡±. De esta y otras aseveraciones similares se deduce una sostenida propensi¨®n a las met¨¢foras entre los adeptos al negacionismo vacunal.
Su ocurrencia m¨¢s c¨ªnica consiste en colocarse un brazalete que remeda la estrella de David con fondo amarillo, id¨¦ntica a la que los ciudadanos de estirpe jud¨ªa deb¨ªan llevar por fuerza, cosida en parte visible de su indumentaria, por los tiempos del nacionalsocialismo, para m¨¢s se?as a partir de septiembre de 1941. La estrella enmarca una inscripci¨®n: ungeimpft, o sea, no vacunado, en el lugar donde los nazis prescribieron que figurase la palabra jud¨ªo. Los hay que optan por colocarse la estrella en la mascarilla o a modo de estampado en la camiseta. Huelga decir que lo hacen voluntariamente y no obligados con amenaza de terribles castigos por un r¨¦gimen tir¨¢nico.
Estas y otras baratijas similares est¨¢n a la venta en internet, donde tambi¨¦n se ofrecen fotomontajes de la puerta del campo de exterminio de Auschwitz con el lema cambiado. En lugar del tristemente c¨¦lebre Arbeit macht frei (¡°El trabajo hace libre¡±), puede leerse Impfen (¡±vacunarse¡±) macht frei.
Tras comprobar la presencia repetida de la estrella en las manifestaciones contra la vacuna, la polic¨ªa alemana recibi¨® orden de intervenir. Se efectuaron incautaciones del accesorio de tela, fr¨ªvola tergiversaci¨®n de una atrocidad hist¨®rica; llegaron a continuaci¨®n algunas detenciones y ya hay constancia de al menos una sentencia judicial condenatoria. Por fortuna, existen en la Alemania actual mecanismos legales para frenar el antisemitismo, nunca desaparecido del todo. El lado negativo del asunto lo constituye la frecuencia cada vez mayor con que se hace necesaria la aplicaci¨®n de dichos mecanismos.
La burda equiparaci¨®n de unas restricciones de ¨ªndole sanitaria con la persecuci¨®n sistem¨¢tica y criminal a los ciudadanos jud¨ªos durante la ¨¦poca nazi no niega el Holocausto (cosa, por cierto, penalizada en Alemania), pero desfigura su significaci¨®n en inter¨¦s propio, a la par que borra del recuerdo la verdadera magnitud del dolor causado por el r¨¦gimen nazi en nombre del pueblo alem¨¢n. La acci¨®n trivializa el Holocausto, combin¨¢ndolo con ingredientes l¨²dicos, por no decir burlescos.
La ridiculizaci¨®n del mencionado s¨ªmbolo es obra de simpatizantes de la derecha radical y sus aleda?os ideol¨®gicos, con fuerte arraigo en las regiones federadas que anta?o integraron la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. En vano se buscar¨¢ en los ciudadanos que se adornan con la estrella un ¨¢pice de compasi¨®n hacia los jud¨ªos perseguidos y asesinados en Europa por iniciativa de Hitler. M¨¢s bien cunde en sus mentes una convicci¨®n que ya hemos percibido en otros sitios, seg¨²n la cual unas v¨ªctimas se compensan o se neutralizan con otras de distinto signo. Este igualamiento tan simple como perverso parece resultar efectivo, seg¨²n parece deducirse de la frecuencia con que algunos recurren a ¨¦l. Entra dentro del c¨¢lculo de aquellos que tienen facilidad para encontrar v¨ªctimas en las filas de los agresores y se apresuran a hablar de un arreglo de los conflictos que tenga en cuenta ¡°todas las v¨ªctimas¡±.
La usurpaci¨®n de la estrella de David sobre fondo amarillo pretende situar a un mismo nivel de sufrimiento a seis millones de jud¨ªos exterminados y a una minor¨ªa de adversarios de un plan de vacunaci¨®n y de unas medidas restrictivas adoptadas, previo debate y votaci¨®n parlamentaria, por las autoridades de un Estado de derecho. Las campa?as de trivializaci¨®n del Holocausto contribuyen a sacar de la conversaci¨®n privada y exhibirlo en la v¨ªa p¨²blica un odio cada vez menos larvado a la comunidad jud¨ªa. En tal sentido, va para largo tiempo que el Consejo Central de los Jud¨ªos en Alemania traslada de vez en cuando mensajes de alarma a la opini¨®n p¨²blica. Como en tiempos que ingenuamente cre¨ªamos pasados, caminar con la kip¨¢ por las calles de algunas ciudades centroeuropeas vuelve a entra?ar serios riesgos. Los insultos, como m¨ªnimo, est¨¢n garantizados.
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