Frente a Putin: 100 a?os de lucha antifascista
La experiencia del r¨¦gimen de Mussolini propicia algunas reflexiones ¨²tiles para el actual pulso entre democracias y reg¨ªmenes autoritarios
Asistimos en estas horas al asesinato de la democracia ucrania, preparado a sangre fr¨ªa por Vlad¨ªmir Putin y perpetrado con una invasi¨®n b¨¢rbara y justificaciones inanes. Varios expertos han destacado la contradicci¨®n entre el objetivo declarado por Putin de ¡°desnazificar¡± Ucrania y la realidad de una ofensiva que precisamente reproduce el modus operandi hitleriano. La observaci¨®n es acertada. No sabemos hasta donde est¨¢ dispuesto el Kremlin a llevar su reacci¨®n revisionista, pero es bastante razonable pensar que todo esto no se limitar¨¢ a Ucrania y 2022, sino que es un episodio de una gran lucha entre democracias y reg¨ªmenes autoritarios ¨Dcomo Rusia, China o Ir¨¢n¨D que se proyectar¨¢ en un espacio y un tiempo mucho m¨¢s amplios. Una pugna que marcar¨¢ una ¨¦poca, y en la que importar¨¢n tanto las din¨¢micas internacionales como las internas, tanto las evidentes como las menos perceptibles. En ese contexto, hay otra experiencia hist¨®rica que puede ofrecer consideraciones interesantes para este presente oscuro: el fascismo en Italia, de cuyo ascenso al poder se cumple un siglo este a?o.
Hay considerables paralelismos entre la primera fase fascista y el r¨¦gimen de Putin. El ascenso al poder de un l¨ªder fuerte para estabilizar una democracia naciente, fr¨¢gil, incompleta, en crisis. Un l¨ªder que llega a la c¨²spide sustancialmente por cooptaci¨®n de las ¨¦lites, no por asalto armado ¨Den la marcha sobre Roma no se dispar¨® ni un tir¨®, Mussolini fue nombrado jefe del Ejecutivo por el Rey¨D ni tampoco por voto popular. Un l¨ªder que abandera un ideario nacionalista exaltado, un revisionismo hist¨®rico burdamente malintencionado, agitando anhelos imperiales. Un l¨ªder que marca ejemplo, observado en otros pa¨ªses. Que asfixia poco a poco la fr¨¢gil democracia en la que se encumbr¨®, con dirigentes opositores asesinatos (Matteotti, Nemtsov) o encarcelados (Gramsci, Navalni). Que goza durante demasiado tiempo de cierta complacencia internacional. En Rusia se celebra todav¨ªa el ritual electoral, pero es una escenificaci¨®n que no concede estatus de democracia.
Es esta la lecci¨®n del peligro enorme que reside en la disfunci¨®n democr¨¢tica, en el deseo de orden que ella crea, en la disposici¨®n a tolerar peque?as erosiones a los principios, que pueden ser la antesala de un r¨¦gimen autoritario sin contemplaciones. Conviene recordarlo, all¨¢ donde se debilitan las democracias anteponiendo mezquinos intereses partidistas al inter¨¦s colectivo, donde se practica el obstruccionismo enfermizo, se condenan con intensidad diferente hechos inaceptables seg¨²n su procedencia y un largo etc¨¦tera. Son muchas las democracias que sufren deterioros. Las m¨¢s expuestas son las m¨¢s j¨®venes e inmaduras, pero nadie es inmune.
Hay otro paralelismo con la experiencia fascista, esta vez en su ¨²ltima fase: la resistencia partisana. Es posible que, tras una fulminante operaci¨®n victoriosa gracias a la gran superioridad de sus fuerzas, Rusia y sus potenciales t¨ªteres en Ucrania afronten una prolongada guerra de guerrillas. El martes se cumplir¨¢n 100 a?os del nacimiento del escritor que mejor retrat¨® la Resistenza: Beppe Fenoglio. De ¨¦l y su novela Un asunto privado (Ediciones Barataria), Italo Calvino escribi¨®: ¡°Fue el m¨¢s solitario de todos el que logr¨® escribir la novela que todos hab¨ªamos so?ado¡ El libro que nuestra generaci¨®n quer¨ªa hacer, ahora existe [...] En ¨¦l hay la resistencia tal y como era, verdadera como jam¨¢s se hab¨ªa escrito, conservada l¨ªmpidamente por la memoria fiel, y con todos los valores morales, tanto m¨¢s fuertes cuanto m¨¢s impl¨ªcitos, y la conmoci¨®n y la furia¡±.
Leer a Fenoglio, que fue ¨¦l mismo partigiano, primero en una agrupaci¨®n roja, despu¨¦s en una azul, es aprender muchas lecciones de antifascismo. Alrededor de las vicisitudes de sus grandes personajes, los partisanos Johnny y Milton, se radiograf¨ªan importantes paisajes pol¨ªticos y del alma. Destacan los riesgos del espantoso infantilismo de la divisi¨®n y rivalidad entre quienes se oponen al fascismo, de la vacua soberbia de quienes se postulan de aut¨¦nticos antifascistas por encima de los dem¨¢s y, por supuesto, de todos aquellos que no toman partido con claridad. No es y no ser¨¢ nada f¨¢cil afrontar el desaf¨ªo de Putin y otros similares. La respuesta a los dilemas empieza siempre desde los valores morales que Fenoglio retrata y Calvino destaca. De la conmoci¨®n y la furia. De anteponerlos, siempre, a los intereses. Empezando en casa, por el cotidiano funcionamiento de nuestras democracias. El frente empieza ah¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.