Cuando Putin vino a mi casa
Noticias y reportajes sobre el presidente ruso hechos para incitar a hacer clic han aparecido estos d¨ªas por la red social entre cr¨ªticas y comentarios jocosos de los tuiteros
Pero c¨®mo va a venir Vlad¨ªmir Putin a mi casa. Est¨¢ la cosa como para presumir de amistades putinescas. Que se lo digan a la ultraderechista Marine Le Pen, que ha ordenado a su partido fulminar m¨¢s de un mill¨®n de folletos electorales con su rostro y el del presidente ruso. A la basura. Adi¨®s a la idea de repartir cientos de miles de tr¨ªpticos por los buzones de los franceses. El argumento oficial, seg¨²n el diario Lib¨¦ration, es que hab¨ªa una falta de ortograf¨ªa. Obvio, no va a ser de Photoshop. Mientras tanto, libertad o consumismo. O dicho de otra manera: esto es lo que se llama, en el argot del gremio, el clickbait del periodismo. Ha ocurrido durante los ¨²ltimos d¨ªas por las redes tuiteras. Es un titular llamativo, jugoso, que se caracteriza por llamar la atenci¨®n, a veces de manera sensacionalista, con el objetivo de que el lector se detenga y pinche en la noticia s¨ª o s¨ª. Un anzuelo de clics. Viralizar. Hace poco apareci¨® un anuncio pegado a una farola por los alrededores de la madrile?a plaza de Tirso de Molina: ¡°SEXO¡±. Al acercarse, dec¨ªa: ¡°Ya que he llamado tu atenci¨®n. Alquilo un piso en Lavapi¨¦s por 800 euros¡±. Pues eso. Los nuevos tiempos comunicativos, que dan para otro debate m¨¢s intenso.
Eso s¨ª, una vez aqu¨ª, tampoco hace falta salir pitando. La historia de esta semana tiene al jefe moscovita como protagonista ¨Da qui¨¦n si no¡ª y a varios tuits de la competencia. El Peri¨®dico de Catalunya escribi¨® un mensaje desconcertante a sus 700.000 seguidores el pasado viernes: ¡°Putin visit¨® Barcelona en 1992 y comi¨® solomillo con alcachofas¡±. Silencio. Vienen curvas.
Putin visit¨® Barcelona en 1992 y comi¨® solomillo con alcachofas https://t.co/LbATvoiSIM
— El Peri¨®dico (@elperiodico) March 4, 2022
Miles y miles de respuestas. Fue un aluvi¨®n, a decir verdad, con pocos precedentes. Es cierto que no era una comida cualquiera. Un tuitero, muy serio, pregunt¨® a la multitud de la red social una inquietud sin duda razonable: ¡°?Y de postre?¡±. Tranquilidad. ¡°Fresas y un pastel¡±, seg¨²n la noticia. M¨¢s comentarios al quite: ¡°Con esta comida, normal lo que est¨¢ pasando¡ claro¡±. ¡°Pues yo ma?ana me voy a apretar un buen cocido. Que quede en la hemeroteca¡±. ¡°?Las alcachofas eran fritas o cocidas? Falta info¡±. El cuerpo del texto solo contaba con tres peque?os p¨¢rrafos. En lo alto, en una foto cedida por el Ayuntamiento de Barcelona, aparec¨ªa un joven Putin, sentado, hojeando un libro de gran tama?o cuyo t¨ªtulo dif¨ªcilmente se entreve¨ªa. A su vera reluc¨ªa el perfilado bigote blanco del por entonces alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. El hoy presidente de ruso acompa?aba al regidor de San Petersburgo en una visita oficial a la capital catalana. Es decir, un anzuelo de manual... con 30 a?os de historia.
La prensa regional patria ha sacado buen partido estos d¨ªas con las giras iberoputinescas. A fin de cuentas, incitar al clic requiere de mucho ingenio y actitud. El diario asturiano La Nueva Espa?a, por ejemplo, ech¨® el resto el pasado 26 de febrero con la siguiente noticia: ¡°Cuando Putin fue judoca en Lugones¡±. Resulta que el hoy presidente ruso pis¨® el 14 de mayo de 1998 el tatami de ese municipio de 13.000 vecinos, distante pocos kil¨®metros de Oviedo. ¡°Putin entren¨® por unas horas junto con su equipo en el gimnasio de Lugones y durmi¨® en un hotel cercano a Viella¡±. El documento gr¨¢fico permaneci¨® en el s¨®tano de una de las paredes del gimnasio durante muchos a?os. ¡°Pero el paso del tiempo y una inundaci¨®n en los locales¡±, contaba el reportaje, ¡°acabaron por traspapelar un documento ahora hist¨®rico¡±. Los ¨¢vidos tuiteros, al ver semejante informaci¨®n, ya se sabe: ¡°El guaje del Kremlin lo llamaban¡±. Uno, incluso, agradeci¨® al fin la publicaci¨®n de la t¨ªpica historia que narraba entre ca?as: ¡°Llevo a?os contando esto a familiares y amigos. Nunca me creyeron. Llegu¨¦ al punto de pensar que mi mente la hab¨ªa construido. Gracias¡±. Pues eso.
El presidente ruso entren¨® en un gimnasio local en 1998 junto al equipo de su pa¨ªs que particip¨® en un campeonato en Oviedo https://t.co/8DbsPsVKNy
— La Nueva Espa?a (@lanuevaespana) February 26, 2022
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