Indignidad judicial
El auto del Tribunal Superior de Justicia es vergonzoso por su forma: redactado en algo obtuso parecido al catal¨¢n, suma en sus 15 p¨¢ginas m¨¢s de 130 errores sint¨¢cticos y l¨¦xicos
El auto del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a que hace una semana urgi¨® a la aplicaci¨®n de porcentajes en la ense?anza catalana (25% en castellano), insta a cumplir su sentencia de 2020 para dentro de otra semana: el lunes pr¨®ximo. Hay que cumplir ambas resoluciones, y a ello se apresta una mayor¨ªa del Parlament aprobando una nueva ley que sortea con tino el sistema de cuotas. Del pacto transversal se ha desgajado Junts, cada d¨ªa m¨¢s virada a un Vox local.
Hasta ah¨ª la esencia de la cosa. Y ahora la existencia, que, aunque modal y formal, es tambi¨¦n esencia, sobre todo en el ¨¢mbito de la justicia. Pues bien, ese auto es indigno precisamente por su forma: redactado en algo obtuso parecido al catal¨¢n, contiene en sus 15 p¨¢ginas m¨¢s de 130 errores sint¨¢cticos y l¨¦xicos. No constituyen solo un atentado a la gram¨¢tica, y por tanto a la cultura. Al pisotear el idioma, viola la letra y el esp¨ªritu de la Constituci¨®n. Particularmente, la obligaci¨®n de tratar al patrimonio ling¨¹¨ªstico plural de los espa?oles como ¡°objeto de especial respeto y protecci¨®n¡± (art¨ªculo 3.3).
Quiz¨¢ anulable por no estar escrito propiamente en catal¨¢n, sino en su burla, un mensaje impl¨ªcito del tribunal es el contrario del que impone la ley de leyes: es ben¨¦fico desde?ar las lenguas cooficiales y, pues, a sus usuarios. Otro de sus mensajes es asimismo funesto: el suspenso literal y literario de su texto acredita, no la imbecilidad de los ciudadanos ¡ªotros que les est¨¢n llamando ¡°tontos¡±¡ª, sino que sus iletrados perpetradores, al menospreciar el patrimonio cultural, embisten contra el prestigio de la entera judicatura.
Eso no es todo. Tras el revuelo, el presidente de la Sala, Javier Aguayo Mej¨ªa, ha expresado sus m¨¢s ¡°sinceras disculpas¡±. Simplemente, cinismo: como en buen castellano obras son amores y no buenas razones, deber¨ªa haberlas acompa?ado de la publicaci¨®n de una versi¨®n gramatical correcta de la ¡°interlocut¨°ria¡±. Una semana despu¨¦s del desaguisado, a¨²n no lo ha hecho.
La mordacidad del caso es que esa ignorancia ling¨¹¨ªstica se plasma en un texto que impone a otros deberes... ling¨¹¨ªsticos. Evidencia as¨ª que la judicatura no solo no est¨¢ normalizada, sino muy lejos de ello: ¨²nicamente el 8% de las sentencias judiciales en Catalu?a se redactan en catal¨¢n: a comparar con el 100% de las emitidas por el Tribunal de Justicia de la UE, que las versiona en las 24 lenguas oficiales. Jueces y funcionarios de la justicia que atiendan directamente al p¨²blico han de poder comunicarse con los ciudadanos en las lenguas de estos: les deben justo aquello a lo que tienen derecho. Hasta que eso suceda, son incapaces.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.