La quiebra catalana
Para los hijos pol¨ªticos de Jordi Pujol, que demostraron tener una idea del poder m¨¢s propia de un repetidor de P3 que de un estadista de provincias, la lectura de La burgues¨ªa catalana de Manel P¨¦rez deber¨ªa ser obligatoria
Para los hijos pol¨ªticos de Jordi Pujol, que demostraron tener una idea del poder m¨¢s propia de un repetidor de P3 que de un estadista de provincias, la lectura de La burgues¨ªa catalana de Manel P¨¦rez deber¨ªa ser obligatoria. Puede describirse como la cr¨®nica anunciada de otro proceso cuyas consecuencias ser¨¢n dif¨ªcilmente reversibles a corto y medio plazo: un proceso de desempoderamiento abordado desde la pol¨ªtica auton¨®mica con una estrategia entre soberbia, fr¨ªvola y, al fin, autolesiva. Todo sali¨® al rev¨¦s de lo previsto. A m¨¢s demanda ret¨®rica de soberan¨ªa, menos capacidad de participar en los centros de decisi¨®n real. El libro llega a las librer¨ªas el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. Son muchos los que se han publicado pregunt¨¢ndose sobre las causas de una crisis constitucional no resuelta. El del subdirector de La Vanguardia es la cr¨®nica econ¨®mica de lo que Cristian Segura en Gente de orden cont¨® como una tragicomedia social: la frustraci¨®n de una ¨¦lite sin tantas palancas en Madrid como pensaba y, al mismo tiempo, sin capacidad para influir en el Gobierno de la Generalitat y evitar as¨ª una derrota que ha acelerado dicho proceso de p¨¦rdida de poder y ha facilitado una acumulaci¨®n hipertr¨®fica de poder en la capital que tanto sabotea la mec¨¢nica de un estado compuesto.
Entre la omnipresencia del storytelling del proc¨¦s, el ¨¦xito global de Barcelona como capital de hedonismo cool y la mayoritaria desconexi¨®n de la sociedad con respecto a la informaci¨®n econ¨®mica, algo muy relevante no cal¨® en la sociedad del catalanismo. Aunque carcom¨ªa sus fundamentos hist¨®ricos, no formaba parte de la agenda de intereses p¨²blicos.
Entre 2001 y 2013, como pronto advirti¨® Josep Oliver, a?o tras a?o avanzaba una destrucci¨®n de la industria catalana como no se hab¨ªa producido desde los Planes de Estabilizaci¨®n. ¡°Aquello era una autov¨ªa hacia la debacle que sobrevendr¨ªa con la crisis financiera¡±, sentencia P¨¦rez. ?Qu¨¦ representaban tambi¨¦n tantos cierres de empresas, p¨¦rdidas de empleo y ca¨ªda de inversi¨®n? La p¨¦rdida de autoridad social de una burgues¨ªa cuya matriz hist¨®rica era industrial, es decir, la imposibilidad de mantener un relato convincente sobre su tradicional centralidad espa?ola. Esa centralidad, en los n¨²cleos de poder capitalino, nunca hab¨ªa sido tan determinante porque, como argumenta P¨¦rez, no era una elite integrada en el primer c¨ªrculo del capitalismo patrio: el de la banca madrile?a y vasca como centro del sistema, la gran industria b¨¢sica heredera del INI franquista y las grandes compa?¨ªas industriales y de servicios total o parcialmente vinculadas al capital extranjero. Un c¨ªrculo que se compact¨® durante la dictadura, como Rub¨¦n Juste explic¨® en Ibex 35, y que se reconstituy¨® como bloque de poder durante el aznarato, hasta impedir la opa de ENDESA Constituci¨®n en mano. Y hasta hoy.
Pero con una excepci¨®n que es, creo, el coraz¨®n del libro de P¨¦rez: La Caixa, la primera corporaci¨®n en inversi¨®n industrial espa?ola, el principal grupo bancario del pa¨ªs desde la absorci¨®n de Bankia. Si las grandes figuras de la pol¨ªtica catalana del ¨²ltimo medio siglo han sido Pujol y Pasqual Maragall, las equiparables en el campo de la econom¨ªa tambi¨¦n tienen nombres y apellidos: Josep Vilarasau e Isidre Fain¨¦.
En un pa¨ªs que perdi¨® su autogobierno y su banca, la labor que ellos desarrollaron, como aqu¨ª se explica, ha sido fundamental. Y precisamente por ello, para m¨ª, la clave de La burgues¨ªa catalana es lo ocurrido el 28 de abril de 2013 y que pas¨® demasiado inadvertido. Hac¨ªa dos semanas que el president Artur Mas hab¨ªa anunciado la celebraci¨®n de una consulta soberanista. La respuesta s¨ª fue una jugada maestra. El d¨ªa 28 se public¨® en el BOE un decreto gubernamental que recog¨ªa cambios jur¨ªdicos sobre las cajas. Una de las propuestas la ide¨® la propia entidad catalana: permit¨ªa que el organismo p¨²blico que las tutela pasase a estar en manos del Gobierno central. Se hab¨ªa creado el marco para blindar la joya de la corona del poder catal¨¢n, el cortafuegos para aislarla de la deriva pol¨ªtica. Era el pr¨®logo de la quiebra del 2017: el trasladado de las sedes, el desempoderamiento econ¨®mico del catalanismo, hoy la consecuencia m¨¢s costosa del proc¨¦s.
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