El c¨¢ncer y el color de la felicidad
Escribo este texto para celebrar que mi amiga se ha curado. Y para dar espacio a la curaci¨®n de un c¨¢ncer de mama como el suyo y el de muchas y pensar en alto sobre la suerte de estar vivos
Cuando a mi amiga Luisa le detectaron un c¨¢ncer de mama en estado avanzado decidi¨® ir a una ¡°psic¨®loga del c¨¢ncer¡±, como ella misma la bautiz¨®. Entonces, har¨¢ m¨¢s de dos a?os, le recomendaron que iniciara un diario de las emociones como herramienta para lidiar con la enfermedad. El diario consist¨ªa en identificar todos los sentimientos por los que atravesaba a lo largo del d¨ªa y asignar a cada uno un color. Descubri¨® as¨ª que ten¨ªa una ampl¨ªsima paleta para los negativos: ansiedad, horror, terror, miedo, p¨¢nico, tristeza, asco, ira, incertidumbre, injusticia, decepci¨®n, pena, malestar, ansiedad¡ Y muy poca precisi¨®n para nombrar emociones relacionadas con la felicidad y su sentido. ¡°Es verdad que estaba hecha polvo¡±, me explica. ¡°Pero adem¨¢s me faltaban palabras y precisi¨®n¡±.
¡°Con la terapia y tambi¨¦n con algunas cosas a las que te fuerza el c¨¢ncer, me he ido dando cuenta de que la felicidad es simplemente estar aqu¨ª y ahora¡±, me suelta al otro lado del m¨®vil, desde alg¨²n lugar de la costa c¨¢ntabra. Y yo saco la libreta del bolso y tomo nota sobre el cap¨® de un coche aparcado en el centro de Madrid, con la urgencia de quien est¨¢ robando un tesoro a una amiga. ¡°La felicidad es estar simplemente aqu¨ª¡±, anoto sin perder el hilo que se desenvuelve al otro lado. ¡°Pero ya ves, parece una chorrada. Es un sentimiento poco serio. El p¨¢nico lo puedes explicar con un mont¨®n de matices. Hasta me pon¨ªa po¨¦tica a veces. Pero qu¨¦ es estar aqu¨ª¡±. Luisa me pregunta como si yo tuviera la respuesta en forma de poema o de conjuro. Ella es ingeniera y yo escritora. Se supone que siempre tengo algo que decir y m¨¢s si estamos hablando del alma humana. ¡°No s¨¦, cuando me pidieron lo de las emociones pens¨¦ en ti. Supongo que como escritora tendr¨¢s m¨¢s palabras que yo para nombrar estas cosas. Me pareci¨® un trabajo interesante¡±. Pero yo no tengo gran cosa que aportarle. Tambi¨¦n a m¨ª me cuesta mucho poner colores a la felicidad. No me han diagnosticado un c¨¢ncer pero, hablando con ella, me doy cuenta de que me resulta muy dif¨ªcil estar aqu¨ª y ahora, habitar realmente el presente: lejos de planes, esperanzas o amenazas. Lejos incluso de la libreta donde apunto frases que subrayan el deseo de seguir escribiendo. ¡°En la tristeza te recreas¡±, me explica. ¡°Pero, qu¨¦ quieres que te diga, yo me sent¨ªa un poco idiota explicando a la psic¨®loga que un instante de felicidad hab¨ªa sido contemplar el vuelo de una mosca sin que interfiriese ninguna preocupaci¨®n¡±.
Feliz es quien es capaz de aceptar la vida sin condiciones, con todo lo que la vida tiene. Felicidad es nombrar todos los colores. ¡°Pero de qu¨¦ color es una ma?ana fresca de primavera en la que tienes fuerzas, una donde la quimio te da un respiro y te agachas sin dificultad a recoger la caca del perro¡±, me pregunta. ¡°De qu¨¦ color es el aroma dulce de la playa por la tarde o el d¨ªa que pasamos todos juntos en el porche de mi casa sin hacer nada, sin hablar de nada importante, dejando correr el tiempo¡±, sigue. ¡°No s¨¦ poner nombre al sentimiento que tengo cuando, una tarde, estoy comiendo con mi marido y con mi hija y s¨¦ que ninguno de los tres tenemos miedo. Ni de qu¨¦ color dibujar una noche en la que he dormido de un tir¨®n, sin pesadillas ni dolores. No s¨¦ de qu¨¦ color es el hambre sin na¨²seas, sin rastro de medicaci¨®n, comer sin tener miedo a la digesti¨®n. Me faltan colores para demasiadas cosas y supongo que tiene que ver con que cada vez soy m¨¢s feliz¡±.
Escribo este texto para celebrar que mi amiga se ha curado. Y para dar espacio a la curaci¨®n de un c¨¢ncer de mama en estado avanzado como el suyo y el de muchas y pensar en alto sobre la suerte de estar vivos. A menudo me entero por la prensa de las veces en que esta enfermedad es incurable. Se me encoge entonces el alma, como a todos, y me asaltan todos esos sentimientos precisos y oscuros, llenos de tempestad, de horror y de horizonte. Por eso quer¨ªa escribir este discreto homenaje a su curaci¨®n, para celebrar en alto todas las veces en que el c¨¢ncer termina y la vida sigue. Este a?o a Luisa van a faltarle los colores para nombrar la alegr¨ªa. Pero a m¨ª ha sabido recordarme que estar aqu¨ª es espl¨¦ndido. Y que la literatura tambi¨¦n deber¨ªa ocuparse de los peque?os sentimientos que nos hacen vibrar y con los que la vida crea la melod¨ªa que a ratos nos acompa?a.
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