Por la igualdad de oportunidades

Provengo de una familia de clase media baja y me he formado exclusivamente en la p¨²blica. Soy funcionaria de carrera con un puesto directivo y estoy convencida de que mi excepcionalidad no justifica el correcto funcionamiento de la meritocracia, m¨¢s bien al contrario: la sobrerrepresentaci¨®n de las ¨¦lites pone de manifiesto que la igualdad de oportunidades solo puede lograrse a trav¨¦s de un proyecto igualitario. Para m¨ª, estudiar, aprender y formarme siempre han constituido un privilegio, no un esfuerzo, y mucho menos una raz¨®n que explique haber pasado a formar parte de una ¨¦lite. Llevarlo a ese plano solo justifica que los empleos m¨¢s precarios lo sean por una raz¨®n moral y que parezca que quienes los desempe?an merecen menos porque no se han esforzado lo suficiente. No oposit¨¦ porque quisiera mejores condiciones o m¨¢s derechos que los dem¨¢s, sino porque quer¨ªa trabajar en lo p¨²blico, en lo colectivo. Ojal¨¢ comencemos a abordar la igualdad de oportunidades como proyecto social com¨²n y dejemos de responsabilizar individualmente a quienes peor lo tienen.

Blanca D¨ªaz Barral. Madrid

La Espa?a abandonada

Que no llamen a la Espa?a abandonada la Espa?a vaciada o la Espa?a despoblada, porque ah¨ª viven personas, tan dignas como el resto y que pagan sus impuestos, aunque a la hora de recibir son mucho menos los servicios de los que disponen, muchas las limitaciones que hacen del medio rural una cotidianidad inc¨®moda y m¨¢s complicada, como por ejemplo la carencia de bancos, de consultas m¨¦dicas diarias, de comercios, bibliotecas¡­ ?Y qu¨¦ decir de las comunicaciones interterritoriales para poderse desplazar a lugares donde las demandas de la poblaci¨®n de la Espa?a abandonada puedan ser resueltas? No es justo. Deber¨ªa haber m¨¢s incentivos para que vivir en el medio rural sea m¨¢s c¨®modo y menos problem¨¢tico.

Elena S¨¢iz Sep¨²lveda. Cuenca

La encuestocracia

Como exiliado, expatriado y emigrante espa?ol, uno se acerca a la pol¨ªtica espa?ola con la sensaci¨®n de que cualquier resultado electoral en Andaluc¨ªa ser¨¢ un gran fracaso de la democracia. Las encuestas vaticinan resultados, alientan a los votantes, azuzan las redes, las tomas de decisiones y los argumentos de los polit¨®logos, que, carentes de propuestas pol¨ªticas, debaten resultados, acuerdos y futuras posiciones parlamentarias. Empieza, pues, el ruido; una absoluta desconexi¨®n de la realidad que convierte la democracia en una encuestocracia, es decir, la soberan¨ªa que ejerce un pueblo encuestado carente de propuestas.

Pepe Mateu. Stokke (Noruega)

Gesti¨®n e ideas

Las elecciones auton¨®micas andaluzas han puesto frente al espejo a un Partido Popular en su eterno viaje al centro esgrimiendo el argumento de la capacidad de gesti¨®n frente a una ultraderecha decidida a dar la peor de las batallas, aquella que rompe el consenso b¨¢sico y tan necesario sobre materias tan sensibles como violencia machista, inmigraci¨®n o desigualdad. Si se cumplen los pron¨®sticos de las encuestas, ser¨¢ el 20-J cuando comprobemos la convicci¨®n del PP sobre esa facultad gestora frente a las exigencias de Vox para sentarse en el Gobierno y marcar la pol¨ªtica andaluza durante la pr¨®xima legislatura.

Ra¨²l Calleja Fuentes. Palma del R¨ªo (C¨®rdoba)