Que le jodan a la pasi¨®n; pagadme por mi trabajo

¡°Haz lo que amas y trabajar¨¢s jodidamente duro todo el tiempo sin descanso ni l¨ªmites y adem¨¢s tom¨¢ndotelo todo de forma extremadamente personal¡±. El artista Adam J. Kurtz public¨® este mensaje en Twitter en marzo de 2019. Se trata de una versi¨®n realista de la manida frase: ¡°Haz lo que amas y no trabajar¨¢s un solo d¨ªa de tu vida¡±. Volv¨ª a ver ese tuit la pasada semana tras hacerse viral la respuesta que dio ?ngels Barcel¨® a Luz S¨¢nchez-Mellado en este peri¨®dico. Dijo que los j¨®venes periodistas que protestan por sus horarios son ¡°unos flojos¡±. M¨¢s all¨¢ del incendio que prendi¨®, el debate sobre el salario de los trabajadores j¨®venes es una cuesti¨®n recurrente en Twitter. Y no deber¨ªa quedarse en el periodismo, porque afecta a muchos sectores. Gran parte de los mileniales est¨¢n quemados y hartos de escuchar lo que la periodista Anne Helen Petersen llama ¡°cantinela boomer¡± en su libro No puedo m¨¢s (Capit¨¢n Swing); expresiones del tipo ¡°la vida es dura¡±, ¡°me dej¨¦ la piel trabajando en los ochenta y no me escuchar¨¢s quejarme¡±, etc¨¦tera.

El ensayo de Petersen aborda la precariedad de los empleos que tienen los j¨®venes de hoy y la forma en que se idealizan algunas profesiones. ¡°El deseo de tener un trabajo guay y que nos apasione es un modo de dotar a ciertos trabajos de una p¨¢tina de deseabilidad que hace que los trabajadores est¨¦n dispuestos a tolerar toda forma de explotaci¨®n por el mero hecho de desempe?arlo¡±, escribe. Esa pasi¨®n hace que pensemos en el trabajo como la totalidad de nuestra vida y no como un simple empleo. Esto es un problema y, ciertamente, resulta aplicable al periodismo, a la medicina, a la ense?anza, a la investigaci¨®n y a otras tantas profesiones llenas de vocaci¨®n.

¡°Alguien debe pensar en acabar con las guardias de 24 horas. Alguien debe pensar en la calidad y seguridad de la atenci¨®n en Pediatr¨ªa¡±, escribi¨® la m¨¦dica Rosa M. Funes Mo?ux al final de un hilo de Twitter, donde afirmaba que hab¨ªa estado a punto de dejarlo. Una vez m¨¢s: vocaci¨®n. M¨ªrenlos, hay m¨¦dicos haciendo guardias interminables, profesores sobreviviendo a base de sustituciones y cambiando de residencia para cubrir una baja de un d¨ªa para otro mientras estudian las siguientes oposiciones para conseguir una plaza definitiva. ?Y qu¨¦ decir de las consultor¨ªas y los grandes despachos de abogados? En EL PA?S ya se ha hablado de sus jornadas maratonianas extendidas hasta el fin de semana, la imposibilidad de desconectar y la presi¨®n continua por los resultados, que suponen un estr¨¦s innecesario y se traducen en una continua rotaci¨®n de sus empleados. Y luego nos sorprendemos con fen¨®menos como la Gran Dimisi¨®n.

La vocaci¨®n supone a veces una trampa que conduce a la precariedad. ¡°Si una empresa [u organismo] necesita trabajar 24 horas, organiza 3 turnos de 8 horas y as¨ª cumple con la Ley¡±, tuite¨® @doctor_sloan cuando estall¨® la pol¨¦mica por la precariedad de los camareros en la Feria de Abril de Sevilla.

Cuando se desea tan fuertemente trabajar en algo, vienen las empresas y se aprovechan de que ¡°levantas una piedra y salen 10 como t¨²¡± y empeoran las condiciones laborales. Ante esto hay que saber decir no a algunos excesos porque, querido trabajador, solo eres uno m¨¢s, seguramente no llegues a ser presidente de tu compa?¨ªa y cuando no resultes rentable la puerta estar¨¢ abierta para que salgas. Como public¨® Mario Font¨¢n Vela (@mfontanvela): ¡°A tu trabajo no le importas. Dejad de idealizarlo¡±. Estar¨ªa bien dejar de preguntar ¡°?en qu¨¦ trabajas?¡± a una persona nada m¨¢s conocerla porque no somos nuestro trabajo.

En su ensayo, Petersen propone un nuevo lema para los mileniales: ¡°Que le jodan a la pasi¨®n; pagadme¡±. Puede que esa sea la ¨²nica manera de acabar con la precariedad que sufren.