Argelia, Marruecos y Espa?a: el tri¨¢ngulo en tensi¨®n
En el contexto de la guerra en Ucrania, ambos vecinos creen que su colaboraci¨®n es a¨²n m¨¢s valiosa, uno como puerta de la inmigraci¨®n y otro como fuente de gas, y piden a su socio europeo que escoja
Cuando dos vecinos se pelean, toda la comunidad sufre las consecuencias. Esta constataci¨®n, v¨¢lida para cualquier bloque de viviendas, es bien visible en el Mediterr¨¢neo Occidental y concretamente en el tri¨¢ngulo que conforman Espa?a, Marruecos y Argelia.
El conflicto del S¨¢hara se ha descongelado y las relaciones entre los dos vecinos meridionales de Espa?a est¨¢n en uno de sus puntos m¨¢s bajos. Marruecos ha redoblado la ofensiva diplom¨¢tica marroqu¨ª para que se reconozca su soberan¨ªa sobre el S¨¢hara. Mientras tanto, Argelia ha acusado a Marruecos de asesinatos selectivos, de injerencia en asuntos internos e incluso de haber alentado los incendios forestales que azotaron la Cabilia en agosto de 2021.
Los dos rivales magreb¨ªes intentan recabar apoyos internacionales, a veces empleando la persuasi¨®n y a veces poniendo a sus socios contra las cuerdas. Cuando Marruecos obtuvo de Donald Trump el reconocimiento de la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre el S¨¢hara, crey¨® que hab¨ªa llegado el momento presionar al resto de socios, tambi¨¦n Espa?a. De ah¨ª la sobrerreacci¨®n diplom¨¢tica y migratoria de mayo de 2021 cuando se filtr¨® que el Gobierno espa?ol hab¨ªa atendido la solicitud argelina de hospitalizar al l¨ªder del Polisario, Brahim Ghali. De ah¨ª tambi¨¦n que, ante el anuncio de reconciliaci¨®n entre Espa?a y Marruecos del 18 de marzo de 2022, las autoridades argelinas decidieran llamar a consultas a su embajador inmediatamente y transmitieran que su decepci¨®n era may¨²scula. Por la decisi¨®n y por no haber sido consultados. En paralelo, la aproximaci¨®n de Marruecos a Israel, incluida la firma de un acuerdo de cooperaci¨®n en materia de seguridad y defensa ha enconado todav¨ªa m¨¢s las posiciones argelinas y ha extendido las suspicacias m¨¢s all¨¢ de las elites gobernantes.
Desde marzo, Argelia hab¨ªa avisado que estaba definiendo una respuesta global a la maniobra diplom¨¢tica del gobierno espa?ol. La cooperaci¨®n pol¨ªtica entre ambos pa¨ªses lleva meses bajo m¨ªnimos, pero el anuncio de ruptura del tratado de amistad indica que las autoridades argelinas han decidido visibilizar todav¨ªa m¨¢s su enfado.
La decisi¨®n argelina ha ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en Madrid, pero tambi¨¦n en aquellos sectores econ¨®micos o territorios m¨¢s expuestos a Argelia. En el ¨¢mbito econ¨®mico sobresale el energ¨¦tico, pero no hay que olvidar la obra civil, la cer¨¢mica o el agroalimentario. En clave territorial, los m¨¢s afectados pueden ser Baleares y Alicante y, en general todo el litoral mediterr¨¢neo. No toda Espa?a percibe con igual claridad que Argelia es un pa¨ªs vecino. Alicante est¨¢ a poco m¨¢s de 300 kil¨®metros de Or¨¢n y s¨®lo 200 kil¨®metros separan Formentera y Almer¨ªa de la costa argelina. Y un dato que muchos desconocen: Barcelona est¨¢ tan cerca ¡ªo tan lejos¡ª de Madrid como de Argel.
Otro dato relevante es que el tratado de amistad se firm¨® en 2002, precisamente cuando las relaciones entre Espa?a y Marruecos estaban en crisis. Para quien no lo recuerde, 2002 fue el a?o de la crisis de Perejil. El Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar decidi¨® reforzar las relaciones con Argelia en clave estrictamente bilateral, pero tambi¨¦n para contrarrestar el deterioro de las relaciones con Marruecos. Adem¨¢s, Espa?a aprovech¨® la presidencia de turno de la Uni¨®n Europea para acelerar la firma del acuerdo de asociaci¨®n entre Argelia y la UE en abril de 2002. Este acercamiento tambi¨¦n respond¨ªa a un contexto global, marcado por el impacto de los atentados del 11 de setiembre, en el que tanto Argelia como Espa?a subrayaban el hecho de haber sido v¨ªctimas del terrorismo y reclamaban mayor colaboraci¨®n internacional en este ¨¢mbito.
Ahora el contexto internacional viene marcado por la invasi¨®n rusa de Ucrania. Tanto Marruecos como Argelia creen que su colaboraci¨®n es a¨²n m¨¢s valiosa para sus socios internacionales y especialmente para sus vecinos. En el caso de Argelia, por su papel como suministrador de gas natural y en el caso de Marruecos, por su capacidad para controlar los flujos migratorios de un continente africano que empezar¨¢ a sufrir los efectos del aumento de precios y de la inseguridad alimentaria global.
Ambos vecinos le piden a Espa?a que se moje, que escoja. El tri¨¢ngulo se tensa cada vez m¨¢s. Pero por mucho que Argelia redoble sus presiones, el Gobierno espa?ol no responder¨¢ comprometiendo la reconciliaci¨®n con Marruecos, y m¨¢s despu¨¦s de todo el esfuerzo y concesiones que comport¨® la normalizaci¨®n diplom¨¢tica. Argelia tampoco ceder¨¢ y continuar¨¢ evidenciando su enfado. Sobre todo, cuando otros socios est¨¢n llamando a sus puertas.
Si la hostilidad entre Rabat y Argel sigue intensific¨¢ndose, las presiones sobre Espa?a a¨²n ser¨¢n mayores. S¨®lo hay un escenario favorable: que el conflicto del S¨¢hara vuelva a la mesa de negociaciones y que Marruecos y Argelia decidan rebajar la tensi¨®n. El drama es doble: Espa?a no parece tener la fuerza o los instrumentos para persuadirles de que este es el mejor camino; y el resto de los socios internacionales no le est¨¢n prestando suficiente atenci¨®n a las tensiones que afloran en esta esquina del Mediterr¨¢neo.
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