Armas sin control en EE UU
El proyecto que presentar¨¢n un grupo de congresistas dem¨®cratas y republicanos es apenas un peque?o paso para atajar el peligro que azota a la sociedad estadounidense
El principio de acuerdo alcanzado el domingo por un reducido grupo de senadores republicanos y dem¨®cratas para establecer unas m¨ªnimas medidas respecto al control de armas en Estados Unidos podr¨ªa parecer un gesto irrelevante. Pero el oc¨¦ano de destrucci¨®n y dolor que est¨¢n causando desde hace a?os ¡ªcomo se ha puesto en evidencia en las ¨²ltimas semanas¡ª ha merecido por fin un gesto pol¨ªtico que pueda mitigar la oleada de matanzas indiscriminadas que ha vivido toda la geograf¨ªa del pa¨ªs. Constituye un significativo y concreto primer paso para combatir lo que el presidente, Joe Biden, ha calificado como ¡°una epidemia¡± que est¨¢ condicionando la vida cotidiana de millones de estadounidenses, desde acudir al colegio, visitar un centro comercial o dar un paseo en una zona concurrida.
Los asesinatos masivos en tiroteos ¡ªse consideran oficialmente as¨ª aquellos en los que fallecen al menos cuatro personas sin incluir al atacante¡ª se han incrementado exponencialmente en EE UU hasta alcanzar casi el car¨¢cter de rutina atroz. No se trata solo de matanzas impactantes como la de la escuela de Uvalde, hace apenas tres semanas, y donde murieron 21 personas (la mayor¨ªa ni?os peque?os), o la de B¨²falo, el 14 de mayo, cuando murieron diez clientes, la mayor¨ªa negros, en un supermercado. Son un rosario continuo de cr¨ªmenes que tienen como com¨²n denominador un laxo, cuando no irrestricto, acceso a las armas de los perpetradores. Solo en la noche del pasado 4 de junio se produjeron 11 tiroteos de este tipo. En lo que va de a?o se han registrado ya 245 tiroteos masivos en Estados Unidos. En muchos casos los asesinos hab¨ªan adquirido armas de uso militar de manera totalmente legal.
La realidad es que, por muy complejo que sea el debate sobre el acceso a las armas ¡ªdesde aspectos culturales hasta constitucionales, pasando por el leg¨ªtimo temor de quienes piensan que prohibirlas dar¨¢ una ventaja letal a los criminales¡ª, la sociedad estadounidense tiene derecho a no vivir atemorizada ante la posibilidad real de recibir un balazo en cualquier momento: los testimonios de la poblaci¨®n tras cada asalto son estremecedores y conducen a la extensi¨®n del miedo social. As¨ª las cosas, 10 senadores republicanos y otros 10 dem¨®cratas han acabado con un peligroso punto muerto pol¨ªtico y acordado presentar una ley que supondr¨ªa la mayor restricci¨®n federal sobre acceso a las armas en las ¨²ltimas d¨¦cadas. La propuesta incluye ampliar la consulta de antecedentes penales a los menores de 21 a?os, permitir limitar por orden judicial el acceso a las armas y reforzar la inversi¨®n en salud mental. Sin embargo, queda fuera la relevante propuesta de Biden de prohibir a nivel federal la venta de fusiles de asalto o elevar de 18 a 21 a?os la edad para adquirir armas semiautom¨¢ticas. Se trata, por tanto, de un m¨ªnimo avance que habr¨¢ de ser el primero si de verdad la clase pol¨ªtica estadounidense quiere atajar una situaci¨®n que est¨¢ fuera de control.
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