La inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica, la izquierda y la ley del m¨¢s fuerte

La defensa de una parte de la izquierda del sistema de exclusi¨®n del castellano en la ense?anza en Catalu?a forma parte del m¨¢s bello espect¨¢culo del mundo: la disonancia cognitiva. Que los alumnos puedan estudiar unas horas en castellano ser¨ªa una causa inequ¨ªvocamente de izquierdas si no se hubieran introducido elementos de confusi¨®n basados en falacias y posicionamiento sectario.

En los primeros a?os de la democracia se reivindicaba la presencia de lenguas cooficiales en la ense?anza porque eran la lengua materna de muchos alumnos. Un informe de la ONU se?ala que la ense?anza en la lengua de la minor¨ªa, combinada con el idioma oficial, ¡°es m¨¢s rentable a largo plazo, reduce las tasas de abandono escolar y repetici¨®n de curso, conlleva unos resultados acad¨¦micos notablemente mejores, en particular entre las ni?as; mejora los niveles de alfabetizaci¨®n y la fluidez tanto en el idioma materno como en el oficial o mayoritario; genera un aumento de la participaci¨®n y el apoyo de la familia y la comunidad¡±. No ocurre con el castellano, parece. Olivas, Rama y Santana han mostrado que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n catalana se inclina por un modelo mixto con m¨¢s de una lengua vehicular. No importa.

La exclusi¨®n tiene un componente de clase y lo refuerza. Aunque algunos hayan defendido el modelo pensando que potenciar¨ªa la integraci¨®n, no ha cumplido ese objetivo. Se intu¨ªa hace tiempo: un estudio de la fundaci¨®n Jaume Bofill de 2009 revelaba la disparidad de resultados entre los alumnos seg¨²n la lengua hablada en casa. Calero y Choi han mostrado que el sistema perjudica sobre todo a los varones hispanoparlantes. Tambi¨¦n han se?alado, a partir del Informe PISA 2015, que los hablantes de castellano obten¨ªan peores resultados que los catalanoparlantes. Es la comunidad donde m¨¢s alumnos hispanoamericanos no se sienten integrados en la escuela; la tasa triplica las de Madrid, Arag¨®n o Navarra. Otro elemento de clase es que muchas familias castellanoparlantes no pueden permitirse una ense?anza privada para evitar el sistema, a diferencia de muchos defensores de este modelo.

La disonancia cognitiva obliga a buscar f¨®rmulas imaginativas: as¨ª, es un problema que no existe (algo que exige borrar a las familias que protestan) o que no deben resolver los tribunales (aunque la cuesti¨®n central es que no se respeta la legalidad). Quien pide que no se apliquen las normas democr¨¢ticas acepta que impere la ley del m¨¢s fuerte. @gascondaniel