Los trajes del presidente S¨¢nchez
El principal problema del jefe del Ejecutivo ha sido siempre la inconsistencia. Es consecuencia de su obsesi¨®n con la demoscopia y con permanecer en el poder
¡°Este es un Gobierno molesto para los poderes econ¨®micos, que tienen tambi¨¦n sus terminales medi¨¢ticas y pol¨ªticas¡±, afirm¨® el s¨¢bado Pedro S¨¢nchez tras el Consejo de Ministros que aprob¨® medidas sociales por valor de 9.000 millones de euros. Es una afirmaci¨®n que recuerda al Pedro S¨¢nchez de 2016, cuando el entonces candidato del PSOE dio un giro antiestablishment y se present¨® como una v¨ªctima del Ibex: en el programa Salvados dijo que hab¨ªa ¡°una burbuja de medios de comunicaci¨®n que est¨¢n en manos de pocas empresas del sector financiero o telecomunicaciones como Telef¨®nica¡±.
Es extra?o que el presidente del Gobierno hable de las terminales medi¨¢ticas de los poderes econ¨®micos. Son declaraciones que encajan m¨¢s con su socio Unidas Podemos, cuyo exl¨ªder Pablo Iglesias nunca ha tenido reparos en atacar a los medios que lo critican, que con un presidente que esta semana har¨¢ de anfitri¨®n de la cumbre de la OTAN en Madrid. Son una muestra del intento de S¨¢nchez por recuperar cierto impulso tras la derrota estrepitosa del PSOE en las elecciones andaluzas. Por un lado, se presenta como un estadista apreciado internacionalmente, un l¨ªder joven socialdem¨®crata que habla idiomas y que cree en el atlantismo. Coincidiendo con la cumbre de la OTAN, ha organizado cinco citas bilaterales con los m¨¢ximos mandatarios de Canad¨¢, Islandia, Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos. La foto con Biden como pol¨ªtica de Estado y para compensar el rid¨ªculo de la falsa reuni¨®n con el presidente estadounidense en la anterior cumbre de la OTAN el a?o pasado.
Por el otro, intenta contentar a su ala izquierdista y a su socio (que mantiene una postura rancia anti-OTAN en el momento en el que m¨¢s f¨¢cil es ser pro-OTAN en d¨¦cadas), con una ret¨®rica beligerante y ligeramente populista y aprobando aumentos de gasto p¨²blico en un contexto de inflaci¨®n. No es una estrategia nueva. Desde que se form¨® el Gobierno de coalici¨®n con Unidas Podemos en enero de 2020, S¨¢nchez ha combinado un discurso hacia el exterior de moderaci¨®n e institucionalismo con uno interior marcado por la guerra cultural y la demonizaci¨®n del adversario. Es el efecto The Economist: uno se cree lo que lee en la prensa anglosajona hasta que hablan de su pa¨ªs.
El principal problema de S¨¢nchez ha sido siempre la inconsistencia. Es consecuencia de su obsesi¨®n con la demoscopia y con permanecer en el poder (algo que todo l¨ªder posee, pero que solo los buenos l¨ªderes saben ocultar). En un momento de cierta desesperanza, cuando el Gobierno est¨¢ intentando movilizar a su electorado y se frustra por no ser capaz de vender mejor sus logros, S¨¢nchez probar¨¢ todos sus trajes: el de estadista europe¨ªsta trasunto de Macron, el de azote del Ibex y de los ¡°poderes f¨¢cticos¡±, el de l¨ªder cl¨¢sico del PSOE que grita ¡°que viene la derecha¡± y se autoproclama dique de contenci¨®n frente a las fuerzas del mal¡ Lo importante es ver con qu¨¦ traje se queda el electorado. O si acaba descubriendo que en realidad va desnudo.
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