Una democracia agonizante
Estados Unidos regresa a su peor pasado en derechos y en medio ambiente gracias a los jueces nombrados por Trump
Ning¨²n pa¨ªs, ni siquiera la primera superpotencia, puede soportar una presidencia como la de Donald Trump sin que su democracia se resienta. Justo en el mismo momento en que una comisi¨®n del Congreso recoge los testimonios y pruebas de la responsabilidad directa del expresidente en el violento asalto al Capitolio para impedir la certificaci¨®n de la victoria de Joe Biden, el ¨¢rbitro de la Constituci¨®n que es el Tribunal Supremo acaba de dictar las tres sentencias m¨¢s reaccionarias en la historia de esta corte en los ¨²ltimos 100 a?os.
La primera reconoce el derecho individual a portar armas en el espacio p¨²blico sin necesidad de obtener permiso de las autoridades, anulando a la vez las legislaciones en sentido contrario de los Estados federados. La segunda, por el contrario, revoca 50 a?os de jurisprudencia en favor de la interrupci¨®n del embarazo como derecho constitucional y devuelve a los Estados la potestad de legislar. La tercera rechaza la competencia de la agencia federal de protecci¨®n del medio ambiente (EPA) para regular las emisiones contaminantes.
En las tres votaciones ha funcionado una ins¨®lita supermayor¨ªa de seis jueces conservadores contra tres progresistas, surgida precisamente de las tres nominaciones efectuadas por Trump, el aut¨¦ntico legado de su presidencia. El bloque conservador ha aprovechado su primer a?o con una mayor¨ªa de tal calibre para corregir el rumbo legislativo y jurisprudencial del ¨²ltimo siglo, aun sabiendo que sus opiniones son mayoritariamente rechazadas por la opini¨®n p¨²blica y sin importarles que la hegemon¨ªa institucional republicana no sea fruto de las mayor¨ªas sociales expresadas en las urnas, sino de un sistema electoral disfuncional y del redise?o partidista y abusivo de muchos distritos electorales. Las instituciones contramayoritarias de la democracia estadounidense, ideadas para mantener los equilibrios entre poderes y respetar las minor¨ªas, han permitido la configuraci¨®n de un tribunal sesgado e instalado una dictadura de la minor¨ªa republicana, con capacidad para bloquear al Gobierno y dificultar la actividad legislativa.
Con estas sentencias, Estados Unidos reconoce el uso de armas de asalto como derecho constitucional, recorta la libertad y los derechos reproductivos de las mujeres y limita la acci¨®n de las agencias regulatorias del Gobierno, todo un regreso al peor pasado. La perturbadora combinaci¨®n de individualismo reaccionario, fundamentalismo machista y anarquismo de extrema derecha, expresada en estas sentencias, abre caminos inquietantes en los que se pueden perder m¨¢s derechos y aparecer nuevas desregulaciones.
Con una sociedad en permanente guerra civil cultural y profundamente dividida, incluso geogr¨¢ficamente, y un sistema pol¨ªtico bloqueado, Estados Unidos est¨¢ perdiendo la batalla del prestigio y de la ejemplaridad como pa¨ªs que ha pretendido en este ¨²ltimo siglo dirigir el mundo libre. Quiz¨¢s no sean Putin y Xi Jinping quienes derroten a la democracia sino la derecha republicana.
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