Cassidy Hutchinson, la testigo inesperada que ha puesto en evidencia a Trump
La declaraci¨®n de una joven asesora de la Casa Blanca abona las posibilidades de que el expresidente acabe procesado
Cassidy Hutchinson se ech¨® a llorar de alegr¨ªa el d¨ªa que la admitieron en el programa de becarios de la Casa Blanca. Era el verano de 2018, ten¨ªa 22 a?os y le apasionaba la pol¨ªtica, el poder y el servicio p¨²blico. Ya hab¨ªa sido becaria en el Capitolio y su objetivo era tener una carrera con ¡°trascendencia c¨ªvica¡±. No pod¨ªa imaginar entonces que se convertir¨ªa en la testigo estrella de la comisi¨®n que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Su testimonio deja en evidencia al que fue su m¨¢ximo jefe, el entonces presidente Donald Trump.
La imagen m¨¢s poderosa que ha dejado el relato de Hutchinson es la de k¨¦tchup chorreando por la pared del comedor de la Casa Blanca como retrato de la ira de Trump. Su revelaci¨®n m¨¢s importante es la de que el propio Trump estaba dispuesto a ponerse al frente de la turba armada que march¨® hacia el Capitolio para impedir la certificaci¨®n de la victoria electoral de Joe Biden, e incluso trat¨® de que se relajaran las medidas de seguridad.
Su declaraci¨®n, junto con otros testimonios de la comisi¨®n del 6 de enero, es la que m¨¢s peso tiene para facilitar un eventual procesamiento del anterior presidente. Seg¨²n su relato, ya entonces el principal consejero legal de la Casa Blanca, Pat Cipollone, era consciente del riesgo: ¡°Nos van a acusar de todos los delitos imaginables¡±, asegura Hutchinson que dijo ese d¨ªa.
La salsa de tomate y los trozos de porcelana por el suelo ilustran la rabia de Donald Trump cuando su propio fiscal general, William Barr, comunic¨® el 1 de diciembre de 2020 que no hab¨ªa indicios de fraude electoral en la victoria de Biden. Trump lanz¨® un plato con comida contra la pared al llegarle la noticia. Fueron semanas fren¨¦ticas camino de ese ominoso 6 de enero. Cassidy Hutchinson las vivi¨® en primera fila. Pese a su juventud y escasa experiencia, en la Casa Blanca ocupaba una oficina muy cercana al Despacho Oval.
Hutchison testific¨® durante horas en cuatro sesiones grabadas a puerta cerrada ante miembros de la comisi¨®n y este martes compareci¨® solemnemente en el Capitolio. Vestida con una chaqueta de un blanco inmaculado, arropada por varios acompa?antes, emple¨® un tono bajo, tenue, como triste, algo nerviosa al principio, pero sin titubear, contestando segura y confiada. Lanz¨® algunos suspiros. Tras testificar abandon¨® la sala con la mirada algo perdida y el gesto a¨²n triste.
Hace unos d¨ªas, Cass, como la llaman sus amigos, era una perfecta desconocida para el gran p¨²blico. Ahora se ha convertido en una celebridad, para lo bueno y para lo malo. Para unos, una especie de hero¨ªna an¨®nima, la mujer que se sincera y es fiel a sus ideales, una figura ¡°alentadora e inspiradora¡±, como la defini¨® un congresista durante la sesi¨®n. Para otros, una mentirosa en busca de protagonismo: los seguidores de Trump iniciaron este mismo martes en directo una campa?a de acoso contra ella en las redes sociales y la bautizaron como la Amber Heard 2.0.
Hutchinson naci¨® en 1996 en Pennington, un peque?o pueblo del interior de Nueva Jersey donde hizo el bachillerato. Estudi¨® ciencias pol¨ªticas en la joven y peque?a universidad p¨²blica de Christopher Newport, en la localidad de Newport News, en la costa del Estado de Virginia, a unas tres horas de coche al sur de Washington. En su listado de estudiantes ilustres, al que ella ya se ha incorporado, figuran algunos congresistas. Su inter¨¦s por la pol¨ªtica la llev¨® a conseguir una beca en el Capitolio, hizo pr¨¢cticas a las ¨®rdenes del senador republicano Ted Cruz y del jefe de la bancada republicana de la C¨¢mara de Representantes, Steve Scalise.
Su gran oportunidad se present¨® en 2018 con su beca para la Casa Blanca. ¡°Hacer una pasant¨ªa en el Capitolio confirm¨® mi deseo de seguir un camino en el Gobierno y cuando me enter¨¦ de la beca en la Casa Blanca estaba ansiosa por solicitarla¡±, recordaba en 2018 en una entrevista realizada por la revista universitaria.
¡°Como estudiante universitaria de primera generaci¨®n, ser seleccionada para servir como becaria junto a algunos de los estudiantes m¨¢s inteligentes y motivados de todo el pa¨ªs, muchos de los cuales asisten a las mejores universidades, ha sido un honor y una tremenda experiencia de crecimiento¡±, dec¨ªa entonces, en octubre de 2018, tras acabar sus pr¨¢cticas de verano, que describ¨ªa como uno de los honores de su vida.
Ver partir al helic¨®ptero presidencial desde la ventana de su oficina, asistir a ceremonias de firma de leyes o a comparecencias de Trump eran algunos de los peque?os logros que destacaba y, mirando al futuro, declaraba: ¡°Tengo todas las oportunidades a mi alcance y estoy abierta a cualquier trabajo que se me presente¡±.
Meses despu¨¦s volver¨ªa a la Casa Blanca, pero ya no como becaria. En marzo de 2019 lleg¨® al Ala Oeste como asesora del presidente para temas legislativos, donde trab¨® buena relaci¨®n con Mark Meadows, nombrado un a?o despu¨¦s jefe de gabinete de la Casa Blanca, una figura que en Estados Unidos es similar a la de un primer ministro. Meadows confiaba en ella y pronto Hutchinson se convirti¨® en su mano derecha en una corta y mete¨®rica carrera. Una veintea?era reci¨¦n licenciada despachaba la agenda legislativa, se reun¨ªa con senadores y representantes con enorme peso pol¨ªtico y d¨¦cadas de experiencia.
Hizo campa?a por la reelecci¨®n de Trump. Como otros testigos que han pasado por la comisi¨®n, era una entusiasta partidaria del entonces presidente. Aparte de su foto como becaria de la Casa Blanca, se la retrat¨® tambi¨¦n bailando con la portavoz de entonces de la instituci¨®n, Kayleigh McEnany, con el Air Force One detr¨¢s en septiembre de 2020 en Swanton, Ohio, donde Trump hab¨ªa acudido para un acto de campa?a.
Se entreg¨® a la causa. Para ella era como un sue?o, un sue?o que salt¨® hecho a?icos con el plato de porcelana lanzado por Trump contra la pared.
Trump y sus seguidores cuestionan el testimonio
El propio Trump y muchos de sus seguidores han cuestionado uno de los episodios que relató Cassidy Hutchison en su comparecencia de este martes ante la comisión del 6 de enero. Hutchinson no fue testigo presencial de algunos de esos episodios, sino que se los oyó contar a otros miembros del equipo de Trump. En su comparecencia relató que le habían contado que Trump se abalanzó contra su conductor cuando el servicio secreto rechazó llevarle al Capitolio, donde los insurrectos asediaban el edificio, y le condujo a la Casa Blanca. Cogió al conductor por la garganta y le dijo: "Soy el puto presidente", según lo que Hutchinson declaró que le contaron.
Los seguidores de Trump cuestionaron ayer que eso sea posible, dados los blindajes y mamparas del coche presidencial, conocido como la Bestia. Pero ese día Trump no se movía en ese coche, sino en otro todoterreno. Incluso la Bestia tiene una ventana que comunica los asientos traseros y delanteros. En todo caso, eso sirvió a Trump y sus partidarios para sembrar dudas sobre la credibilidad de Hutchison. "Su historia falsa... es enfermiza" y fraudulenta. Ni siquiera habría sido posible hacer algo tan ridículo", escribió el mismo martes Trump en Truth Social, la red social a imitación de Twitter en la que se expresa ahora.
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