Cuando se vaya Boris...
La tragedia de Johnson es que no ten¨ªa ni idea de qu¨¦ hacer con el Brexit, como tampoco lo sabe ninguno de los conservadores que aspiran a sustituirle, ni el l¨ªder laborista de la oposici¨®n. No es mal momento para sembrar la semilla de una reversi¨®n
Los tories han echado a un primer ministro cuyo nombre estar¨¢ inexorablemente ligado al Brexit. La tragedia de Boris Johnson es que no ten¨ªa ni idea de qu¨¦ hacer con ¨¦l. Si miramos el abultado campo de candidatos a sustituirle, tampoco hay uno solo que lo sepa. Cuando su sucesor pierda las pr¨®ximas elecciones, ser¨¢ sustituido por sir Keir Starmer, otro que tampoco tiene la m¨¢s m¨ªnima idea de qu¨¦ hacer con el Brexit.
De lo que probablemente no se dan cuenta los tories, que por algo se llaman el Partido Est¨²pido, es de que la campa?a contra Johnson ha sido sobre el Brexit. No hay que dejarse enga?ar por los analistas que dicen que ni uno solo de los contendientes est¨¢ a favor de una reversi¨®n del Brexit. Por supuesto que no. Sir Keir tambi¨¦n descart¨® una reversi¨®n del Brexit. No se trata de lo que los pol¨ªticos actuales dicen que har¨¢n. Se trata de lo que van a hacer sus sucesores una vez que ellos hayan fracasado.
Michael Heseltine acu?¨® la frase de que si se va Boris, se va el Brexit. Junto con su co-conspirador, lord Adonis, Heseltine fue una de las principales voces de la campa?a en favor del segundo refer¨¦ndum. Los dos l¨ªderes del Movimiento Europeo de Reino Unido ven ahora una oportunidad.
Yo no era partidario de la campa?a del segundo refer¨¦ndum, porque consideraba que hab¨ªa que respetar las decisiones democr¨¢ticas. Pero ahora es un buen momento para que esa campa?a comience, siempre y cuando se tenga una visi¨®n a largo plazo. Los brexiteros viven en la ilusi¨®n de que el Brexit es irreversible. Pero no entienden las implicaciones profundas que tiene la salida de la UE. Lo dif¨ªcil del Brexit no ha sido marcharse, por muy duro que haya sido. Lo que resulta mucho m¨¢s dif¨ªcil es lograr que funcione. El impacto econ¨®mico depende enteramente de lo que uno haga con ¨¦l. Yo he sostenido en el pasado que el Brexit supondr¨ªa una p¨¦rdida cierta de producci¨®n econ¨®mica por las fricciones comerciales, y una ganancia incierta por las nuevas oportunidades de crecimiento. Ya ha habido una p¨¦rdida. Pero no se ha ganado nada en absoluto. El impacto combinado es, por tanto, negativo, no de forma dr¨¢stica, pero s¨ª negativo.
Uno de los pocos que lo entendi¨® claramente fue Dominic Cummings, antiguo asesor de Johnson y l¨ªder de la campa?a del Brexit. Hacer que el Brexit funcione no tiene nada que ver con bajar los impuestos. Habr¨ªa sido necesaria una revoluci¨®n social, pasar de una econom¨ªa feudal, dominada por Oxbridge, a una potencia de alta tecnolog¨ªa moderna, en la que los mejores y m¨¢s brillantes no se incorporen a los bancos, o a las organizaciones de los medios de comunicaci¨®n, sino que busquen carreras en empresas de nueva creaci¨®n y, finalmente, hagan el esfuerzo de lanzar su propia compa?¨ªa. Ponerse al nivel necesario no consiste en un tren r¨¢pido al noreste de Inglaterra o m¨¢s autobuses. Tendr¨ªa que haberse centrado en la biotecnolog¨ªa, los coches autodirigidos, la inteligencia artificial y las criptomonedas. Para ello, el Gobierno tendr¨ªa que haber reclutado a los raritos y a los inadaptados, y deshacerse de los ¡°sir Humphreys¡±. Johnson logr¨® completar la primera etapa del Brexit. Y no tuvo ning¨²n inter¨¦s en recorrer la segunda etapa.
La revoluci¨®n de la que hablo no se desarrolla en el espectro pol¨ªtico de izquierda y derecha. No se trata del thatcherismo, el blairismo u otras ideolog¨ªas sociales de mercado del siglo XX. El Brexit puede ser un ¨¦xito o un fracaso bajo diferentes combinaciones de impuestos y gasto p¨²blico. Lo que s¨ª requiere el Brexit es un modelo de negocio empresarial. Esto empieza por la educaci¨®n. El sistema educativo brit¨¢nico est¨¢ irremediablemente anclado en el pasado. Incluso asignaturas como la inform¨¢tica est¨¢n ancladas en el siglo XX. En el nivel del Certificado General de Educaci¨®n Secundaria todav¨ªa se ense?a c¨®mo funcionan las impresoras. Si realmente quieres alcanzar la excelencia en las tecnolog¨ªas del siglo XXI, no necesitas competencias del siglo XIX.
No hay que olvidar que todos los mayores avances tecnol¨®gicos de la inform¨¢tica moderna han sido desarrollados en el sector privado por empresas como Google y por personas con una formaci¨®n acad¨¦mica diversa. Este no es un mundo en el que el ¨¦xito es un camino que va de una escuela privada a una universidad de ¨¦lite y a un banco de inversi¨®n. Ese camino estaba bien protegido contra los intrusos.
Cuando llegu¨¦ a Gran Breta?a por primera vez en la d¨¦cada de 1980, al igual que a tantos otros en Alemania, me cost¨® al principio entender el origen del sentimiento contra la UE. Como periodista que observaba a Johnson actuar en los pasillos ¡ªy en los bares de copas¡ª de Bruselas, me di cuenta de que todo era una cuesti¨®n de poder personal. Johnson ten¨ªa la habilidad de sacar de quicio a todo el mundo. Pero nunca habr¨ªa alcanzado un alto cargo pol¨ªtico en Europa. Las ¨¦lites que gobiernan la UE tienen diferentes or¨ªgenes. Se puede entender el Brexit como un intento de los etonianos de proteger su estatus en la sociedad. La iron¨ªa con el proteccionismo de las ¨¦lites es que te saca de la UE. Pero despu¨¦s ya no tiene ¨¦xito.
Para m¨ª, el mandato de Johnson como primer ministro se termin¨® cuando se march¨® Cummings. Este era un operador defectuoso, demasiado arrogante y demasiado ingenuo respecto a la pol¨ªtica. Pero entend¨ªa la naturaleza de la transici¨®n que hab¨ªa que hacer. Ahora estamos de vuelta a la pol¨ªtica de siempre. Solo hay que escuchar a los aspirantes al liderazgo conservador, discrepando sobre los recortes de impuestos.
Por eso creo que ahora no es el peor momento para sembrar las semillas de una reversi¨®n del Brexit. Al igual que las plantas ex¨®ticas que tardan a?os en arraigar en el subsuelo, tambi¨¦n podr¨ªa parecer que ese movimiento no llega a ninguna parte, hasta que, un d¨ªa, sea el momento propicio.
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