Pedro S¨¢nchez, al centro desde la izquierda
El presidente del Gobierno vuelve a pilotar en solitario. En ocasiones parec¨ªa que se hab¨ªa independizado de su Ejecutivo para superarlo y trascenderlo
Liderazgo y protecci¨®n social frente al neoliberalismo, ¡°fuerte con los d¨¦biles y d¨¦bil con los fuertes¡±, que aplic¨® Mariano Rajoy en la crisis de 2008. Esta es la confrontaci¨®n de modelos que buscaba Pedro S¨¢nchez en la primera jornada del debate del estado de la naci¨®n.
Su escudo protector incluye medidas relativas a transporte p¨²blico, vivienda y becas; todo ello financiado con impuestos a quienes se est¨¢n beneficiando de la coyuntura. Cabe una duda: ?para todo el territorio? Podr¨ªa pensarse que se trata de medidas dirigidas a las grandes ciudades y ¨¢reas metropolitanas, dejando al margen al resto del pa¨ªs, y conviene no olvidar que la brecha territorial es hoy, tambi¨¦n, fuente de desigualdad y agravios.
S¨¢nchez lo ha vuelto a hacer. Parec¨ªa que hab¨ªa perdido la iniciativa, pero, como en 2017, se ha puesto al volante, esta vez para liderar la salida de esta nueva crisis. En algunos momentos su discurso parec¨ªa m¨¢s de investidura que de un debate sobre el estado de la naci¨®n. ¡°El mundo cambi¨® el pasado 24 de febrero¡±, afirm¨®. En un contexto de guerra, con la crisis energ¨¦tica disparando la inflaci¨®n y la incertidumbre contamin¨¢ndolo todo, el momento es otro. Y el estado de ¨¢nimo tambi¨¦n.
El presidente vuelve a pilotar en solitario. Durante el debate, en ocasiones parec¨ªa que se hab¨ªa independizado de su Gobierno para superarlo y trascenderlo. Sin apenas alusiones ni gestos de cari?o para sus socios, m¨¢s all¨¢ de unas obligadas palabras de solidaridad con las v¨ªctimas de persecuciones pol¨ªticas, puso en valor las leyes aprobadas con mayor¨ªas transversales y no dud¨® en distanciarse de la derecha en medidas sociales y de la izquierda en cuestiones claves como la tragedia de Melilla o la actitud ante la guerra.
S¨¢nchez ha comprado buena parte de la agenda social a los partidos a su izquierda para, a continuaci¨®n, situarse en una posici¨®n m¨¢s intermedia, cerr¨¢ndole el espacio a un PP que pretende moderarse. Si la estrategia triunfa, habr¨¢ dejado espacio a su izquierda para maximizar los esca?os. Objetivo, por tanto: ocupar el centro desde la izquierda, operaci¨®n que, cuando se logra, garantiza la victoria, pues es ah¨ª donde vuelve a estar la pugna.
La confrontaci¨®n de modelos para gestionar la crisis no fue posible. Cuca Gamarra perdi¨® el primer golpe de efecto previsto cuando todo el hemiciclo, Bildu incluido, se levant¨® para guardar un minuto de silencio por Miguel ?ngel Blanco. A partir de ah¨ª, su discurso, muy anclado en el pasado y reproch¨¢ndole por en¨¦sima vez al Gobierno sus alianzas, apenas encontr¨® espacio para lo que se supon¨ªa que ser¨ªa su punto fuerte, la pelea en el campo econ¨®mico. Daba la impresi¨®n que Casado hab¨ªa vuelto a la tribuna de oradores. Una ocasi¨®n desperdiciada para mostrar el giro del nuevo PP y para confrontar propuestas sobre los temas que preocupan a los espa?oles.
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