Uber frente al espejo
La ret¨®rica de la innovaci¨®n digital no puede servir en ning¨²n caso para ocultar las peores pr¨¢cticas empresariales
Gracias a la filtraci¨®n de un antiguo directivo, y con el esfuerzo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci¨®n, del que EL PA?S es un medio colaborador, la opini¨®n p¨²blica mundial ha tenido acceso a los denominados Uber Files, m¨¢s de 124.000 documentos que recogen las comunicaciones, estrategias y contactos de esta multinacional estadounidense, especializada en ofrecer servicios de transporte de viajeros a trav¨¦s de una aplicaci¨®n m¨®vil. Aun sin conocer todo el alcance de los documentos, los archivos que han salido a la luz muestran un compendio de maniobras agresivas para instalarse en distintos lugares, t¨¢cticas il¨ªcitas de presi¨®n sobre pol¨ªticos y responsables p¨²blicos, compra de voluntades y opiniones, instrumentalizaci¨®n de la violencia que se produjo contra sus ch¨®feres en las protestas de aquellos a quienes perjudicaban, fomento de rencillas entre ciudades y, finalmente, una estrategia dirigida a deslegitimar la posici¨®n de aquellos que m¨¢s ten¨ªan que perder con su aparici¨®n, el sector del taxi.
Uber, que irrumpi¨® en la ¨²ltima d¨¦cada como una de las start-ups con mayor influencia en la narrativa sobre el ¨¦xito de la econom¨ªa digital nacida en Silicon Valley, se convierte ante el espejo de la opini¨®n p¨²blica tras esta filtraci¨®n como una empresa capaz de cualquier cosa con tal de ganar un hueco en el mercado, el suficiente para terminar haciendo inevitable una regulaci¨®n que le permitiera seguir actuando y creciendo. Con una estrategia perfectamente delimitada, Uber se establec¨ªa en un pa¨ªs o en una ciudad sin el menor respeto por las regulaciones locales, al tiempo que presionaba a los poderes p¨²blicos para lograr una legislaci¨®n adecuada a sus intereses. Con una creciente base de clientes conseguidos gracias a estas pol¨ªticas agresivas, la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica y, al parecer, parte de la opini¨®n publicada, har¨ªa el resto.
Las pr¨¢cticas de Uber, cuyas comunicaciones internas muestran abiertamente que en muchas ocasiones rayaban la ilegalidad, son un buen ejemplo sobre c¨®mo, detr¨¢s de un relato anclado en las oportunidades que ofrece la digitalizaci¨®n y la innovaci¨®n, anidaba el modelo m¨¢s depredador de expansi¨®n empresarial, aquel que observa poco o ning¨²n respeto por las legislaciones locales en materia de transporte o relaciones laborales, presiona sobre los gobiernos y las instituciones y busca destruir las razones de aquellos que, frente a esta expansi¨®n, defienden sus leg¨ªtimos intereses.
De poco sirve que la direcci¨®n de la firma haya encapsulado esas pr¨¢cticas en el pasado, como si esa pol¨ªtica de hechos consumados no tuviera que ver con el tama?o y presencia de los que actualmente goza la compa?¨ªa. No ser¨¢ muy dif¨ªcil delimitar cu¨¢nto ha contribuido ese comportamiento a la expansi¨®n de la empresa a escala mundial. Uber, adem¨¢s, va a tener que enfrentarse al riesgo de una multitud de litigios que derivan directamente de estas filtraciones. La disrupci¨®n digital escond¨ªa en este caso las viejas ¡ªy peores¡ª costumbres del capitalismo m¨¢s salvaje.
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