Periodismo: una historia de desamor
Es oportuno preguntarse ¡°?Qu¨¦ hubiese hecho Nora?¡± al tuitear sobre el esc¨¢ndalo en el gremio
El Twitter Periodista lleva una semana tumbado en el div¨¢n. No es un dato sorprendente. Estoy convencida de que no hay profesi¨®n en este portal m¨¢s encantada de conocerse, parlotear de s¨ª misma y, al mismo tiempo, ser la m¨¢s presta a se?alar en tiempo real los errores de los dem¨¢s; a los que no est¨¢n en el bando correcto ¡ªel nuestro, por supuesto¡ª; a los que no leen los art¨ªculos acertados; a los que no se enteran de nada en general. Si el psicoan¨¢lisis deontol¨®gico es una constante en el feed del gremio, la filtraci¨®n de los audios en los que Antonio G. Ferreras admit¨ªa al comisario Villarejo haber tratado una informaci¨®n ¡°burda¡± sobre Pablo Iglesias por su amistad con Eduardo Inda ha sido como presenciar una inyecci¨®n comunal de esteroides y velocidad discursiva en riguroso directo.
Si no tienes confirmada la veracidad de una informaci¨®n, no la das y punto. Si encima te parece "burda", darla es una verg¨¹enza y llamar al afectado para que la desmienta, una burda coartada. Dar informaci¨®n sin contrastar no es periodismo, es negocio, intoxicaci¨®n y propaganda.
— Javier Gallego Crudo (@carnecrudaradio) July 11, 2022
Para no marear con los m¨²ltiples reproches y decapitaciones de las que hemos sido testigo ante la gravedad del asunto, buscando los tuits recientes m¨¢s aplaudidos incluyendo la palabra ¡°periodismo¡± ¡ªes decir, aquellos que acumulen m¨¢s de 10.000 me gusta¡ª el algoritmo no deja espacio posible a la autocomplacencia: ¡°Ferreras ya no tiene arreglo pero est¨¢ destrozando el periodismo espa?ol¡±, tuite¨® Pablo Iglesias con casi 20.000 likes de apoyo. Tambi¨¦n triunfaron los de tuiteros ajenos al esc¨¢ndalo y a la profesi¨®n, como esta dr¨¢stica exigencia de regeneraci¨®n: ¡°O cae Ferreras o cae todo el periodismo. En este tema no hay grises posibles¡± (14.600 me gusta para el escritor Javier Giner). Y unas posiciones por debajo, Javier Gallego, director de Carne Cruda, consigui¨® 10.000 corazones con una afirmaci¨®n tan l¨®gica como cristalina: ¡°Si no tienes confirmada la veracidad de una informaci¨®n, no la das y punto [¡] Dar informaci¨®n sin contrastar no es periodismo, es negocio, intoxicaci¨®n y propaganda¡±.
O cae Ferreras o cae todo el periodismo. En este tema no hay grises posibles.
— Javier Giner ???? (@j_giner) July 10, 2022
Frente a este chorreo de reflexiones en unas pantallas casi tan fritas como nuestro cerebro en este calor apocal¨ªptico, la ¨²nica frase que se ha repetido en mi cabeza es la de la siempre sagaz Nora Ephron recordando sus a?os de periodista: ¡°Me encantaba que se utilizara el peri¨®dico del d¨ªa anterior para envolver el pescado¡±. La escribi¨® en Periodismo: una historia de amor, uno de sus textos de despedida en No me acuerdo de nada, el libro que public¨® poco antes de su muerte por leucemia y que Libros del Asteroide acaba de traducir para mejorar nuestra vida. En ese texto no solo hac¨ªa una lectura mordaz sobre c¨®mo pas¨® de chica del correo en Newsweek a trabajar en el New York Post antes de convertirse en la escritora, guionista y directora de cine genial que todos recordamos. Tambi¨¦n destac¨® lo institucionalizado que estaba el sexismo en el gremio en los sesenta (¡°Por cada hombre, una mujer inferior. Por cada redactor, una machaca¡±) y nos ense?¨® ¡°que con cinismo y desapego emocional no se llega demasiado lejos¡±.
Como hizo Vogue cuando se impuso el confinamiento, es oportuno preguntarse ¡°?Qu¨¦ hubiese hecho Nora?¡± al tuitear sobre este esc¨¢ndalo. ¡°Me encantaba fumar, beber whisky escoc¨¦s y jugar al p¨®quer. No sab¨ªa de nada y hab¨ªa elegido una profesi¨®n que no requer¨ªa saber demasiado. Me encantaba la velocidad. Me encantaban los plazos de entrega. Me encantaba que se utilizara el pescado para envolver el peri¨®dico del d¨ªa anterior¡±, apunt¨® sobre una profesi¨®n que am¨®.
Yo tambi¨¦n llegu¨¦ a fumar en una redacci¨®n por la que pas¨¦ ¡ªalgo que jam¨¢s echar¨¢n de menos mis pulmones o el olor de mi ropa¡ª y, casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, no puedo m¨¢s que revolverme frente a esa ¨¦pica de borrachera y juerga generacional de un pasado que siempre pint¨® mejor para quienes se agarraron a una certidumbre econ¨®mica que les permite pontificar sobre la ¨¦tica del oficio este verano asfixiante desde sus id¨ªlicas terceras residencias. Aunque s¨ª me encanta la velocidad. Y los plazos de entrega. Pero he asumido que ya nadie envuelve el pescado con el peri¨®dico del d¨ªa anterior.
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