Riesgo moral, versi¨®n energ¨¦tica
La prioridad deber¨ªa ser construir una verdadera uni¨®n energ¨¦tica europea, y Espa?a tiene una magn¨ªfica oportunidad de impulsar la diversificaci¨®n del suministro y la inversi¨®n en energ¨ªas renovables
En medio de la convulsi¨®n por la ca¨ªda del Gobierno de Draghi, con un escenario inmediato de pesadilla (el neofascismo de Meloni y la rusofilia de la Liga y Forza Italia acarician el poder), la pol¨ªtica energ¨¦tica de la UE amenaza con abandonarse al viejo enfoque de la identidad, como ocurri¨® con la crisis financiera de 2008. ?Lo recuerdan? Fue cuando la r¨ªgida austeridad impuesta por la Alemania de Merkel a la Europa del Sur se ti?¨® de moralismo, convirtiendo las suspicacias nacionales en razones econ¨®micas. Hubo quien se crey¨® a pies juntillas aquello de que los alemanes eran naturalmente m¨¢s ahorrativos mientras nosotros, pobres sure?os, viv¨ªamos por encima de nuestras posibilidades.
Y es que a eso suena el argumento que Teresa Ribera, ministra de Transici¨®n Ecol¨®gica, utiliz¨® esta semana para rechazar la propuesta de la Comisi¨®n de recortar el consumo de gas. ¡°A diferencia de otros pa¨ªses¡±, afirm¨®, ¡°los espa?oles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energ¨¦tico¡±. Y aunque algo de raz¨®n tenga (no todos tenemos el mismo nivel de dependencia ni hemos explotado durante d¨¦cadas la energ¨ªa barata de Putin), y tambi¨¦n se haya dicho que su negativa responde a un criterio de eficiencia, hay un cierto tufillo revanchista en esa ret¨®rica. No es ya que hablara de una ¡°imposici¨®n¡± de Bruselas, cuando la propuesta da cierto margen a los pa¨ªses (la reducci¨®n puede ser del 10% o del 15%); es que la ministra dijo que ¡°no nos han pedido opini¨®n¡±, como si ignorase que la Comisi¨®n tiene la iniciativa antes de negociar con los Estados. ?O es que ahora queremos una Europa intergubernamental? Pero lo m¨¢s extra?o es que ese moralismo que tanto nos ofend¨ªa anta?o contradice el enfoque de S¨¢nchez durante el debate del estado de la naci¨®n: la solidaridad y la cooperaci¨®n, dec¨ªa el presidente, son la base para afrontar la falta de independencia energ¨¦tica europea.
Por primera vez en nuestra historia reciente, partimos con ventaja en una crisis. Junto a Portugal, tenemos una posici¨®n interesante para impulsar la resiliencia que Europa necesita. Por eso es tragic¨®mico que se amague con volver a un discurso que culpabilizaba solo a unos pa¨ªses de los problemas estructurales de dise?o de la zona euro. La pol¨ªtica alemana pas¨®, entonces, de la cooperaci¨®n al sometimiento, y Europa corri¨® el riesgo de entrar en una desintegraci¨®n a fuego lento. La pregunta es: ?queremos eso ahora? La prioridad deber¨ªa ser construir una verdadera uni¨®n energ¨¦tica europea, y Espa?a tiene una magn¨ªfica oportunidad de impulsar la diversificaci¨®n del suministro y la inversi¨®n en energ¨ªas renovables. Y aunque es cierto que Alemania deber¨ªa sacar conclusiones de su chovinismo, tambi¨¦n aqu¨ª deber¨ªamos saber ya que, cuando se est¨¢ en una buena situaci¨®n, conviene ser dadivosos, no sea que luego vengan a cobrarnos otras deudas.
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