Un Estado, varias lenguas
El impulso del catal¨¢n, y del resto de lenguas en los espacios comunes, cumple con el mandato constitucional
La tercera sesi¨®n de la mesa de di¨¢logo entre el Govern de la Generalitat y el Gobierno de Espa?a ha alcanzado un notable resultado para el estatuto del idioma catal¨¢n, y tambi¨¦n para las dem¨¢s lenguas cooficiales. El acuerdo es relevante porque se ha fraguado en contraste con la escasa cosecha recogida en los 29 meses en que este foro funciona y frente a los augurios pesimistas inducidos desde la oposici¨®n al Gobierno y ta...
La tercera sesi¨®n de la mesa de di¨¢logo entre el Govern de la Generalitat y el Gobierno de Espa?a ha alcanzado un notable resultado para el estatuto del idioma catal¨¢n, y tambi¨¦n para las dem¨¢s lenguas cooficiales. El acuerdo es relevante porque se ha fraguado en contraste con la escasa cosecha recogida en los 29 meses en que este foro funciona y frente a los augurios pesimistas inducidos desde la oposici¨®n al Gobierno y tambi¨¦n desde el negacionismo de Junts, que sigue en el Govern.
Desde la instauraci¨®n de la democracia se ha registrado un avance formidable en el reconocimiento, normativizaci¨®n y uso oficial y real de las lenguas de los espa?oles que no son el castellano. Se cumple as¨ª una parte del mandato constitucional, cuyo art¨ªculo 3 eleva a cooficial su r¨¦gimen bas¨¢ndose en el principio de territorialidad: lo es en el per¨ªmetro de las respectivas comunidades aut¨®nomas. Quedaba pendiente un largo trayecto que forma parte de la misma norma y que consagra como patrimonio com¨²n de todos los espa?oles esa pluralidad ling¨¹¨ªstica, y por tanto, reclama regular su uso en las instituciones comunes.
Es lo que ahora se ha empezado a enhebrar de forma acertada. Los compromisos del Gobierno de solicitar que el catal¨¢n se incorpore como ¡°lengua de uso¡± a los plenarios del Parlamento Europeo (un importante reconocimiento simb¨®lico, que no erosiona la funcionalidad de un n¨²mero acotado de lenguas de trabajo), junto al prop¨®sito de ampliar su uso en el Senado, en la Administraci¨®n perif¨¦rica del Estado y en todos los foros internacionales que corresponda eran una tarea pendiente, y si algo hay que lamentar es que sean novedad tras tantos a?os de Constituci¨®n. El paquete se completa con el mutuo apoyo al pleno dominio escolar y al uso curricular del catal¨¢n y el castellano, y a la nueva ley consensuada por ampl¨ªsima mayor¨ªa en el Parlamento, as¨ª como la disposici¨®n a extender este estatuto a todas las lenguas cuyas representaciones as¨ª lo demanden.
Con esta iniciativa se refuerza el car¨¢cter pluriling¨¹¨ªstico y pluricultural del ordenamiento espa?ol y se procura una mayor integraci¨®n y cohesi¨®n entre sus distintos componentes, algo que todos deber¨ªamos celebrar. El fomento del pluriling¨¹ismo en la Universidad, en los tribunales y en otros foros comunes forma parte del desarrollo l¨®gico de este dise?o.
Los detractores del despliegue auton¨®mico deber¨ªan repensar sus prejuicios. El l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, quien ante la convocatoria de este encuentro sembr¨® sospechas sobre su agenda presuntamente secreta (a la vista est¨¢ que fue concreta y visible) y cr¨ªticas sobre su car¨¢cter ¡°bilateral¡±, podr¨¢ ahora reclamar que todos los impulsos al idioma catal¨¢n se apliquen con celeridad al gallego y dejar de lamentar que una u otra comunidad ejerza un papel vanguardista en determinadas cuestiones. Tambi¨¦n Junts, que se autoexcluy¨® de la cita, deber¨¢ explicar ahora por qu¨¦ estos acuerdos en favor de la lengua de los catalanes ir¨ªan contra estos.
Junto al impulso al idioma, la mesa abord¨® tambi¨¦n la ¡°desjudicializaci¨®n¡± de la vida pol¨ªtica catalana. Este asunto concita m¨¢s diferencias entre las partes, aunque el deseo de no transferir las responsabilidades del ¨¢mbito pol¨ªtico al del sistema judicial sea compartido. La intenci¨®n de ambas de imprimir avances durante este a?o a esa carpeta requerir¨¢ mucho trabajo de preparaci¨®n previa, de atenci¨®n al detalle y de impecable encaje en el ordenamiento constitucional. Y debe ir en paralelo a la plena normalizaci¨®n de las relaciones institucionales desde la Generalitat.