Argentina se queda sin tiempo

Argentina podr¨ªa estar al borde del abismo ante la gravedad de la crisis que padece. El nombramiento de un nuevo ministro de Econom¨ªa, el tercero en poco m¨¢s de un mes, es un s¨ªntoma inequ¨ªvoco tras la renuncia de Mart¨ªn Guzm¨¢n a principios de julio. Entonces se precipit¨® una semana de ataques especulativos contra el peso, que perdi¨® el 40% de su valor frente al d¨®lar en los mercados informales. Su reemplazo por Silvina Batakis, una funcionaria de amplia experiencia pero sin peso pol¨ªtico, termin¨® de la peor manera posible. La ministra se enter¨® de que la apartaban del cargo en Washington, donde hab¨ªa llevado un mensaje de confianza ante el FMI, el Tesoro de Estados Unidos e inversores de Wall Street. Batakis dur¨® 24 d¨ªas en el cargo, sin tiempo siquiera para presentar un plan. El jueves pasado, finalmente, el presidente Fern¨¢ndez y su vicepresidenta, Cristina Kirchner, decidieron dar un golpe de tim¨®n con la llegada al Ejecutivo de Sergio Massa, socio minoritario de la coalici¨®n peronista que gobierna en Argentina.

Sergio Massa es presidente de la C¨¢mara de Diputados y tiene en su haber una ampl¨ªsima experiencia pol¨ªtica y una reconocida capacidad de gesti¨®n, solo comparable a sus ambiciones presidenciales. Su figura estaba opacada porque tanto Fern¨¢ndez como Kirchner lo consideran una amenaza. Si el binomio se decant¨® finalmente por aceptar a Massa, otorg¨¢ndole incluso poderes de ¡°superministro¡±, es porque lo que est¨¢ en juego es nada menos que la permanencia del peronismo en el poder. El Gobierno ya no tiene el viento de cola que en el pasado permiti¨® al kirchnerismo sacar a Argentina del pozo en el que hab¨ªa ca¨ªdo tras la crisis del corralito, en 2001. Sin dinero fresco, ha financiado su d¨¦ficit fiscal con emisi¨®n monetaria, mientras las reservas del Banco Central se secan y la inflaci¨®n se dispara. Las previsiones para este a?o est¨¢n por encima del 80% de subida del IPC. El descalabro dilapida cualquier posibilidad del oficialismo en las generales de octubre de 2023. El peronismo se ha abrazado al nuevo ministro como si fuese un salvador, pese a su baja popularidad entre el electorado y el sarpullido que levanta entre sus pares. Massa fue jefe de gabinete de Cristina Kirchner, pero luego hizo campa?a como candidato presidencial prometiendo que la meter¨ªa presa por corrupci¨®n. Pese a su ¡°traici¨®n¡± ¡ªel peronismo es intransigente con los d¨ªscolos¡ª, volvi¨® en 2019 al seno del kirchnerismo.

Massa no es un hombre de los mercados, pero tiene v¨ªnculos bien engrasados en Wall Street y el apoyo de empresarios locales poderosos. El peronismo parece ahora guarecido detr¨¢s de su figura, a la que ha entregado la responsabilidad de un duro ajuste fiscal al que hasta ahora se resist¨ªa. Massa ha prometido fomentar el ingreso de d¨®lares a la econom¨ªa, con incentivos a la exportaci¨®n y una bajada de la presi¨®n fiscal. Est¨¢ por ver si el pa¨ªs se halla a¨²n a tiempo de remontar la pendiente y, sobre todo, si la pol¨ªtica acompa?ar¨¢ los sacrificios que vienen. Massa tiene una sola oportunidad, y a Argentina se le acaba el tiempo.