El sexo empieza por s¨ª (ahora tambi¨¦n en el PP y Vox)
Hay demasiados grises, muchas zonas oscuras en nuestra educaci¨®n sexual y aunque la ley no vaya a evitar una violaci¨®n en grupo y quede un gran camino, lo debemos recorrer, tambi¨¦n en las aulas
No existe sexo sin consentimiento porque el sexo sin consentimiento es violaci¨®n. Es f¨¢cil de entender y de practicar y, sin embargo, esta idea a¨²n resulta dif¨ªcil de asimilar para muchos y muchas, en concreto para todos los diputados y diputadas del PP y Vox que votaron en contra cuando la ley del solo s¨ª es s¨ª, que lleg¨® al Congreso el pasado 26 de mayo.
Lo que piensan todos estos diputados y diputadas es que resulta muy dif¨ªcil expresar sin lugar a dudas nuestro consentimiento cuando estamos sexualmente excitados. Porque hay muchos grises, dicen. Y tienen raz¨®n: hay demasiados grises, muchas zonas oscuras en nuestra educaci¨®n sexual. Abismos negros como el petr¨®leo, tan profundos como aquel charco en el que se meti¨® la entonces diputada del PP Cayetana ?lvarez de Toledo en 2019, despu¨¦s del ataque de La Manada, al preguntar a la ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, en un debate en RTVE por la ley que se acaba de aprobar hoy, tres a?os despu¨¦s de su derrape. ¡°Dice su programa: garantizaremos con el C¨®digo Penal que todo lo que no sea un s¨ª, es un no. ?De verdad van a garantizar eso? ?Penalmente? ?Un silencio es un no? Ustedes dicen que un silencio es un no, y una duda, ?de verdad van diciendo ustedes s¨ª, s¨ª, s¨ª hasta el final?¡±. Vaya l¨ªo lo de consentir, menudo foll¨®n ahora lo del sexo. Lo malo es que todos estos pol¨ªticos y pol¨ªticas que se hacen l¨ªo con el consentimiento sexual representan a muchas personas tan machistas y desconcertadas como ellos y ellas.
Y mira que hay ocasiones en que los diputados y diputadas del PP y Vox lo tienen claro. Una boda, por ejemplo, ah¨ª hace falta un s¨ª quiero para consumar. Y eso lo entienden superbi¨¦n. Igual que se precisa un consentimiento expreso para iniciar una relaci¨®n laboral y hasta para recibir una newsletter informativa del partido. El consentimiento parece una pr¨¢ctica sencilla y generalizada m¨¢s que una complicaci¨®n. Pero si est¨¢s desnuda o vulnerable, la cosa se complica, si te desabrochaste el sujetador con tus propias manos, eso podr¨ªa suponer que aceptas todas las pr¨¢cticas sexuales que vengan a continuaci¨®n, si la otra noche quer¨ªas entonces aquel s¨ª valdr¨¢ tambi¨¦n para hoy; si estamos casados, no me jodas, no me digas que tambi¨¦n te puede violar tu propio marido¡ Todo esto son, para muchas personas, zonas grises del consentimiento sexual. Pero esas zonas grises de las que hablan quienes no entienden la palabra consentimiento no son m¨¢s que una niebla mental en su cabeza, la clase de niebla que se produce cuando uno no sabe orientarse en una situaci¨®n concreta. Y cuando esto sucede, es uno el que est¨¢ mal y uno quien debe cambiar. Los grises proceden en este caso de la forma machista que tiene la manera en que imaginamos las relaciones sexuales: profunda, inconsciente y asumida por una amplia parte de la sociedad.
As¨ª, el machista en la cama se parece mucho a un psic¨®pata, por cuanto no est¨¢ seguro de estar haciendo da?o. Porque ¨¦l mismo no siente el da?o ni reconoce a su v¨ªctima. Por eso el machista (o la machista) es un psic¨®pata cultural socialmente aceptado. Y solo desde ah¨ª se entiende el gris. Es por eso, porque hay tantos machistas sueltos y tantas diputadas y diputados hablando de la materia gris, por lo que es tan importante que la ley no entienda de sombras ni de tinieblas a partir de hoy.
La mala noticia es que el problema es legislativo en muy ¨²ltimo t¨¦rmino. Una cosa es que el juicio de La Manada pudiera ser otro con esta ley en la mano y otra muy distinta que una ley pueda servir para evitar o prevenir una violaci¨®n en grupo. Queda un gran camino, pero lo debemos recorrer, tambi¨¦n en las aulas. De momento hoy, con la ley en la mano, tal y como nos sugiri¨® Cayetana, gritamos s¨ª, s¨ª, s¨ª.
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