Fricciones en la izquierda latinoamericana
Se trata de desencuentros puntuales, pero que ilustran las divergencias entre las izquierdas m¨¢s comprometidas con la renovaci¨®n democr¨¢tica de la regi¨®n
Mucho antes de lo previsto comienzan a manifestarse fricciones dentro de la heterog¨¦nea izquierda que accede democr¨¢ticamente al poder en Am¨¦rica Latina. Se trata de desencuentros puntuales, generalmente subvalorados u ocultados por los medios hegem¨®nicos del bloque bolivariano, pero que ilustran las divergencias entre las izquierdas m¨¢s comprometidas con la renovaci¨®n democr¨¢tica de la regi¨®n y las que apuestan a diversas opciones autoritarias o h¨ªbridas.
A mediados de agosto, veintisiete gobiernos latinoamericanos y caribe?os condenaron en la OEA el encarcelamiento de opositores, el cierre de organizaciones no gubernamentales, el acoso a la prensa y a la Iglesia cat¨®lica, por parte del r¨¦gimen de Daniel Ortega en Nicaragua. De los nueve gobiernos localizados en la izquierda del espectro continental, tres votaron a favor de la resoluci¨®n (Argentina, Chile y Per¨²), tres se abstuvieron (M¨¦xico, Bolivia y Honduras) y tres no votaron por diversas razones (Cuba, Venezuela y Colombia). Ninguno vot¨® a favor, aunque Venezuela y Cuba lo habr¨ªan hecho de no estar fuera del organismo.
Por esos mismos d¨ªas se intensific¨® el diferendo diplom¨¢tico entre Argentina y Venezuela por la retenci¨®n, desde junio, en el aeropuerto de Ezeiza, de un avi¨®n iran¨ª-venezolano que est¨¢ siendo investigado por instituciones de seguridad, justicia y combate al terrorismo del Estado argentino. La retenci¨®n del avi¨®n ha provocado que Nicol¨¢s Maduro y Diosdado Cabello acusen al presidente argentino, Alberto Fern¨¢ndez, de ¡°secuestro de la tripulaci¨®n¡± y de seguir ¡°¨®rdenes del imperialismo¡±. En versi¨®n menos diplom¨¢tica, medios partidarios Maduro y Ortega han catalogado a Fern¨¢ndez de ¡°pelele¡± y ¡°t¨ªtere¡± de Washington.
Los ataques a Fern¨¢ndez de parte del madurismo y el orteguismo coincidieron con una reuni¨®n de la CELAC, en Buenos Aires, a la que asistieron representantes de casi todos los gobiernos de la regi¨®n. Bajo el lema de ¡°unidad en la diversidad¡±, el foro fue escenario de pronunciamientos como el de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador a favor de la integraci¨®n comercial con Estados Unidos y Canad¨¢, que no apoyan los reg¨ªmenes bolivarianos, as¨ª como de llamados a poner fin a las sanciones de Washington contra Cuba y Venezuela, que s¨ª apoyan.
A pesar de las cr¨ªticas no solo de Maduro sino del l¨ªder opositor Juan Guaid¨®, Fern¨¢ndez ha reiterado su deseo de que en Venezuela tengan lugar elecciones libres. M¨¢s o menos en el mismo sentido se pronunci¨® varias veces la canciller¨ªa mexicana, durante las ¨²ltimas conversaciones entre el gobierno y la oposici¨®n venezolanas. Y la misma posici¨®n se desprende de las declaraciones recientes de Lula da Silva, en S?o Paulo, a favor de restablecer lazos diplom¨¢ticos con Venezuela, pero sin perder de vista que la plena legitimidad democr¨¢tica proviene de un sistema de ¡°alternancia pol¨ªtica¡± y ¡°elecciones libres¡±.
Esas tensiones de baja intensidad entre las izquierdas latinoamericanas encuentran en la frontera entre Colombia y Venezuela uno de sus espacios m¨¢s conflictivos. El presidente Gustavo Petro ofreci¨®, desde la campa?a, normalizaci¨®n de v¨ªnculos con su vecino y reanudaci¨®n del proceso de paz con el ELN, pero algunos incidentes enturbian ese objetivo. Petro rechaz¨® una solicitud de Diosdado Cabello para que Colombia extradite a opositores venezolanos, acusados por Caracas de ¡°asesinato¡± y ¡°robo¡±, reafirmando el derecho al asilo que garantizan las leyes colombianas. El ataque armado al convoy presidencial en Catatumbo, cerca de la frontera con Venezuela, donde operan el ELN y disidencias de las FARC, complica m¨¢s el proceso de normalizaci¨®n bilateral.
Durante la agudizaci¨®n de la crisis pol¨ªtica argentina, a ra¨ªz de la nueva causa judicial contra la vicepresidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner por corrupci¨®n inmobiliaria en Santa Cruz, Alberto Fern¨¢ndez convoc¨® a tres presidentes latinoamericanos, L¨®pez Obrador de M¨¦xico, Gustavo Petro de Colombia y Luis Arce de Bolivia, a pronunciarse en conjunto contra el acoso jur¨ªdico a su compa?era de f¨®rmula. La exclusi¨®n de Maduro, Ortega y D¨ªaz-Canel del posicionamiento tiene que ver, aunque no se reconozca p¨²blicamente, con la falta de legitimidad democr¨¢tica de esos l¨ªderes.
La ausencia de Boric, en cambio, tendr¨ªa otras explicaciones m¨¢s sofisticadas que, probablemente, se relacionen con el mayor apego a la independencia del poder judicial que caracteriza al sistema chileno y con el ejercicio de una diplomacia profesional y cuidadosa, que el nuevo Gobierno hereda de la pol¨ªtica exterior de Estado de la transici¨®n. La nueva Constituci¨®n chilena, que pronto se votar¨¢ en plebiscito, con sus m¨¢s de cien derechos civiles, pol¨ªticos, sociales y de nueva generaci¨®n (plurinacionalidad, medio ambiente, g¨¦nero, bio¨¦tica, neurodiversidad), y con su fuerte acento garantista en t¨¦rminos del debido proceso y el imperio de la ley, se apruebe o no, es la m¨¢s clara evidencia de que un proyecto de izquierda democr¨¢tica es posible en la Am¨¦rica Latina del siglo XXI.
De verificarse el muy probable triunfo de Lula da Silva en Brasil, estas fricciones no cesar¨¢n, dado el ya irreversible cauce autoritario que siguen algunos gobiernos de la regi¨®n. Es dif¨ªcil imaginar un Gobierno de Lula sumado al bloque bolivariano, aunque cuestione la pol¨ªtica de Estados Unidos hacia algunos gobiernos que lo integran. Sobre todo, si se tiene en cuenta que se tratar¨ªa de un gobierno de un solo periodo, que tendr¨ªa como prioridad la alternancia en el poder, las elecciones competidas y la sucesi¨®n presidencial democr¨¢tica en 2026.
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