Un mundo se derrumba y nosotros en modo electoral
A la vista de retos como el cambio clim¨¢tico, las enormes desigualdades, el agotamiento de los recursos o la situaci¨®n b¨¦lica, cabe esperar que se debata sobre esas cuestiones; no sobre si Feij¨®o es peor que Casado o si los socios del Gobierno son indignos y su presidente un chisgarab¨ªs

Las democracias est¨¢n dise?adas para tiempos de bonanza y para impulsar el optimismo. No hay m¨¢s que ver lo que ocurre en las campa?as electorales, reducidas a una puja por ver qui¨¦n tiene m¨¢s y mejores ofertas para los ciudadanos. Tanto han interiorizado los sistemas democr¨¢ticos el discurso del progreso, ese presupuesto de que siempre iremos avanzando hacia una vida mejor, que cuando cambian las tornas y hay que llamar a hacer sacrificios, los actores pol¨ªticos se desviven por dar con el discurso adecuado. ?C¨®mo explicar que ahora no toca progresar sino retroceder? Porque en estos momentos de lo que se trata no es de mejorar, es de evitar un empeoramiento excesivo. Hemos entrado en una fase malmenorista, donde todo nuestro esfuerzo se dirige a evitar el mal mayor, no a la obtenci¨®n de mejoras.
Macron tuvo la astuta idea de comenzar el curso pol¨ªtico franc¨¦s haciendo filosof¨ªa de la historia. Se acab¨® la sociedad de la abundancia, afirm¨®, hemos llegado al fin de la ilimitada disponibilidad de recursos como la energ¨ªa o el agua. Estamos en un momento cr¨ªtico, debemos despedirnos de la era de la despreocupaci¨®n y las certezas. Fue una fil¨ªpica muy en la l¨ªnea de otra anterior, en 2019, donde avisaba a su cuerpo diplom¨¢tico del ¡°fin de la hegemon¨ªa occidental¡±. Creo que ambas afirmaciones son ciertas y eran un aviso a navegantes, por si alguien no se hab¨ªa enterado de que ahora pintan bastos. Pero ¨¦l al menos tiene la ventaja de inaugurar su gobierno, no ha de preocuparse por afrontar nuevas elecciones durante un plazo largo, planificar con eficacia. O sea, justo lo contrario de la situaci¨®n en la que nos encontramos en nuestro pa¨ªs. Aqu¨ª vamos a afrontar esta cesura hist¨®rica en pleno modo electoral.
La mezcla de ambas cosas, la imposibilidad de hacer promesas ilusionantes y los imperativos del enfrentamiento electoral, se presenta ciertamente explosiva. Por lo pronto, porque se desvanece cualquier esperanza por afrontar unidos los preocupantes desaf¨ªos que nos esperan. Todo lo contrario, el incentivo est¨¢ en propiciar la divisi¨®n, y esto es algo que ya hemos visto incluso en algo tan nimio como las medidas de ahorro energ¨¦tico. Luego, porque lo que exige el momento, buenas ideas que nos permitan orientarnos por estos tiempos oscuros que se avecinan, ser¨¢ suplido por la demonizaci¨®n ret¨®rica del adversario. La elecci¨®n ser¨¢ aqu¨ª tambi¨¦n malmenorista: se trata de presentarse como el menos malo de los contendientes, el que al final consiga un empeoramiento menor. El acicate no estar¨¢ en argumentar sobre la bondad de las propias propuestas, sino sobre el desastre que supondr¨¢n las del adversario.
Por lo pronto, sin la sofisticaci¨®n de Macron, el Gobierno ya nos ha advertido de que el invierno ser¨¢ ¡°dur¨ªsimo¡±. Ojal¨¢ solo se tratara de eso. A la vista de retos como el cambio clim¨¢tico, las enormes desigualdades, el agotamiento de los recursos o la situaci¨®n b¨¦lica, entre otros, lo menos que cabe esperar es que se debata sobre esas cuestiones; no sobre si Feij¨®o es peor y m¨¢s radical que Casado o si los socios del Gobierno son indignos y su presidente un chisgarab¨ªs. Ser¨¢ inevitable que ocurra en las redes sociales, pero los medios m¨¢s serios tienen la responsabilidad de estar a la altura de este delicado momento hist¨®rico; m¨¢s que jalear a unos contra otros deber¨ªan obligarles a argumentar sus propuestas. A ver si as¨ª se animan. Las ideas siempre son m¨¢s fuertes que los zascas, igual que la b¨²squeda del entendimiento siempre es m¨¢s eficaz que la polarizaci¨®n. Lo ¨²nico cierto es que vamos a poner a prueba la madurez de nuestra democracia.
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