El ¨²ltimo fracaso del secretario general
Con una guerra como las de antes, a lo grande, ha vuelto hoy a Rusia todo lo que Gorbachov combati¨® y detestaba
Ha sido el mayor h¨¦roe de nuestra ¨¦poca. El comunista que desmont¨® el comunismo. El dictador que abri¨® las ventanas a la libertad, solt¨® a los disidentes, permiti¨® la expresi¨®n libre y plural, inici¨® el desarme nuclear y se neg¨® a utilizar la fuerza contra los suyos, los dirigentes comunistas, ¡ªcomo hab¨ªa sido tradici¨®n al menos hasta la muerte de Stalin¡ª ni contra los ciudadanos sovi¨¦ticos ¡ªcomo sigui¨® siendo reglamentario en toda la esfera comunista, hasta la matanza de Tiananmen en 1989¡ª. Fue un h¨¦roe de la retirada, seg¨²n el escritor alem¨¢n Hans Magnus Enzensberger, en feliz expresi¨®n formulada cuando todav¨ªa ten¨ªa mando en plaza en el Kremlin.
Fracas¨® de forma monumental en el objetivo imposible que se hab¨ªa propuesto. Modernizar y democratizar el sistema comunista, una idea absurda y contradictoria en sus propios t¨¦rminos. Instruido y entrenado en el m¨¢s dogm¨¢tico y brutal de los maquiavelismos, quiso emprender esta tit¨¢nica tarea sin utilizar la fuerza, el recurso necesario y obligado en la tradici¨®n comunista. No lo consigui¨® y, al contrario, sus esfuerzos fueron coronados por la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica que presid¨ªa y la huida de un buen pu?ado de pa¨ªses de la c¨¢rcel de los pueblos sovi¨¦tica, digna y eficaz sucesora de la c¨¢rcel de los pueblos zarista. Y lo que es peor, la instalaci¨®n en Mosc¨², a continuaci¨®n, de un r¨¦gimen policial y mafioso presto a recuperar la vieja idea imperial y a regresar a la autocracia.
Fue un breve par¨¦ntesis. El aire fresco sopl¨® apenas unos a?os, entre Gorbachov y el primer Yeltsin. Quien inici¨® la involuci¨®n no fue Putin, sino quien le nombr¨® a cambio de la inmunidad para s¨ª y para su familia. El actual se?or del Kremlin ha excavado como nadie en el viejo surco abierto por la ambici¨®n y la corrupci¨®n de Yeltsin, que ya utiliz¨® la fuerza contra el Parlamento en 1993 y se enzarz¨® en 1994 en la primera guerra de Chechenia.
La retirada, la operaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil en la guerra, adquiere tintes ¨¦picos cuando es victoriosa. La acci¨®n del viejo Kut¨²zov, general del zar Alejandro I y personaje de Guerra y Paz, es el modelo de esta enorme y rara maniobra con la que derrot¨® a Napole¨®n. No fue el caso de Gorbachov. La Uni¨®n Sovi¨¦tica no ten¨ªa remedio. Con retirada o sin ella, no hab¨ªa victoria posible. ?En qu¨¦ mano pod¨ªa estar a la vez la preservaci¨®n del inmenso imperio territorial, la construcci¨®n de un sistema democr¨¢tico liberal y un Estado de derecho, la recuperaci¨®n y modernizaci¨®n de la econom¨ªa y el mantenimiento del rango internacional de Rusia? Y todo ello sin recurrir al instrumento habitual para los cambios, la fuerza bruta, seg¨²n la doctrina oficial impartida en las escuelas del partido.
As¨ª desapareci¨® la Uni¨®n Sovi¨¦tica, sin violencia, habiendo nacido de la violencia. El ¨²ltimo fracaso del ¨²ltimo secretario general es el regreso de la violencia 30 a?os despu¨¦s, un regreso a lo grande, con una guerra como las de antes, y como idea motriz del orden internacional. Ha vuelto todo lo que Gorbachov combati¨® y detestaba.
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