Democracia de poetas

?C¨®mo debe funcionar una democracia? ?Tiene la ciudadan¨ªa que limitarse a elegir a sus representantes cada cuatro a?os o es mejor si participa tambi¨¦n en la toma de decisiones? Es evidente que la democracia representativa est¨¢ en crisis. Incluso en el rinc¨®n del planeta donde el liberalismo est¨¢ m¨¢s salvaguardado de las tormentas autoritarias, la Europa occidental, apenas la mitad de las personas creemos en nuestros parlamentos y partidos pol¨ªticos. Lo que no es obvio es c¨®mo mejorar el sistema. Una de las f¨®rmulas m¨¢s atractivas es la democracia deliberativa, en la que ciudadanos ¡°de a pie¡± debaten sobre un tema y el resultado de esas discusiones se somete luego a un refer¨¦ndum popular. Todo sin el concurso directo de los partidos, sin contaminaci¨®n electoralista. Pol¨ªtica sin procesados, como el real food.

Pero ?qu¨¦ resultados da la real politics? El veredicto est¨¢ en el aire. La democracia deliberativa ha unido a un pa¨ªs bastante dividido ¨DIrlanda, sobre el aborto y el matrimonio homosexual¨D y ha dividido a un pa¨ªs bastante unido ¨DChile, sobre la reforma constitucional, rechazada en las urnas este domingo¨D.

Irlanda, la tierra de los poetas (del hemisferio norte), recurri¨® a un modelo modesto y cerrado: asambleas de ciudadanos, elegidos en su mayor¨ªa de forma aleatoria, que discut¨ªan unos asuntos concretos y sensibles en una sociedad tan cat¨®lica, como los derechos de las personas homosexuales y la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. En ambos casos, a los participantes les ocurri¨® lo que nos sucede a todos cuando, en una cuesti¨®n candente, expertos de un lado y del otro nos exponen calmadamente sus argumentos: nos enfriamos. Y, en consecuencia, somos capaces de llegar a posiciones razonables. Esa moderaci¨®n cristaliz¨® naturalmente en las propuestas que salieron de las asambleas irlandesas y, a continuaci¨®n, una mayor¨ªa del pa¨ªs aprob¨® holgadamente en refer¨¦ndum el matrimonio homosexual (2015) y la despenalizaci¨®n del aborto (2018).

Chile, la tierra de los poetas (del hemisferio sur), opt¨® por un modelo ambicioso y abierto: una convenci¨®n para reescribir toda la Constituci¨®n. La asamblea apartidista acab¨® elaborando un texto fervientemente partidista. A sus miembros les pas¨® lo que nos acontece a todos cuando el l¨ªmite es el cielo: que pedimos la luna. O, en este caso, los astros que tiritan, azules, a lo lejos. @VictorLapuente