Alemania, apocalipsis y juicio universal
Berl¨ªn afronta en esta ¨¦poca convulsa un escrutinio especialmente intenso. Un discurso de Scholz sobre pol¨ªtica europea aporta valiosos elementos de reflexi¨®n

De la mano de los apocalipsis suelen ir los juicios universales. No es excepci¨®n en este tiempo cargado de plagas, desde la pandemia hasta el cambio clim¨¢tico y la guerra en Ucrania con todas sus consecuencias. Nadie se libra de la evaluaci¨®n acerca de c¨®mo se lleg¨® a estos a?os tan exigentes, pero los grandes protagonistas afrontan un escrutinio especialmente minucioso. Es, en Europa, el caso de Alemania, potencia principal y central en el sector democr¨¢tico del continente, que atrae en estas semanas juicios de toda ¨ªndole. Algunos ponderados, otros sumarios; algunos serenos, otros con cierto aroma revanchista. En medio de ese panorama, el canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, ha pronunciado esta semana en Praga un discurso seminal, que aclara la visi¨®n sist¨¦mica de Berl¨ªn para Europa, plantea nuevas propuestas y, en definitiva, ofrece nuevos elementos de juicio sobre Alemania.
El pa¨ªs ha llegado a esta especie de juicio universal con graves cargos en contra acumulados en la historia reciente, sobre los cuales cuesta imaginar un tribunal que dictaminara absoluci¨®n. Por un lado, la receta de austeridad extrema impuesta en la gran crisis anterior a esta, la que se inici¨® en 2008; por otro, la irresponsable entrega total a la dependencia de la energ¨ªa barata rusa, que durante un tiempo funcion¨® como un turbo extra para su econom¨ªa, y ahora amenaza con herirla profundamente, como evidencia el nuevo corte del suministro a trav¨¦s del gasoducto Nord Stream I. Hay otros elementos cuestionables, como el amplio descuido de las Fuerzas Armadas, pero es sobre la base de los dos anteriores que se pronuncian en estas semanas rotundas condenas. Es sensato considerarlos dos graves errores que, vinculados a cierto sabor de superioridad moral expresado a veces por parte de su clase pol¨ªtica, constituyen un enorme lastre en uno de los platos de la balanza. En la misma Alemania hay una extendida conciencia de ello.
En la impetuosidad del momento, en el resquemor por lo sufrido en el pasado, algunos juicios tienden a olvidar o subestimar elementos que se acumulan en el otro plato y es importante contemplar. La apertura de las puertas de Alemania a un mill¨®n de refugiados sirios desactiv¨® en 2015 una crisis con un potencial devastador, como es evidente debido a la extrema toxicidad pol¨ªtica de ciertas cuestiones migratorias, con un gesto sabio, solidario y no exento de riesgos. La luz verde a la mancomunaci¨®n de la deuda para sostener los fondos de ayuda pand¨¦mica de los que se benefician otros pa¨ªses de la UE contuvo otra crisis, y constituy¨® una suerte de enmienda a las intransigencias del pasado. En ese pasado, caben destacar d¨¦cadas de generosa aportaci¨®n como contribuyente neto a los presupuestos comunitarios, que tan valiosa ayuda ha proporcionado a tantos.
Por supuesto, es perfectamente leg¨ªtimo insistir en la cr¨ªtica de cuestiones concretas y muy relevantes. Pero en el debate p¨²blico europeo resulta importante mantener la visi¨®n perisc¨®pica, activos y pasivos, porque de lo contrario se alimentan, aunque sea de forma involuntaria, prejuicios y rencores con potencial peligroso, como la probable llegada al poder de formaciones nacionalistas de ultraderecha en Italia ilustra. Alemania se ha beneficiado mucho del proyecto com¨²n; tambi¨¦n ha aportado mucho, con gestos pol¨ªticamente muy arriesgados como el de los sirios. Es preciso no olvidarlo en la conformaci¨®n de juicios.
?Qu¨¦ lecciones extrae la propia Alemania en su proyecci¨®n europea, tan importante, de ese c¨²mulo de elementos del pasado reciente y de los desaf¨ªos pendientes sobre la mesa? El discurso en Praga de Scholz, canciller l¨ªder de un Gobierno de coalici¨®n con tres a?os de legislatura por delante, tiene la virtud de ordenar y aclarar la propuesta sist¨¦mica de Berl¨ªn para la UE, lo que facilita el juicio. Las intenciones tambi¨¦n son relevantes en las evaluaciones, como ense?a el Derecho Penal. Aqu¨ª hay muchas por considerar. Veamos.
Ampliaci¨®n. El claro compromiso de Berl¨ªn con la ampliaci¨®n de la UE ¡ªBalcanes, Ucrania, Moldavia y ¡°tambi¨¦n Georgia¡±¡ª destaca. Scholz exhorta a adaptar ya el club com¨²n a un futuro con ese extendido per¨ªmetro, hasta 36 miembros, entre otras cosas, reduciendo ¨¢reas de decisi¨®n por unanimidad y ampliando las de mayor¨ªa, por ejemplo, en pol¨ªtica exterior o fiscal, territorio sensible para Berl¨ªn. Est¨¢ por ver hasta qu¨¦ punto querr¨¢ y sabr¨¢ Alemania ejercer de fuerza tractora en esto, a la vista de la tradicional reluctancia francesa en la materia. Al respecto, Scholz ha brindado apoyo a la confederaci¨®n pol¨ªtica europea propuesta por Emmanuel Macron como herramienta para aumentar la coordinaci¨®n entre pa¨ªses democr¨¢ticos del continente, sean o no miembros de la UE, pero precisando que Berl¨ªn la interpreta como una v¨ªa complementaria. El discurso evidencia la discrepancia con Par¨ªs en materia de una Europa que avance a distintas velocidades, que Berl¨ªn observa con recelo. Alemania quiere ampliar y avanzar todos a la vez.
Soberan¨ªa. El discurso menciona distintos ejes en los que avanzar para reforzar la autonom¨ªa estrat¨¦gica de la UE. Quiz¨¢ el de m¨¢s calado es la propuesta para el desarrollo conjunto en la UE de un sistema de defensa a¨¦rea, un proyecto de indiscutible ambici¨®n en t¨¦rminos militares e industriales. El Gobierno alem¨¢n tambi¨¦n propone la instituci¨®n de un Consejo Europeo espec¨ªfico de ministros de Defensa, separado del de Exteriores, lo cual tiene mucha l¨®gica. En la alocuci¨®n se aprecia la creciente conciencia en Alemania de la peligrosidad no solo de la dependencia energ¨¦tica de Rusia, sino de la comercial de China.
Cerrar filas. Scholz apunta a la necesidad de coser las brechas abiertas en la Uni¨®n y se?ala dos en particular: las reformas del ¨¢rea de migraci¨®n y de la fiscal, atascadas desde hace tiempo. En el segundo caso, Berl¨ªn explicit¨® a principios de agosto una posici¨®n negociadora conservadora. El ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, mantiene el apego a los topes del 3% de PIB de d¨¦ficit anual y 60% de deuda. S¨ª manifest¨® acuerdo en cambiar la norma que requiere reducir a un ritmo del 5% anual la deuda en exceso, lo que puede considerarse en el actual estado de las cosas como una concesi¨®n m¨ªnima, casi una obviedad. Hay pues aqu¨ª un claro frente de fricci¨®n con los pa¨ªses mediterr¨¢neos.
Valores. El canciller ha manifestado un firme prop¨®sito de lucha contra las derivas iliberales dentro del club ¡ªmencionando expl¨ªcitamente a Polonia y Hungr¨ªa¡ª y proponiendo la ampliaci¨®n de la capacidad de la Comisi¨®n de activar procedimientos de infracci¨®n en esta ¨¢rea.
Son solo algunos de los elementos del discurso, pero sirven para fotografiar el momento de Alemania, evidenciando su metamorfosis (con el giro tras d¨¦cadas de reluctancia a invertir con intensidad en Defensa y asumir protagonismo en la materia; la superaci¨®n de cierta actitud contemporizadora con V¨ªktor Orb¨¢n que ten¨ªa la CDU; el reconocimiento de los riesgos de la fort¨ªsima imbricaci¨®n comercial con China en un mundo marcado por la confrontaci¨®n entre democracias y reg¨ªmenes autoritarios, en el que Alemania se define de forma clara, sin ambig¨¹edades) y los elementos de continuidad (una visi¨®n fiscal que, pese al salto de la mancomunaci¨®n de las deudas y pese a que el SPD es m¨¢s flexible que la CDU, sigue siendo muy r¨ªgida, en parte por los l¨ªmites del gobernar en coalici¨®n con los liberales).
¡°?Cu¨¢ndo, si no ahora? ?Qui¨¦n, si no nosotros?¡±. El canciller mencion¨® al final de su discurso esas dos frases inscritas en una placa de recuerdo en Praga a los valientes estudiantes que activaron la Revoluci¨®n de Terciopelo en el noviembre de 1989. Como entonces, es esta una hora oscura que requiere acci¨®n frente al desaf¨ªo autoritario. Y requiere una primera persona del plural que puede y debe evaluar errores del pasado, pero tambi¨¦n puede y debe ser ecu¨¢nime, evitar enconos in¨²tiles, las moralinas y los ¡°os lo dije¡±, que puede que ganen algunos votos, popularidad medi¨¢tica, pero tambi¨¦n desatan demonios. Es hora de cerrar filas, como dijo el propio Scholz en Praga. Que lance la primera piedra el que est¨¦ libre de pecado. Para los dem¨¢s, mejor dedicarse a usar las piedras para construir m¨¢s Europa.
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