Pol¨ªtica contra la historia
La percepci¨®n de la ciudadan¨ªa es la de un autogobierno catal¨¢n desempoderado que contrasta con la promesa de una soberan¨ªa redentora
¡°Tornarem a fer hist¨°ria¡±, es decir, ¡°volveremos a hacer historia¡±. Ese era el eslogan de la campa?a de la Generalitat para promocionar la candidatura frustrada de los Juegos de Invierno. La ret¨®rica era ¨¦pica como la de tantos lemas del proc¨¦s, pero esa variante del make again miraba todav¨ªa m¨¢s atr¨¢s. Hacia el 92. Hac¨ªa ese momento de ¨¦xito y mito cuando la pol¨ªtica, con una ampl¨ªsima complicidad ciudadana, s¨ª lider¨® un proyecto transformador que tuvo las Olimpiadas de Barcelona como activador principal.
En el anuncio se encadenan escenas en las que los protagonistas levantan la cabeza para contemplar el cielo. Un pastor, dos familias de mediana edad con hijos peque?os, una pareja que practica senderismo y otra que acampa en un prado, una mujer que teletrabaja con vistas al monte, un repartidor y una tendera que barre el trozo de una calle de pueblo, y solo una esquiadora. ¡°Un nuevo horizonte se vuelve a dibujar en el horizonte de nuestro pa¨ªs¡±. Los Juegos de 2030 como un retorno de la esperanza: de evitar la despoblaci¨®n, de convivencia arm¨®nica con la naturaleza, de progreso econ¨®mico para la entelequia que es la clase media trabajadora.
La campa?a de publicidad ten¨ªa como objetivo primero motivar a los ciudadanos del Pirineo para que votasen en el refer¨¦ndum previsto sobre si apoyaban o no la candidatura. La CUP y la plataforma opuesta a su celebraci¨®n se plantearon denunciar la campa?a ante el Defensor del Pueblo catal¨¢n y la Oficina Antifraude al considerar que orientaba el sentido del voto. Tambi¨¦n se hizo una petici¨®n oficial para saber cu¨¢nto hab¨ªa costado la difusi¨®n. La respuesta se registr¨® el 29 de julio y la recibi¨® una Mesa del Parlament que viv¨ªa horas traum¨¢ticas: la mayor¨ªa hab¨ªa tenido que suspender a la presidenta Borr¨¤s en virtud de un art¨ªculo que empez¨® a discutirse en la propia C¨¢mara en 2014, cuando cinco parlamentarios de diversos partidos estaban imputados y la corrupci¨®n era una de las principales preocupaciones de la ciudadan¨ªa. La cifra solicitada sobre el coste de la propaganda se dio a conocer el pasado lunes: 329.682 euros. No tengo ni idea de si es poco o es mucho. Lo que s¨ª s¨¦ es que ha sido un dinero gastado para nada. No es que la consulta no se haya realizado, es que ni fue convocada. A?os de informes y reuniones, viajes y pol¨¦micas (incluidas las cl¨¢sicas interterritoriales y las ya habituales escuchas policiales filtradas a la prensa), tanto tiempo invertido y no habr¨¢ candidatura.
Es un gatillazo car¨ªsimo que ejemplifica como pocos la par¨¢lisis catalana: una incapacidad para recuperar la autoridad pol¨ªtica que permita no solo liderar un proyecto transformador y convertirlo en realidad. Las causas de esa par¨¢lisis son muy complejas, la Generalitat no es la ¨²nica responsable y el caducado modelo de financiaci¨®n la penaliza, pero la percepci¨®n de la ciudadan¨ªa es la de un autogobierno desempoderado que contrasta radicalmente con la publicitada promesa de una soberan¨ªa redentora.
Ante este desconcierto, una posibilidad es seguir viviendo en la movilizaci¨®n agr¨ªa que se nutre en la frustraci¨®n antipol¨ªtica pos-2017. Es el discurso articulado hoy por la Assemblea Nacional, organizadora de la manifestaci¨®n oficiosa de la Diada desde que el president Mas le deleg¨® dicha funci¨®n en 2012. La otra posibilidad es identificar aquellos ¨¢mbitos que son competencia del autogobierno y donde la necesidad de mejora es urgente para tener un futuro de prosperidad como europeos. Algunos son conocidos. En un territorio pionero de la lucha ecologista, resulta parad¨®jico que sea el que menos energ¨ªa renovable produzca del pa¨ªs. Otros lo son menos. En un pa¨ªs que presume de vanguardia pedag¨®gica, este verano hemos evidenciado el retroceso m¨¢s que considerable en el conocimiento de matem¨¢ticas entre los estudiantes catalanes.
Abordar carencias sist¨¦micas como estas exige recobrar autoridad institucional. Hoy, como hace 10 a?os, la de la Generalitat la sigue desgastando la competencia tantas veces desleal entre los dos partidos que forman la coalici¨®n de gobierno. Contra esa din¨¢mica, mejor profundizar en una agenda pol¨ªtica clara y hacerla viable con los aliados necesarios y ahora predispuestos. Volver a apelar a la historia, hoy, es vivir en el pasado.
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