El desd¨¦n de las ¨¦lites
La reacci¨®n de Mbapp¨¦ y Galtier es la de dos privilegiados que creen que su posici¨®n les exime de cualquier obligaci¨®n para con el bien com¨²n
Hay risas que alegran y risas que ofenden. La risa tonta que tumb¨® sobre la mesa a Kylian Mbapp¨¦, el futbolista estrella del Paris Saint-Germain, tras la pregunta de un periodista sobre si el equipo se hab¨ªa planteado viajar en tren en lugar de utilizar vuelos privados en los desplazamientos cortos, es de las que ofenden. Como ofende tambi¨¦n la boutade con la que respondi¨® el entrenador Christofe Galtier: ¡°He hablado con la empresa que organiza nuestros viajes para ver si nos podemos desplazar en carro de vela¡±.
Pero la pregunta era muy pertinente: el equipo hab¨ªa viajado a Nantes, situada a 384 kil¨®metros de Par¨ªs, en un vuelo privado de Qatar Airlines, cuando el tren de alta velocidad permite cubrir esa distancia en menos de dos horas. Los datos dicen que viajar una hora en jet privado emite 243 veces m¨¢s CO2 que viajar una hora en un vuelo comercial. A su vez, viajar en un avi¨®n comercial emite 200 gramos de C02 por persona y kil¨®metro, cuando hacerlo en tren apenas emite 15 gramos por pasajero y kil¨®metro. Pero para Galtier y Mbapp¨¦, como para Lionel Messi, que entre junio y agosto se ha desplazado 52 veces en jet privado, parece que el problema del cambio clim¨¢tico no va con ellos.
Con la que est¨¢ cayendo ¡ªuna crisis energ¨¦tica que ha disparado la inflaci¨®n, un verano de sequ¨ªa y calor extremos en toda Europa y justo una semana despu¨¦s de que el presidente Macron anunciara ¡°el fin de la abundancia¡± y pidiera sacrificios a los ciudadanos¡ª dos estrellas del f¨²tbol se permiten hacer mofa del cambio clim¨¢tico. Es solo una an¨¦cdota pero ha tenido una gran contestaci¨®n porque refleja bien un fen¨®meno que ya describi¨® en 1995 el soci¨®logo norteamericano Christopher Lasch en su obra p¨®stuma La rebeli¨®n de las ¨¦lites: la actitud irresponsable de ciertas ¨¦lites que, pertrechadas en sus privilegios, creen que solo porque tienen poder y dinero pueden desentenderse de las amenazas que nos ha tocado vivir.
Preocupado por la creciente falta de compromiso c¨ªvico, Lasch advert¨ªa sobre el peligro que para el sistema democr¨¢tico representa que una parte de esas ¨¦lites se niegue a aceptar l¨ªmites a sus deseos. Lo hacen porque consideran que han llegado a esa posici¨®n por m¨¦ritos propios y no por haberse beneficiado de un sistema al que otros contribuyen y que no siempre es justo. Que Mbapp¨¦ haya firmado un contrato por el que ingresar¨¢ 250 millones de euros en tres a?os m¨¢s otros 125 de prima, no puede ser solo por su habilidad para dar geniales patadas al bal¨®n. La reacci¨®n de Mbapp¨¦ y Galtier es la de dos privilegiados que creen que su posici¨®n les exime de cualquier obligaci¨®n para con el bien com¨²n.
Con su iron¨ªa sobre los carros de vela presentan la lucha contra el cambio clim¨¢tico como algo est¨²pido y retr¨®grado. El enfado no es solo porque dos personas con tanta proyecci¨®n p¨²blica le hagan el juego al negacionismo, sino por la frivolidad con que tratan una crisis que se ha convertido en una experiencia dolorosa para millones de personas. Pero la teor¨ªa del s¨¢lvese quien pueda, que ha imperado en las crisis econ¨®micas, no va a funcionar en la crisis clim¨¢tica. Esta es de otra naturaleza. Si van mal dadas, disponer de jets privados no va a servir de mucho.
Quiz¨¢s a Mbapp¨¦ y a Galtier les convendr¨ªa ver el cap¨ªtulo titulado El aer¨®dromo, de la excelente serie francesa El Colapso, dirigida por J¨¦r¨¦my Bernard, Guillaume Desjardins y Bastien Ughetto. Alguien tiene contratado un servicio para que, cuando estalle la crisis, le saquen del caos y le lleven a un lugar seguro reservado para los privilegiados que pueden pagarlo. Pero cuando todo se desmorona, no es f¨¢cil poner en marcha un avi¨®n. Hay crisis en las que no hay seguro que valga. El ¨²nico seguro es evitar que ocurran.</CW>
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