Los nuevos ladrones de tumbas
El comercio de restos humanos florece en Facebook e Instagram
Empecemos por un cuento que, como toda noticia falsa, contiene un elemento de realidad. El duque de Bedford muri¨® hace 50 a?os en circunstancias oscuras. Sherlock Holmes necesita aclararlas para resolver el asunto actual que tiene entre manos y, como cab¨ªa esperar, llama a su pandilla de granujas de Baker Street y los lleva de noche cerrada al cementerio de Highgate, pertrechados todos de picos y palas y con la cara sucia de holl¨ªn. Exhuman el cad¨¢ver y los granujillas se apartan para que Holmes examine con detalle los restos bajo la luz de su linterna de gas¨®geno, o lo que fuera que quemaran en la ¨¦poca para alumbrarse. El cr¨¢neo parece intacto, sin agujeros en la nuca ni otro signo de violencia. Cuando el detective acerca la linterna a las fosas oculares, sin embargo, puede leer grabado en su interior: ¡°Kill me¡± (m¨¢tame). Corten. Dije que el cuento albergaba un elemento de realidad. ?Cu¨¢l es?
Es el kill me. Eso es justo lo que pone grabado en el interior de un cr¨¢neo humano que se vende en Instagram. La reliquia no pretende enga?ar a nadie ¡ªtambi¨¦n le han sustituido los dientes por unos cuantos clavos de ata¨²d, y es obvio que alguien lo utiliz¨® como una l¨¢mpara algo macabra¡ª, pero el cr¨¢neo es genuinamente humano e ilustra el nuevo negocio de andar por ah¨ª enredando con los cad¨¢veres de la gente. El hueso procede en este caso de un cad¨¢ver o esqueleto que empez¨® us¨¢ndose con prop¨®sitos docentes, seg¨²n un estudio informal de Live Science, una web de alta divulgaci¨®n. Pero el cr¨¢neo kill me es solo unos de los miles de restos humanos que circulan por las redes sociales estos d¨ªas. Son los nuevos ladrones de tumbas, o huaqueros, como les dicen en los Andes.
El comercio de restos humanos florece en Facebook e Instagram, a veces en cuentas privadas, otras en sitios p¨²blicos. Meta, la matriz de esos dos gigantes de silicio, proh¨ªbe la venta de trozos de cuerpo, y retira de circulaci¨®n su contenido cuando alg¨²n usuario les llama la atenci¨®n sobre ¨¦l. Pero la tendencia no declina. El British Medical Journal, una revista m¨¦dica profesional, ya estim¨® en 2019 que hab¨ªa miles de esqueletos humanos procedentes de la educaci¨®n m¨¦dica en manos privadas, y eso solo en el Reino Unido. Los editores llamaban a ¡°una eliminaci¨®n digna¡± de los huesos humanos que se hab¨ªan donado para la formaci¨®n de los doctores. Nadie ha dado jam¨¢s su consentimiento para que su f¨¦mur, su estern¨®n o su cr¨¢neo anden rodando por ah¨ª en manos de cualquier hincha del lado oscuro de la existencia.
Cabe preguntarse, con todo: ?Hasta qu¨¦ punto tu cad¨¢ver eres t¨²? ?En qu¨¦ sentido te pertenece? Vale que en las religiones tradicionales un cuerpo muerto puede hacer cosas asombrosas, como reencarnarse en una cabra, resucitar el d¨ªa del juicio y sabe Dios qu¨¦ m¨¢s. Desde que se ha impuesto la incineraci¨®n, sin embargo, esas ocurrencias de cura viejo han perdido mucho fuelle. Por lo dem¨¢s, Albert Einstein nunca dio su consentimiento para que su cerebro acabara loncheado en una caja de galletas de un oscuro despacho forense, pero eso es justo lo que ocurri¨®. Poca gente descansa en paz.
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