Xi Jinping y los l¨ªmites del poder
Despu¨¦s de sus fuertes purgas y centralizaci¨®n del poder, el actual l¨ªder que ser¨¢ reelegido en el pr¨®ximo Congreso se ha creado muchos enemigos dentro del Partido Comunista, y hay sectores que pueden devolverle el golpe
La primera d¨¦cada del siglo XXI fueron a?os extra?os en China. Como explica la polit¨®loga Yuen Yuen Ang, en las universidades chinas uno pod¨ªa tratar en clase la democracia o el imperio de la ley y a nadie le importaba. Los periodistas extranjeros cubr¨ªan revueltas en Xinjiang o entrevistaban a peticionarios que denunciaban los atropellos y corrupci¨®n de las autoridades locales. China estaba gobernada por un secretario general d¨¦bil, Hu Jintao, en parte dominado por su predecesor Jiang Zemin. Florec¨ªan las camarillas dentro del Partido. Aumentaban los clientelismos y la corrupci¨®n. Tambi¨¦n los choques entre facciones y grupos de inter¨¦s, que ralentizaban la acci¨®n pol¨ªtica efectiva. El poder central se disgregaba. No hab¨ªa un emperador fuerte. Ese hab¨ªa sido el plan de veteranos como Deng Xiaoping, que hab¨ªan vivido los excesos estalinistas del mao¨ªsmo. Pero este modelo antipersonalista ten¨ªa sus l¨ªmites.
Como respuesta a esta situaci¨®n de relativo laissez faire y faccionalismo debe entenderse la llegada al poder de Xi Jinping en 2012. La campa?a de centralizaci¨®n del poder acometida por Xi desde entonces no se podr¨ªa haber llevado a cabo sin apoyo de los veteranos del Partido, que ve¨ªan necesario un presidencialismo fuerte que aplicara mano dura contra la corrupci¨®n y pudiera implementar pol¨ªticas sin bloqueos por parte de grupos de inter¨¦s. Xi Jinping cumpli¨® su cometido: purg¨® a altos cargos pol¨ªticos y militares, y centenares de cargos medios, que hab¨ªan estado implicados en negocios sucios. Politiz¨® el poder pol¨ªtico alrededor de su figura, se?alando la creaci¨®n de camarillas como una afrenta a su poder central. Volvi¨® a la tradici¨®n leninista del Partido.
Pero con las purgas anticorrupci¨®n y su centralizaci¨®n del poder tambi¨¦n consigui¨® eliminar focos de contrapeso a su persona. Acapar¨® cada vez m¨¢s t¨ªtulos, poni¨¦ndose al cargo de funciones pol¨ªticas que anteriormente hab¨ªan estado repartidas. Finalmente, se vio con el suficiente poder como para modificar la Constituci¨®n y eliminar el l¨ªmite de dos mandatos para la presidencia china. En el pr¨®ximo Congreso del Partido Comunista, todo apunta a que Xi Jinping ser¨¢ reelegido por tercera vez, rompiendo con el l¨ªmite de dos mandatos que el m¨¢s d¨¦bil Hu Jintao respet¨®.
A pesar de esta acumulaci¨®n de poder, Xi Jinping no es todopoderoso. Es casi seguro que seguir¨¢ como l¨ªder de China. Pero eso no es lo ¨²nico que importa en una estructura organizativa como el Partido. En primer lugar: ?Xi repetir¨¢ de todos sus cargos? Ser¨ªa una se?al si no continuara con sus tres funciones (las m¨¢s importantes de China) de presidente, secretario general y jefe de la Comisi¨®n Militar Central. Sin embargo, tambi¨¦n es posible que recupere t¨ªtulos honor¨ªficos de la ¨¦poca mao¨ªsta, como L¨ªder del Pueblo, para representar su mayor poder¨ªo.
Otro factor esencial es el posicionamiento de sus aliados. De suma importancia ser¨¢n los nombramientos del Comit¨¦ Permanente del Politbur¨®, los siete hombres m¨¢s poderosos de China. Aunque el propio Xi se ha saltado los l¨ªmites informales de jubilaci¨®n para altos cargos del Partido (los 68 a?os), en el ¨²ltimo Congreso hizo que sus aliados respetaran esta norma. Si ahora alguno de sus cercanos en el Politbur¨® se saltase este l¨ªmite, ser¨ªa un duro golpe a lo que queda de institucionalismo y previsibilidad en el sistema de reemplazamiento de ¨¦lites del Partido. Es m¨¢s probable, sin embargo, que ¡°j¨®venes¡± apuestas de Xi, como Ding Xuexiang, Chen Min¡¯er o Li Qiang, asciendan al Comit¨¦ Permanente.
Los interrogantes m¨¢s interesantes y abiertos est¨¢n relacionados con qui¨¦n ser¨¢ el futuro primer ministro de China y si tendr¨¢ aliados en el Comit¨¦ Permanente. El actual primer ministro es Li Keqiang, una figura pragm¨¢tica que Xi hab¨ªa marginado, pero que ha recuperado protagonismo en los ¨²ltimos meses como ¡°solucionador¡± de los problemas econ¨®micos que han generado pol¨ªticas de Xi como el estricto ¡°covid cero¡± o la izquierdista ¡°prosperidad com¨²n¡±. China est¨¢ en su peor situaci¨®n econ¨®mica en d¨¦cadas. Li se ha posicionado como una figura econ¨®micamente m¨¢s tecn¨®crata que puede hacer de contrapeso a la politizaci¨®n de Xi. Aunque ha dicho que no seguir¨¢ como primer ministro, Li podr¨ªa continuar como miembro del Comit¨¦ Permanente. Lo podr¨ªa acompa?ar Hu Chunhua, una joven promesa entre los pragm¨¢ticos. Y el nuevo primer ministro podr¨ªa ser Wang Yang, otro tecn¨®crata ya miembro del Comit¨¦ Permanente. Si Li, Wang y Hu acabaran entre los siete hombres m¨¢s poderosos de China, habr¨ªa un frente moderado que podr¨ªa hacer de contrapeso econ¨®mico a Xi.
En todo caso, nos queda Xi para rato: sobre todo porque, despu¨¦s de sus fuertes purgas y centralizaci¨®n del poder, Xi se ha creado muchos enemigos dentro del Partido. Si cediera poder antes de tiempo, ciertos sectores le podr¨ªan devolver el golpe. Sin embargo, la incertidumbre sobre la sucesi¨®n de Xi est¨¢ totalmente ligada a la incertidumbre del futuro del Partido. El modelo del d¨¦bil Hu Jintao era imperfecto y fragmentado. Pero hab¨ªa un guion claro sobre cu¨¢ndo ceder el liderazgo, evitando luchas por el poder que, como la historia china indica, suelen ser cruentas.
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