Partido Comunista Chino: un siglo de adaptaci¨®n
En medio de grandes convulsiones, ha sido el creador del Estado moderno con una combinaci¨®n de nacionalismo y capacidad de generar grandes transformaciones
El contraste entre la paup¨¦rrima realidad china de 1949 y la actual invita al Partido Comunista (PCCh) a exhibir con orgullo un balance de gesti¨®n que, en el trazo grueso, incluso puede producir asombro. Cumplidos sus primeros 100 a?os de existencia y con m¨¢s de setenta al frente de los destinos del pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo, el PCCh ha sido el gran mu?idor del Estado moderno chino y art¨ªfice de un cambio sin precedentes. En el trazo fino, menos reivindicado a la hora de las conmemoraciones, cabe destacar tambi¨¦n los ingentes sacrificios requeridos, con elevados costes humanos y de todo tipo. Desde la Larga Marcha al Gran Salto Adelante o la Revoluci¨®n Cultural, como tambi¨¦n Tiananmen en 1989, la secuencia de convulsiones no debe ser obviada.
La heterodoxia ha sido una marca distintiva del PCCh y la inspiraci¨®n nacionalista se convirti¨® en la columna vertebral de su acci¨®n pol¨ªtica. Aunque creado al abrigo de la III Internacional, pronto rehuy¨® la tutela moscovita y el mao¨ªsmo, antes y despu¨¦s de la victoria del Ej¨¦rcito Rojo, agrand¨® su dimensi¨®n tomando distancia del sovietismo. Su desarrollo en el poder fue m¨¢s que err¨¢tico y erigi¨® el empirismo en la alternativa a la mera traslaci¨®n de las experiencias ajenas avaladas por el partido padre. Lo que funcion¨® relativamente bien en el periodo revolucionario mostr¨® severas quiebras en la fase inmediatamente posterior.
Fue Deng Xiaoping quien salv¨® al PCCh. Su reforma y apertura abrieron nuevos horizontes cuando la legitimidad inicial flaqueaba en medio de una tr¨¢gica divisi¨®n interna. La veloz transformaci¨®n socioecon¨®mica del pa¨ªs le otorg¨® una segunda oportunidad. Ese reinicio no estuvo marcado por un reajuste que le aproximara a la ortodoxia sovi¨¦tica, volviendo al redil del que se hab¨ªa ido, sino abogando por trascenderla mediante la voladura controlada de aquellos prejuicios que hab¨ªan trabado las expectativas del modelo. La incorporaci¨®n del mercado, la promoci¨®n de la propiedad privada y muchas otras medidas de liberalizaci¨®n junto con la nueva atmosfera interna y exterior dieron un vuelco exponencial a la situaci¨®n.
Fue en el denguismo tard¨ªo cuando salt¨® uno de los prejuicios m¨¢s hirientes, el de la ¡°vieja cultura¡±, culpabilizada de la postraci¨®n del pa¨ªs y objeto de una condena sin paliativos durante el mao¨ªsmo. Progresivamente dignificada, se ha reconocido ahora como expresi¨®n del alma china y un valor central del PCCh. Un vuelco identitario de ciento ochenta grados que acent¨²a la significaci¨®n del factor nacional en su magisterio.
El mao¨ªsmo, el denguismo o, ahora, el xi¨ªsmo, cada uno con sus manifestaciones singulares, han trazado otra se?a de identidad del PCCh, el compromiso con la modernizaci¨®n. Los desacuerdos se han manifestado en cuanto a la hoja de ruta pero no en cuanto al objetivo. Y en ello siguen, a sabiendas de que pese a los muchos logros alcanzados son muchas tambi¨¦n las taras que subsisten y cuya soluci¨®n va a requerir varias d¨¦cadas de acierto. En la modernizaci¨®n que impulsa el PCCh la prioridad alcanza a los signos de proyecci¨®n de poder en todos los ¨®rdenes, desde el econ¨®mico a la defensa. Su complemento es la inalterabilidad del sistema pol¨ªtico cuyos fundamentos son hoy d¨ªa los mismos que en el momento de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular.
Cien a?os despu¨¦s de su creaci¨®n, el PCCh vive con Xi Jinping varios giros trascendentales. De una parte, una mirada introspectiva que plasma en el renacer del legismo la actualizaci¨®n de aquel sistema pol¨ªtico persistiendo en su estructura; de otra, el resurgir del ideario marxista como expresi¨®n de fidelidad a su naturaleza fundacional.
La eficiencia se ha convertido para este PCCh en el talism¨¢n que puede asegurarle una longevidad sin l¨ªmites. Ello requiere, sin embargo, no solo de una gesti¨®n maximizada de las diferentes pol¨ªticas, asunto bien complicado en un momento de tr¨¢nsito hacia nuevos modelos y nuevas gobernanzas. Acometer esos retos exige igualmente dotarse de una institucionalidad que le provea de la estabilidad necesaria, una obsesi¨®n permanente de sus autoridades. El denguismo realiz¨® tambi¨¦n en esto aportaciones de indudable valor que hoy est¨¢n en cuesti¨®n.
En el comunismo chino, la combinaci¨®n de orgullo nacional y superaci¨®n de ciertos prejuicios ampliamente compartidos doctrinalmente facilit¨® tanto la adaptaci¨®n como la innovaci¨®n. En el futuro inmediato, el mayor peligro para su supervivencia quiz¨¢ derive no tanto de la gesti¨®n de esa agenda siempre complicada sino del riesgo conceptual que se sustenta en ese alarde de la suficiencia basada en la eficacia. El poder del PCCh es mucho y ha demostrado sus enormes capacidades para encarar grandes retos; no obstante, no debiera perder de vista que ello no elude la necesidad de un esfuerzo a¨²n muy exigente para alargar las bases de la democracia o mejorar los derechos y libertades individuales. Infravalorar ese af¨¢n de las sociedades liberales puede a la postre traducirse en un elevado coste cuando China culmine ese sue?o de convertirse en un gran pa¨ªs pr¨®spero y desarrollado.
Xulio R¨ªos es director del Observatorio de la Pol¨ªtica China. Su ¨²ltimo libro es La metamorfosis del comunismo en China. Una historia del PCCh (Kalandraka).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.