Por qu¨¦ el hu¨¦rfano de la doctora Leontieva nos debe importar
Alg¨²n d¨ªa, los ni?os como el que ha dejado Oksana al morir nos mirar¨¢n a la cara y en sus ojos veremos, por desgracia, la semilla de otro odio
Elijamos a una persona concreta, una de las que fallecieron el lunes en las calles de Kiev por los designios de Vlad¨ªmir Putin: Oksana Leontieva, por ejemplo, que era una m¨¦dica especializada en c¨¢ncer infantil. Acababa de dejar a su propio hijo en la escuela para ir al hospital Ojmatdit, donde trabajaba con ni?os enfermos cuando un misil trunc¨® su vida, sus planes y los de ese hijo que ya hab¨ªa perdido a su padre un a?o antes.
Hay muchos otros. Unicef busca a m¨¢s de 26.000 hu¨¦rfanos que han quedado dispersos por la guerra. Alg¨²n d¨ªa, dentro de muchos a?os, miraremos a los ojos de esos ni?os para encontrar las razones de nuevos episodios de violencia, para constatar una vez m¨¢s que el resentimiento solo habr¨¢ engendrado m¨¢s odio, m¨¢s distancia, m¨¢s guerras. Y ni siquiera Putin parece comprender que, con los bombardeos, solo sembrar¨¢ m¨¢s y m¨¢s rechazo a Rusia.
Y es que sus m¨¦todos para atraer a Ucrania no son efectivos ni desde el punto de vista militar (vistos los tropiezos) ni desde el punto de vista emocional. Putin deber¨ªa repensar todo lo que aprendi¨® en el KGB. Desde que empez¨® a intervenir en la pol¨ªtica de Ucrania, la proporci¨®n de prorrusos ha ido disminuyendo exponencialmente. En 2004, la opini¨®n p¨²blica todav¨ªa estaba dividida en dos mitades muy igualadas, encarnadas entonces en el proeuropeo V¨ªktor Y¨²shenko y el prorruso Viktor Yanuk¨®vich, pero el envenenamiento del primero con una dioxina producida en Rusia y su desfiguramiento a la vista de todo el mundo empezaron a inclinar la balanza. Despu¨¦s vino la guerra del gas, cuando Rusia estrangul¨® la provisi¨®n de energ¨ªa a Ucrania hasta la ca¨ªda del Gobierno proeuropeo. El siguiente Gobierno, prorruso, rompi¨® en 2013 el acuerdo de Asociaci¨®n con la Uni¨®n Europea y la revoluci¨®n que se desat¨® en las calles contra ese panorama consolid¨® la inclinaci¨®n masiva hacia Occidente. Lo siguiente fue Crimea y la guerra en Donb¨¢s.
Hoy, el 87% de los ucranios est¨¢ a favor de entrar en la Uni¨®n Europea. Son cifras may¨²sculas. La Rusia de Putin no atrae a casi nadie en Ucrania y de ella est¨¢ huyendo una generaci¨®n de j¨®venes rusos.
En la escena internacional el panorama tambi¨¦n es sombr¨ªo: solo una pandilla de dictadores parias como Daniel Ortega, Alexandr Lukashenko, Kim Jong-un y Bachar el Asad mantienen su apoyo cerrado a Putin en la Asamblea General de la ONU, donde otros como China, India o Venezuela silban mirando a otro lado. Alg¨²n d¨ªa, los hu¨¦rfanos como el hijo de Oksana nos mirar¨¢n a la cara y en sus ojos veremos, por desgracia, la semilla de otro odio.
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