Recordatorio: el crimen es la guerra
Todos los cr¨ªmenes deben ser castigados. Las v¨ªctimas, indemnizadas. El pa¨ªs, reconstruido. No hay negociaci¨®n que pueda escapar a estas exigencias
Han pasado tantos meses, tanta gente ha muerto o ha quedado mutilada... Un entero pa¨ªs est¨¢ sometido a una lenta destrucci¨®n, hundida su econom¨ªa, arruinadas sus infraestructuras, rotos los suministros de energ¨ªa, da?ados su comercio, sus escuelas y hospitales... Es un crimen contra la humanidad. Lo es como suma de los innumerables cr¨ªmenes, las torturas y violaciones, el pillaje y el vandalismo, las ejecuciones sumarias, los bombardeos de viviendas, autobuses y estaciones llenas de civiles... Pero lo es entera como guerra de agresi¨®n e intento de exterminio de una naci¨®n.
Una comisi¨®n de Naciones Unidas encargada de investigar estos cr¨ªmenes ha publicado ya su primer informe. Abarca solo los dos primeros meses de la guerra y relata las numerosas violaciones de las convenciones de derechos humanos, c¨®digos de guerra y legalidad humanitaria internacional perpetradas en las regiones de Kiev, Chernihiv, J¨¢rkov y Sumi. No hay dudas entre los investigadores sobre las grav¨ªsimas responsabilidades rusas, aunque se?alan tambi¨¦n dos excepcionales situaciones en las que pudieron ser las fuerzas ucranias las que cometieron cr¨ªmenes de guerra.
No debe extra?ar a nadie. La guerra es sucia por naturaleza. Cuando avanza, todo lo ensucia. A veces incluso la noble causa de las v¨ªctimas que se defienden. Pocos creen las denuncias de cr¨ªmenes de guerra que Mosc¨² atribuye a quienes los sufren. Pero si existen, tal como asegura la comisi¨®n, ser¨¢n casos singulares frente al enorme crimen que es la guerra de agresi¨®n de Putin, perversa madre de un sinf¨ªn de cr¨ªmenes cometidos por quienes est¨¢n a sus ¨®rdenes. El Centro para las Libertades Civiles, una ONG basada en Kiev y galardonada con el Premio Nobel de la Paz de este a?o, ha documentado ya m¨¢s de 21.000 cr¨ªmenes perpetrados por las tropas rusas.
La guerra es criminal e injusta por esencia. No hay guerras justas. Si acaso, la just¨ªsima y leg¨ªtima guerra defensiva frente a la guerra de agresi¨®n. Es la ¨²nica reconocida por Naciones Unidas, aunque luego no lo haga su Consejo de Seguridad, el organismo con capacidad ejecutiva, limitado por el derecho de veto que tiene Rusia, la potencia agresora, y tenga que conformarse con la condena declarativa de Rusia por su Asamblea General. Est¨¢ en la Carta de Naciones Unidas, texto fundacional legalmente vinculante, firmado por quien ahora lo vulnera.
El dolor y la devastaci¨®n claman en favor del alto el fuego y de la paz, pero no a cualquier precio. Ucrania tiene derecho a vivir en libertad y seguridad, y los europeos a ayudarla a defenderse para conseguirlo. Todos los cr¨ªmenes deben ser castigados. Las v¨ªctimas, indemnizadas. El pa¨ªs, reconstruido. No hay negociaci¨®n que pueda escapar a estas exigencias. Hay que recordarlo para el momento bendito, y ojal¨¢ llegue pronto, en que callen las armas y se ocupen del conflicto la diplomacia y la pol¨ªtica.
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