M¨¦xico se descompone
El 40% de las agresiones sufridas por periodistas que luchan contra la impunidad de los cr¨ªmenes que se cometen en el pa¨ªs no proceden de las bandas ligadas al narcotr¨¢fico sino de autoridades p¨²blicas
Nos duele mucho M¨¦xico. El pa¨ªs ha sufrido una involuci¨®n esperp¨¦ntica desde los a?os dos mil. La violencia organizada relacionada con el narco, el tr¨¢fico de armas, de personas, la corrupci¨®n y la extorsi¨®n se ha tomado administraciones p¨²blicas, empresas, barrios enteros, polic¨ªa, cuadros militares, familias, y no de modo puntual sino sist¨¦mico. Una parte del pa¨ªs convive con ello sin involucrarse pero con miedo. Otra la explota para sobrevivir o hacerse poderoso. Y una ¨²ltima m¨¢s trata de combatirla, a veces a costa de su bien m¨¢s preciado, la vida. Las cifras de violencia son exageradas en M¨¦xico, los informativos matinales repasan deportivamente los homicidios de la jornada, con agilidad, fatalismo, sin perder la jovialidad.
Hablemos de cifras, durante el pasado mes de mayo de este a?o fueron asesinadas 2.833 personas en homicidios dolosos a lo largo y ancho del pa¨ªs, encabezando los Estados de Guanajuato, Michoac¨¢n, Estado de M¨¦xico y Baja California. Pero casi 3.000 asesinatos al mes es el pan de cada d¨ªa, y en aumento. Son cifras de conflicto armado, de guerra, aunque se desconozca en el exterior. Un informe elaborado por el Servicio de Investigaci¨®n del Congreso de Estados Unidos titulado M¨¦xico: Organizaciones del crimen organizado y el narcotr¨¢fico, advierte de que en M¨¦xico 12 organizaciones est¨¢n en disputa por el territorio: el C¨¢rtel de Sinaloa, Los Zetas, el C¨¢rtel de Tijuana, el C¨¢rtel de Ju¨¢rez, el C¨¢rtel del Golfo, Los Beltr¨¢n Leyva, La Familia Michoacana, el C¨¢rtel Jalisco Nueva Generaci¨®n (CJNG), Los Caballeros Templarios, El C¨¢rtel del Noreste, Los Viagra y Los Rojos.
El presidente Calder¨®n golpe¨® el avispero militarizando la guerra contra el narco, tratando de detener a sus capos; Pe?a Nieto continu¨® la militarizaci¨®n y la guerra sucia contra lo que denomin¨® focos prioritarios de la violencia; y AMLO (Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador), el actual presidente, dijo que desactivar¨ªa las causas, lo que resulta a priori mucho m¨¢s inteligente pero muy lento, y adem¨¢s de no haber cambiado la estrategia de militarizaci¨®n, va de camino a batir todos los r¨¦cords de homicidios. Solo durante los primeros 42 meses de su mandato se han registrado 121.655 homicidios dolosos, superando a Felipe Calder¨®n (120.000), y de camino a superar los de Pe?a Nieto (155.000), seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (SINEGI). En el mandato de AMLO se han sucedido m¨¢s de 3.400 feminicidios. Y le quedan dos a?os para concluir el mandato.
El balance general es tr¨¢gico, m¨¢s de 386.000 v¨ªctimas de homicidio desde el inicio en diciembre de 2006 de la denominada guerra en contra de la criminalidad organizada. A las que hay que a?adir m¨¢s de 96.000 personas desaparecidas y no localizadas al cierre de 2021. Ello significa que miles de familias dedican sus vidas a encontrar los restos de sus queridos para poder enterrarlos.
La mejor definici¨®n de lo que ocurre en M¨¦xico es la de una descomposici¨®n. Descomposici¨®n asociada a una proliferaci¨®n social, econ¨®mica, pol¨ªtica e institucional de la ¡°violencia organizada¡± que se desarrolla gracias a una red de complicidades. No empieza ni termina en un narco-capo local. Se trata de una red en la que participan miembros del hampa, del Estado, los empresarios, los pobres que optan a salir de la pobreza, etc¨¦tera. Una ¡°red¡±.
En un contexto donde el poder ejecutivo, judicial y legislativo forman parte de la comisi¨®n del crimen, no es de extra?ar la apabullante cifra de impunidad superior al 90% de los homicidios, que no conllevan procesos de enjuiciamiento alguno, seg¨²n Guillermo Fern¨¢ndez-Maldonado, representante en M¨¦xico de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Hilemos m¨¢s fino y analicemos el origen de esa casi total impunidad. Pedro C¨¢rdenas, de Art¨ªculo 19, se?ala que el gran enga?o es apostarlo todo a una guerra contra el narco, porque el 40% de las agresiones sufridas por periodistas que luchan contra esa impunidad no proceden del narco sino de autoridades p¨²blicas. Cuando estas autoridades son se?aladas como responsables de corruptelas y extorsiones eliminan con virulencia al se?alador de justicia. No en vano, la argucia de la autoridad p¨²blica y red de complicidades es atribuir toda violencia a la delincuencia y al narco, lav¨¢ndose de ese modo las manos. Es en ese contexto que el periodismo comprometido se ha convertido en un blanco de la violencia organizada. Las cifras de periodistas asesinados est¨¢n batiendo r¨¦cords. En lo que va de 2022, 15 periodistas mexicanos fueron liquidados antes de llegar el verano.
En un pa¨ªs donde matan a periodistas m¨¢s que en contextos b¨¦licos, es necesario pensar y apostarle a la construcci¨®n de paz, tambi¨¦n desde el rol del periodismo. Los periodistas deben estar unidos y desplegar un periodismo estrat¨¦gico que permita conservar la vida y la salud emocional mientras se trabaja por un M¨¦xico sin violencia.
A finales de junio viajamos a M¨¦xico para reunirnos con los 16 periodistas acogidos por el Programa Municipal de Barcelona de Protecci¨®n a Periodistas de M¨¦xico, con las organizaciones de periodistas (Periodistas de A Pie, Aluna, CIMAC, Art¨ªculo 19¡), y tratar de establecer puentes con las autoridades mexicanas responsables de la protecci¨®n de periodistas. Lo hicimos junto a la Taula per M¨¨xic y el ICIP, las contrapartes mexicanas mencionadas anteriormente y Serapaz. El Programa de BCN es bien recibido en M¨¦xico, es potente en t¨¦rminos de apoyo psicosocial y psicoemocional, permite reflexionar estrat¨¦gicamente el rol del periodismo gracias a los seminarios del padre period¨ªstico de muchos periodistas en zona de conflicto, Xavier Gir¨®, y el enfoque de periodismo de paz. El programa establece un cierto halo de protecci¨®n una vez los periodistas tratan de regresar a sus casas. El retorno no suele ser nada f¨¢cil.
Actualmente, el Mecanismo de Protecci¨®n Federal, al que se acogen 1.500 personas amenazadas en todo el pa¨ªs, carece del presupuesto, personal y elementos como el apoyo psicosocial, etc¨¦tera, necesarios. El presupuesto para todo el pa¨ªs es de unos 15 millones de euros, que en un contexto de 3.000 homicidios dolosos mensuales roza el rid¨ªculo. Por otro lado, un mecanismo de protecci¨®n requiere de organizaciones de la sociedad civil que complementen las limitaciones que cualquier instrumento p¨²blico ofrece, desde el abordaje terap¨¦utico del miedo hasta un contrafuerte para compensar la desconfianza que generan instituciones p¨²blicas a menudo c¨®mplices de la agresi¨®n. Varias organizaciones mexicanas est¨¢n tras de ello, pidi¨¦ndole al Gobierno un paso fuerte a favor de las v¨ªctimas, de los defensores de los derechos humanos, incluidos los periodistas, una reforma del Mecanismo y, claro, una desmilitarizaci¨®n general de M¨¦xico. Algo que incomprensiblemente sigue sin suceder, mientras M¨¦xico sigue sangrando. Ser¨¢ que M¨¦xico est¨¢ en esa guerra de descomposici¨®n en que nadie, ni el periodista que muerde su miedo para cubrir la verdad, jam¨¢s sabe de qui¨¦n le va a llegar la bala que le quite la vida. Seguiremos apoyando con programas desde el extranjero, aguardando el momento que la aguja del reloj cambie su sentido.
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