Cristina Kirchner en el banquillo
El hist¨®rico juicio por corrupci¨®n a la actual vicepresidenta argentina exige una sentencia jur¨ªdicamente ejemplar
Durante dos a?os y medio, los argentinos han sido espectadores del primer juicio en la historia del pa¨ªs sudamericano contra una de las cabezas del poder ejecutivo en funciones, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, en una causa por presunta corrupci¨®n. La querella ha pedido para la dos veces presidenta y actual vicepresidenta 12 a?os de c¨¢rcel e inhabilitaci¨®n perpetua para ejercer cargos p¨²blicos. La acusa de haber liderado entre 2007 y 2015, a?os en los que estuvo al frente de la Casa Rosada, una asociaci¨®n il¨ªcita montada para defraudar al Estado mediante la adjudicaci¨®n de contratos de obra p¨²blica a cambio de sobornos. La estrategia de defensa de la expresidenta ha sido m¨¢s pol¨ªtica que judicial. Desde su primera presentaci¨®n ante los jueces, en diciembre de 2019, Fern¨¢ndez de Kirchner sostuvo que su condena ya estaba escrita por lo que llam¨® el ¡°partido judicial¡±. Sit¨²a all¨ª a la docena de jueces federales que tienen a cargo las investigaciones por corrupci¨®n que involucran a altos funcionarios. Seg¨²n la lectura de la vicepresidenta, un Gobierno no puede ser considerado, bajo ninguna circunstancia, una asociaci¨®n il¨ªcita para delinquir. Se considera por ello v¨ªctima de una persecuci¨®n que tiene como objetivo sacarla de la carrera pol¨ªtica y neutralizar al mismo tiempo al peronismo, hoy en el poder.
Kirchner pronunci¨® este martes las ¨²ltimas palabras a las que tiene derecho como acusada e insisti¨® en los mismos conceptos y a?adi¨® una frase histri¨®nica al comparar el tribunal con un pelot¨®n de fusilamiento. Algo m¨¢s que un manto de duda ech¨®, as¨ª, sobre la imparcialidad de los magistrados; record¨® que a la acusaci¨®n del fiscal, en agosto pasado, le sigui¨® un intento de asesinato en la puerta de su casa, y advirti¨® de que aquellos que hoy la juzgan deber¨¢n rendir cuentas ante la historia.
No es el mejor escenario para una sentencia que tendr¨¢ enormes repercusiones cualquiera que sea la decisi¨®n de los jueces el pr¨®ximo 6 de diciembre. Al ruido pol¨ªtico se le suma que el sistema judicial argentino no goza de la mejor imagen. Son m¨²ltiples los ejemplos de investigaciones por corrupci¨®n que avanzan, retroceden o se paralizan seg¨²n el color del partido que est¨¢ en el poder. Un juicio contra una l¨ªder pol¨ªtica que fue dos veces presidenta y hoy ocupa la vicepresidencia merece la m¨¢xima transparencia, que garantice una defensa sin interferencias y un fallo sin sospecha alguna de parcialidad. Si no hay confianza en los tribunales, una absoluci¨®n ser¨¢ le¨ªda por una parte de la sociedad como una claudicaci¨®n ante el poder pol¨ªtico; una condena, la evidencia de que Kirchner es v¨ªctima de una persecuci¨®n, como est¨¢n convencidos sus seguidores. La gran perdedora ser¨ªa la verdad, uno de los valores que sostienen a la democracia. Para evitar que esto ocurra, la sentencia ha de ser un ejemplo de solidez y coherencia penal.
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