La falsa desaparici¨®n de Juan Jos¨¦ Ballesta
Graves noticias en los peri¨®dicos: el actor no coge el tel¨¦fono a algunos de sus amigos y lleva tiempo sin publicar en Instagram, por lo tanto, ¡°Juan Jos¨¦ Ballesta, desaparecido¡±
Graves noticias en los peri¨®dicos: el actor Juan Jos¨¦ Ballesta no coge el tel¨¦fono a algunos de sus amigos y lleva tiempo sin publicar en Instagram, por lo tanto, ¡°el actor Juan Jos¨¦ Ballesta, desaparecido¡±. Noticias a¨²n m¨¢s graves d¨ªas despu¨¦s: Ballesta est¨¢ viviendo en un lugar con poca cobertura, coge el tel¨¦fono a quien quiere y se encuentra bien, seg¨²n sus padres y su agente, que matiza que el actor est¨¢ preparando un nuevo trabajo. Entre la grave noticia y la m¨¢s grave a¨²n, es decir, entre dos noticias que no lo son, se emiten grandiosos minutos de televisi¨®n y un buen pu?ado de titulares a los que resulta imposible no clicar con una expresi¨®n fat¨ªdicamente sexy en t¨¦rminos de clickbait: ¡°Paradero desconocido¡±. En varios medios, incluso, se apuesta por una treta muy apreciada en estos tiempos: se dice en el titular que est¨¢ desaparecido, y en el subt¨ªtulo sus padres aclaran que no lo est¨¢. Damos la informaci¨®n falsa en el titular sabiendo que lo es, puesto que nosotros damos la informaci¨®n verdadera un poco m¨¢s abajo. Damos las dos versiones: la de que un hombre famoso est¨¢ desaparecido, y la de que no lo est¨¢. ¡°Espa?a gana a Marruecos y pasa a cuartos de final¡±, y en el subt¨ªtulo: ¡°El resultado, sin embargo, favorece a la selecci¨®n marroqu¨ª, que jugar¨¢ la siguiente ronda¡±. Dos versiones.
Hay, en todo esto, una particularidad: ?qu¨¦ se necesita hoy para estar, oficiosamente, en paradero desconocido? Muy poco ya: estamos tan presentes en tantos sitios, respondemos a tanta gente a tantas horas, que desaparecer es barat¨ªsimo. Yo no s¨¦ las circunstancias personales de Juan Jos¨¦ Ballesta, pero entiendo que si sus padres y su representante hablan con ¨¦l, no est¨¢ desaparecido. A lo mejor, qu¨¦ s¨¦ yo, s¨®lo quiere estar solo, o no quiere que la gente sepa d¨®nde est¨¢. ?Tiene uno derecho a eso? Que amigos suyos se hayan alarmado por no cogerles el tel¨¦fono y no saber nada de ¨¦l por redes sociales, y hayan llamado a Telecinco antes que a sus padres, es un signo muy revelador de la ¨¦poca, ya no porque Mediaset deba dar parte del censo de famosos de Espa?a, sino por la espectacularidad de la b¨²squeda: no es lo mismo que te intenten localizar desde tu casa que desde Socialit¨¦.
Pero hay algo m¨¢s, que nos pasa tambi¨¦n a cualquiera: no responder a mensajes, no coger el tel¨¦fono, no colgar contenido en redes, o dejarnos directamente el m¨®vil en casa, dispara todas las alarmas. Tiene que ver con la paz que proporciona la rutina, y el desasosiego que produce cuando se interrumpe. La normalidad que antes era ver siempre en el s¨²per a alguien, y en su bar de siempre, y paseando por las mismas calles, ahora ha llegado tambi¨¦n a internet, y en cuanto falla, hay inquietud. Se llama dependencia, la tuya y la que se genera hacia los dem¨¢s. Que tiene a veces resultados escandalosos, como tener que avisar a tus seguidores, o a tus contactos de WhatsApp, de que estar¨¢s fuera una temporada. Ese comunicado rid¨ªculo de ¡°estar¨¦ un tiempo sin tuitear¡±, al que se responde ¡°a m¨ª qu¨¦ me cuentas¡±, resulta que luego se exige para que nadie se preocupe por tu estado de salud, por tu vida o por tu situaci¨®n personal, y tengas que responder a la pregunta de ¡°?est¨¢s bien?¡± ¡ªla he tenido que responder, y varias veces¡ª por alejarte tres semanas de las redes. Como le pasaba a mi amigo R.: ¡°Qu¨¦ vida la del camello, que te pregunta si est¨¢s bien cuando llevas tiempo sin llamarlo¡±.
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