Sin A?o Nuevo en Ucrania
Las oleadas de misiles contra la poblaci¨®n civil mantienen inc¨®lume la estrategia de destrucci¨®n de Putin
La agresividad del discurso de A?o Nuevo de Vlad¨ªmir Putin desti?¨® impotencia y desesperaci¨®n frente a las crecientes dificultades rusas para mantener la ofensiva contra Ucrania, con tropas desanimadas y sin ninguna conquista significativa. Las oleadas de misiles que cayeron en los ¨²ltimos d¨ªas sobre Kiev, Jers¨®n y otras ciudades ucranias seguir¨¢n con el fin de someter indiscriminadamente a la poblaci¨®n. La destrucci¨®n de las condiciones de supervivencia en la mayor parte del pa¨ªs son el objetivo prioritario de un jefe pol¨ªtico ruso cuya estrategia ha dejado de tener objetivos militares desde hace mucho tiempo: las primeras semanas de este nuevo a?o no van a traer nada nuevo para Ucrania, y tampoco piedad con un pa¨ªs que Putin sigue considerando parte natural de su propia naci¨®n, lo quiera o no la ciudadan¨ªa ucrania. Las expectativas de alto el fuego o de paz negociada han ido volatiliz¨¢ndose a cada nuevo intento y nada hace pensar que puedan regresar al primer plano mientras la devastaci¨®n met¨®dica siga siendo la estrategia de Putin. El castigo infligido a Jers¨®n recientemente nace de la venganza por la expulsi¨®n de las tropas rusas, sin que tenga posibilidad real de recuperarla, en una pol¨ªtica de tierra quemada con visos de cr¨ªmenes de guerra. El desequilibrio de motivaci¨®n entre unas y otras tropas sigue pesando en el campo de batalla: mientras unos defienden su pa¨ªs de una invasi¨®n, los otros la ejecutan sin saber demasiado bien por qu¨¦. El discurso de Putin de A?o Nuevo invirti¨® de nuevo la realidad para aparecer como v¨ªctima de un ataque de Occidente contra ¨¦l, con Ucrania como instrumento, pero dif¨ªcilmente podr¨¢ lograr el objetivo de alentar a sus tropas, pese a que acaban de recibir la gracia, tanto los soldados como sus familias directas, de suspender sus obligaciones fiscales con Hacienda.
Los paquetes de sanciones internacionales contra Rusia surten su efecto de forma lenta mientras la defensa antia¨¦rea se ha visto reforzada con el apoyo de las bater¨ªas antimisiles Patriot comprometidas por Joe Biden. Pero nada de eso tendr¨¢ sentido si la misma ciudadan¨ªa occidental olvida la causa moral y pol¨ªtica del respaldo al pa¨ªs agredido en la frontera este de Europa. Los sacrificios de la poblaci¨®n forman parte de la moderna guerra h¨ªbrida y los gobernantes europeos no pueden eludir la pedagog¨ªa necesaria para fortalecer esa resistencia sin dejar a la vez de explorar cualquier v¨ªa de negociaci¨®n de paz, incluida la que pueda proceder de pa¨ªses con buenas relaciones con la Rusia de Putin, como China o Turqu¨ªa. El escenario de futuro no puede pasar por un mundo repartido de nuevo en bloques herm¨¦ticos y enfrentados, como si regresase una segunda Guerra Fr¨ªa en pleno siglo XXI. Los pa¨ªses occidentales est¨¢n obligados a caminar entre el deber de proteger a sus sociedades y la necesidad de contar con China y la misma Rusia como actores econ¨®micos indispensables.
El riesgo interno m¨¢s grave en la UE para el nuevo a?o es el descontento social: el coste de la energ¨ªa y la elevada inflaci¨®n da?an de forma muy directa la vida cotidiana de la poblaci¨®n como efecto derivado de la guerra. El abono de los nacionalpopulismos suele tener origen innoble en las emociones primarias y las falsas soluciones. Instrumentalizar el malestar social ha sido un recurso cl¨¢sico que la UE debe saber neutralizar y combatir para no poner en riesgo su propia estabilidad y, con ella, la determinaci¨®n de los Estados en apoyo a Ucrania y la defensa de su derecho a seguir existiendo como naci¨®n independiente. Si la inflaci¨®n sigue minando el poder adquisitivo de la poblaci¨®n, ser¨ªa posible incluso habilitar un nuevo instrumento similar a los Next Generation, o prorrogarlos. La tarea m¨¢s ardua del nuevo a?o ser¨¢ razonar y defender el precio material que las sociedades occidentales van a seguir pagando mientras Putin no desista de sus pretensiones neoimperiales de anexi¨®n de territorio ucranio sin otra causa que su voluntad de restituir a Rusia la grandeza perdida tras la disoluci¨®n de la URSS.
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