Crisis de los indultos en Chile
La improvisaci¨®n y el perfil de algunos indultados por el presidente Boric causan el cese de una ministra y su jefe de Gabinete
La decisi¨®n del Gobierno de Gabriel Boric de indultar a 13 condenados, 12 de ellos por delitos cometidos en las revueltas sociales de octubre de hace tres a?os, ha desatado una pol¨¦mica que a¨²n est¨¢ lejos de amainar. La medida fue adoptada en un mal momento (el 30 de diciembre, justo antes de la Nochevieja) y su justificaci¨®n ha generado unas turbulencias pol¨ªticas alejadas de la necesidad que tiene la sociedad chilena de recuperar la confianza en sus mandatarios. La crisis culmin¨® con la ca¨ªda de la ministra de Justicia y del hombre de confianza y jefe de Gabinete de Boric, los dos militantes del mismo partido del presidente, el Frente Amplio.
En este caso no se ha cuestionado la facultad del presidente de indultar a condenados por diversos cr¨ªmenes, porque lo permite la Constituci¨®n. Lo que ha provocado la pol¨¦mica ha sido el momento elegido por el Gobierno para conceder las libertades y el perfil de algunos de los indultados: justamente cuando la ministra del Interior, Carolina Toh¨¢, estaba a punto de sellar un acuerdo sobre seguridad con la oposici¨®n, congelado tras los indultos. Lo que se reprocha al mandatario, incluso en privado desde el propio entorno oficial, ha sido un proceso que el mismo Boric catalog¨® de ¡°desprolijo¡±. Aparentemente hubo tal nivel de improvisaci¨®n que el d¨ªa de la publicaci¨®n de los indultos el Gobierno hizo correr varios listados, con nombres que entraban y sal¨ªan y, finalmente, se decidi¨® a indultarlos a todos. Entre los beneficiados se encuentran personas con un largo historial policial previo a 2019, como Luis Castillo, que disfraza su perfil de delincuente com¨²n con un poco sofisticado discurso de pol¨ªtico radical. La portavoz del Gobierno, Camila Vallejo, contribuy¨® a avivar la discusi¨®n al explicar que ¡°si el presidente hubiera tenido todos los elementos a la vista, la situaci¨®n hubiera sido distinta¡±, dejando en evidencia que Boric no conoc¨ªa el pasado de los beneficiados. La ciudadan¨ªa ha castigado lo sucedido. De acuerdo con la encuesta Cadem, la desaprobaci¨®n a Boric lleg¨® al 70%, subiendo nueve puntos en una semana.
La paralizaci¨®n del acuerdo sobre seguridad ha sido uno de los efectos indeseados de la medida. En Chile hoy es un reconocido problema: la delincuencia ha cambiado y dispone de mejores armas. El pa¨ªs sufre por la acci¨®n del crimen organizado internacional y determinados delitos, como los homicidios, han aumentado un 32,2% en los ¨²ltimos 12 meses. La poblaci¨®n lo sufre y, seg¨²n una encuesta del Centro de Estudios P¨²blicos, la delincuencia, los asaltos y los robos son la primera prioridad a la que deber¨ªa dedicar sus esfuerzos el Gobierno, por encima de asuntos tan relevantes como la salud, las pensiones y la educaci¨®n. Es un tema altamente conflictivo y que debe ser tratado con el m¨¢ximo cuidado por el Gobierno. La seguridad no es de izquierdas ni de derechas, sino una necesidad social en la que los patinazos se pagan con creces.
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