Si eres joven, te jodes
El paro, las condiciones laborales cuando se consigue trabajo y el precio de la vivienda hacen que la emancipaci¨®n sea una utop¨ªa
Si uno vino al mundo en 1978, como es mi caso, carga desde la cuna con el consenso como pecado original. Pero dif¨ªcilmente puede achac¨¢rseles a los constituyentes que los nacidos en ese a?o triunfal seamos hoy los que tenemos la edad media del conjunto de los espa?oles. Entre los 44 y los 45. Somos los ¨²ltimos que conocimos la era del bienestar y contemplamos c¨®mo se va resquebrajando el consenso generacional. Hace pocos d¨ªas el periodista Idafe Mart¨ªn P¨¦rez cifr¨® la evoluci¨®n del envejecimiento de la sociedad espa?ola, algo m¨¢s pronunciada que la media europea. Si en 1950 la edad media de un espa?ol era de 27,5 a?os, el Instituto Nacional de Estad¨ªstica calcula que en 2030 ya estar¨¢ por encima de los 49. En Espa?a, dicho con otras palabras, cada vez hay menos j¨®venes. Y tampoco deber¨ªa extra?arnos. Para la gran mayor¨ªa de ellos, los que querr¨ªan vivir y trabajar en las principales ciudades del pa¨ªs, gozar de unas condiciones de vida decentes es realmente jodido.
Lo es por el creciente proceso de precarizaci¨®n de las condiciones laborales de quienes tienen entre 16 y 29 a?os. As¨ª lo evidencia un estudio elaborado por investigadores del Institut d¡¯Estudis Regionals i Metropolitans centrado en la ciudad de Barcelona. Claro que el ciclo econ¨®mico influye en la inserci¨®n en el mercado de trabajo, pero, a diferencia de lo vivido por mi generaci¨®n, que empez¨® a currar antes de la Gran Recesi¨®n, en los ¨²ltimos a?os la inserci¨®n asalariada completa de los j¨®venes se ha retrasado. Han pasado menos tiempo dentro del sistema laboral formal y han tenido relaciones laborales m¨¢s precarias, algo que se intensifica en ciudades cuya estructura productiva est¨¢ dominada por la terciarizaci¨®n. Consecuencia directa de ello es la edad en la que los espa?oles se independizan: a los 29,8, tres a?os despu¨¦s de la media europea. Es una din¨¢mica que, seg¨²n los investigadores, repercute en la cadena intergeneracional: retraso o anulaci¨®n de procesos reproductivos e implicaciones en el sistema p¨²blico de pensiones por falta de personas cotizantes.
Los j¨®venes no pueden irse de casa de sus padres por el paro, sin duda, porque en paro juvenil seguimos en la cola de Europa. Por las condiciones laborales tambi¨¦n. Singularmente por el precio de la vivienda.
Hace un par de meses Bussines Insider titulaba que los j¨®venes no pueden acceder a un piso ni en Madrid ni en Barcelona. ¡°Emanciparte es una utop¨ªa¡±, sentenciaba Imma Benedito. No es una impresi¨®n. Son datos. En Barcelona el salario medio de un menor de 35 a?os se calcula que es de 20.249 euros mientras que el arrendamiento medio en la ciudad se ha disparado hasta los 1.066 euros tras la subida hist¨®rica de los precios del alquiler sufrida durante los ¨²ltimos meses. Si a la vivienda debe dedicarse un 35% de los ingresos, seg¨²n el Banco de Espa?a, un joven que trabaje en la Ciudad Condal no es que no pueda vivir en ella, sino que probablemente tampoco podr¨ªa hacerlo en ninguna poblaci¨®n de la regi¨®n metropolitana. No es extra?o que la natalidad haya ca¨ªdo a cifras de 1939 o que la fuga de barceloneses vivida recientemente, seg¨²n un informe de la Oficina Municipal de Datos, haya sido la m¨¢s alta desde principios del siglo XX. A¨²n m¨¢s significativo es que la mayor¨ªa de los que se han ido tengan entre 25 y 44 a?os mientras que en el 77,5% de pisos de la ciudad no vive un menor de edad.
Este es el signo de los tiempos para los j¨®venes. Acaba de publicarse la novela policiaca Igual que ayer de Eduard Palomares. Una de las tramas de las aventuras del aprendiz de detective Jordi Viassollo es alquilar un piso con su novia. No hay forma de conseguirlo con todo lo que implica para la relaci¨®n. El lunes se concedi¨® el Premi Llibres Anagrama de Novella. Lo gan¨® Andrea Genovart, de 29 a?os, con Consum preferent. Narra la disoluci¨®n de una ciudad que arrastra a una generaci¨®n cautiva de la precariedad. ?Recuerdas el viejo consenso? ?Te jodes!
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