Un ¡°agujero negro¡± llamado califato
La tarea de juzgar a las mujeres yihadistas retornadas de Siria se ve dificultada por la destrucci¨®n de todo tipo de informaci¨®n y de pruebas llevada a cabo por el Estado Isl¨¢mico
El desembarco de las dos yihadistas espa?olas en territorio nacional ha abierto un tortuoso laberinto judicial que puede alargarse durante meses. Unas horas despu¨¦s de entrar en Espa?a, las dos mujeres que vivieron en el califato del Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s) prestaron declaraci¨®n ante la Polic¨ªa para pasar despu¨¦s a disposici¨®n de la Audiencia Nacional. Ese mismo d¨ªa ingresaron en prisi¨®n preventiva donde, posiblemente, permanecer¨¢n hasta la celebraci¨®n del juicio. Un juicio que las enfrenta, como ha pedido la Fiscal¨ªa, al delito de pertenencia a una organizaci¨®n terrorista.
¡°No hay ning¨²n fundamento razonable¡±, insiste por tel¨¦fono Jos¨¦ Luis Laso, el abogado de las investigadas Yolanda Mart¨ªnez y Luna Fern¨¢ndez, porque dice que no se puede condenar a unas mujeres por haber sido simplemente ¡°amas de casa¡± en Siria. Cualquiera arquear¨ªa las cejas al observar a dos mujeres cubiertas de pies a cabeza, defendiendo la ley de Al¨¢ en la tierra, capturadas en la trinchera m¨¢s radical del ISIS, negar su implicaci¨®n delictiva. Pero la acusaci¨®n p¨²blica, como ha ocurrido en otros tribunales europeos, va a tener que superar algunos escollos para incriminar a las espa?olas retornadas del califato.
¡°Nos enfrentamos a un agujero negro de pruebas¡±, me explic¨® en 2019 el inspector de la CGI ¡ªla Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional¡ª que en ese momento constru¨ªa el informe sobre la imputaci¨®n. Se refer¨ªa a que las infranqueables fronteras de los dominios yihadistas en Siria e Irak han albergado uno de los per¨ªodos m¨¢s negros de la historia. Los bombardeos, el apag¨®n de internet, la ausencia de periodistas o el secretismo entre los adeptos han arrasado cualquier tipo de informaci¨®n o pruebas. Y por eso no hay rastro, archivo, censo o documento de lo que los integrantes for¨¢neos han hecho en su paso por el ISIS.
En otros pa¨ªses, como en Alemania, los jueces se han servido de los pocos fragmentos que emerg¨ªan a la superficie, como el proselitismo que difund¨ªan estas mujeres en las redes sociales o sus conversaciones por wasap, para emitir una resoluci¨®n. Por ejemplo, el mensaje que la alemana Romiena Scheer envi¨® a su madre sobre la asistencia con su hija a una lapidaci¨®n, o los comentarios que public¨® en Twitter apoyando el atentado de Niza, sirvieron despu¨¦s a un tribunal para acusarla de integraci¨®n en una organizaci¨®n terrorista. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os, no se han descubierto pruebas semejantes sobre el periplo de las espa?olas.
Cuando entrevist¨¦ a Yolanda Mart¨ªnez en los campamentos de prisioneros en Siria, ella me respondi¨® que se hab¨ªa desplazado al conflicto enga?ada por su marido y que hab¨ªa pasado los d¨ªas simplemente al cuidado de una numerosa prole: ¡°Yo he estado estos cinco a?os y medio con mi familia, con mis cuatro hijos, a los que quiero un mont¨®n, pero no hemos hecho nada ilegal¡±. Puede que cueste creer la inocencia de estas mujeres, quienes al fin y al cabo participaron durante a?os en un entorno radical. Pero no est¨¢ claro que su mera presencia en el califato pueda encausarlas como terroristas sino que esto permita presentarlas como v¨ªctimas de sus propios esposos.
Precisamente la CGI ha trabajado estos ¨²ltimos cuatro a?os para demostrar, por primera vez en las actuaciones de la polic¨ªa judicial, que la mujer en la yihad ¡°es un integrante activo en la organizaci¨®n¡±, y que, aunque ¡°son mujeres, sus funciones no eran solo aquellas de la crianza¡±, dicen en el departamento. Pero, ?a qu¨¦ funciones se refieren? ?Se han conseguido demostrar con pruebas? ?O sirve la noci¨®n general de la mujer difundida por la organizaci¨®n para establecer la culpabilidad individual? ¡°Lo demostramos en base a otras francesas que han vuelto del conflicto¡±, comenta otro inspector, ¡°se trata de establecer un paralelismo¡±.
La Polic¨ªa s¨ª conserva una prueba concreta, que ellos consideran concluyente, para probar el delito de integraci¨®n. Una carta de despedida que Yolanda dej¨® en su domicilio de Marruecos horas antes de partir a la yihad. Seg¨²n la transcripci¨®n reflejada en la sentencia de la Audiencia Nacional 25/2016, la misiva dec¨ªa que ¡°ante el conflicto sirio, no hay que quedarse est¨¢tico y pasar a la acci¨®n¡±. Sobre la carta no ha trascendido m¨¢s contenido pero, seg¨²n lo revelado, la defensa podr¨ªa alegar que Yolanda no confiesa lealtad a ninguna agrupaci¨®n, porque adem¨¢s la madrile?a cruz¨® la frontera de Siria un mes antes de la instauraci¨®n del autodenominado califato.
Para ahondar en los propios actos delictivos, la Polic¨ªa ha tenido que rescatar las pesquisas de un caso anterior: la Brigada al ?ndalus (2012-2014), una c¨¦lula de env¨ªo de combatientes a Siria para la que los esposos de Yolanda y Luna desempe?aron un papel fundamental, pero por la que ninguna de las mujeres fue entonces imputada. ¡°Es porque el papel de la mujer no se interpretaba antes como se interpreta ahora¡±, dice el investigador. Y para ello han retomado las escuchas telef¨®nicas e informes de vigilancia para volver a analizar, diez a?os m¨¢s tarde, el nivel de adoctrinamiento y radicalizaci¨®n de aquellos encuentros pasados entre Luna y Yolanda.
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