Crisis en Per¨²
La continuidad de las protestas masivas evidencia la impotencia de la presidenta Boluarte para mitigar el malestar social
Per¨² lleva casi dos meses paralizado por una grave crisis pol¨ªtica. La intensa oleada de protestas y bloqueos que se inici¨® en las provincias del Sur ha llegado a Lima y no hay visos de que la movilizaci¨®n pierda fuelle a pesar de la respuesta de las fuerzas de segurid...
Per¨² lleva casi dos meses paralizado por una grave crisis pol¨ªtica. La intensa oleada de protestas y bloqueos que se inici¨® en las provincias del Sur ha llegado a Lima y no hay visos de que la movilizaci¨®n pierda fuelle a pesar de la respuesta de las fuerzas de seguridad. Los enfrentamientos entre manifestantes y polic¨ªas han dejado m¨¢s de 50 muertos, la mayor¨ªa por la represi¨®n de los uniformados. Esta situaci¨®n requiere una desescalada inmediata del conflicto y una soluci¨®n pol¨ªtica urgente ante las demandas de la ciudadan¨ªa.
La espita del estallido fue el intento fallido de autogolpe de Pedro Castillo, el pasado 7 de diciembre. El expresidente, hoy en prisi¨®n preventiva acusado de rebeli¨®n y conspiraci¨®n, disolvi¨® por sorpresa el legislativo y decret¨® un Gobierno de emergencia. La huida hacia adelante dur¨® apenas unas horas: el maestro rural fue destituido de inmediato por el Parlamento y su n¨²mero dos, Dina Boluarte, asumi¨® el cargo de presidenta. El malestar de las comunidades aymara, de los estudiantes, los campesinos y los sindicatos enseguida explot¨®. Detr¨¢s de las protestas no est¨¢ solo la indignaci¨®n por el destino de Castillo, quien pese a sufrir una enorme impopularidad contaba con un relativo apoyo en los sectores rurales. El motor principal de la movilizaci¨®n fue la cuestionada gesti¨®n de la crisis por parte de la actual mandataria y su Gabinete, cuya renuncia inmediata reclaman los manifestantes.
A eso se a?ade el desprestigio cr¨®nico de la clase pol¨ªtica peruana, especialmente de las ¨¦lites lime?as, y los constantes casos de corrupci¨®n que salpican a sus dirigentes. Una encuesta de la consultora CID-Gallup conocida esta semana indica que el 71% de los peruanos rechazan la gesti¨®n de Boluarte, un 83% no se siente representado por ella y un 63% quiere un adelanto electoral. La fecha est¨¢ fijada para abril de 2024, aunque sobre la mesa est¨¢ tambi¨¦n la posibilidad de celebrar los comicios el pr¨®ximo mes de diciembre. La presidenta se remiti¨® a lo que decida el Congreso pero, en cualquier caso, incluso ese horizonte resulta demasiado lejano para gran parte de la poblaci¨®n y se necesitan tambi¨¦n otras medidas m¨¢s inmediatas y claras para paliar la convulsi¨®n social y que remita una movilizaci¨®n tan masiva como la actual.
La cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os (Celac) celebrada esta semana en Buenos Aires fue de alguna manera una plataforma de denuncia de los abusos policiales registrados en Per¨². Una de las intervenciones m¨¢s duras fue la del presidente chileno, Gabriel Boric, quien a principios de diciembre conden¨® el autogolpe de Castillo, pero ahora reclama a Boluarte un ¡°cambio de rumbo¡± en la gesti¨®n de esta crisis social. La cerraz¨®n que obtuvo como respuesta queda lejos, de momento, de un punto de partida deseable para abordar la crisis y emprender un nuevo y necesario camino.