Google atasca la ley europea de propaganda pol¨ªtica ¡®online¡¯
Necesitamos un reglamento de la UE para controlar campa?as como la del Brexit. Y el buscador hace todo lo posible para que no pase
Las campa?as pol¨ªticas oscuras son una de las principales amenazas para la democracia. Han sido la herramienta clave de empresas como Cambridge Analytica, campa?as como la del Brexit, el asalto al Capitolio y la m¨¢s reciente #primaverabrasile?a. Se caracterizan por un uso ilegal de datos personales para componer mensajes a medida y hacer env¨ªos clandestinos a ciudadanos seleccionados, con las consecuencias que ya conocemos. El Parlamento Europeo intenta tener un reglamento sobre la transparencia y la segmentaci¨®n de la publicidad pol¨ªtica antes de que acabe enero, pero no va a conseguirlo. Google est¨¢ haciendo campa?a para que no suceda, pero no directamente. Est¨¢ usando a youtubers y a ONG.
El principal problema de la legislaci¨®n es definir lo que constituye publicidad pol¨ªtica. No puede ser tan espec¨ªfica como para dejar fuera posibles nuevas formas de manipulaci¨®n, ni tan general que queden atrapados los comentarios protegidos por la libre expresi¨®n. El verano pasado, Google empez¨® una campa?a advirtiendo a los europarlamentarios de que el ejercicio de la libre expresi¨®n pol¨ªtica de los ciudadanos en las redes podr¨ªa acabar en el mismo saco que las campa?as pagadas por partidos en las grandes plataformas digitales. Lo hizo a trav¨¦s de DOT Europe, la organizaci¨®n antes conocida como EDiMA o The European Digital Media Association. Y de un creciente colectivo de youtubers a los que ha convencido de que sus v¨ªdeos de an¨¢lisis pol¨ªtico ser¨¢n ilegales con la nueva legislaci¨®n.
¡°El discurso pol¨ªtico no remunerado no debe estar sujeto a ninguna restricci¨®n fuera de las recogidas por la libertad de expresi¨®n¡±, dicen las cartas que ha enviado a los europarlamentarios. Los v¨ªdeos de estos usuarios leg¨ªtimos podr¨ªan desaparecer. La campa?a est¨¢ calando entre los europarlamentarios, pero lo que dice no es exactamente cierto. Los v¨ªdeos de los youtubers no profesionales est¨¢n a salvo. Pero Google y el resto de plataformas tendr¨ªan que responsabilizarse de las campa?as de influencia que son amplificadas por sus algoritmos de recomendaci¨®n. Solo ellos pueden detectar a tiempo los contenidos promocionados de forma ¡°inaut¨¦ntica¡± en sus servidores por grupos que saben demasiado bien c¨®mo viralizar un mensaje artificialmente sin identificarse como publicidad.
La Comisi¨®n y el Consejo europeos quieren que ¡°cualquier mensaje susceptible de influir en los resultados de una elecci¨®n o refer¨¦ndum, proceso legislativo o regulatorio o comportamiento electoral¡± est¨¦ sujeto a la misma transparencia y deba cumplir los mismos requisitos legales que las comunicaciones pagadas por candidatos y partidos pol¨ªticos. De esta forma, deber¨¢n decir de forma expl¨ªcita cu¨¢nto ha costado el mensaje, qui¨¦n lo ha dise?ado y qui¨¦n es susceptible de verlo.
Es posible que la ley resulte demasiado ambiciosa y tenga que renunciar a visibilizar el trabajo m¨¢gico de los algoritmos de amplificaci¨®n para salir adelante en el Parlamento. Eso no es lo malo. Lo grave es que las plataformas han descubierto que la mejor forma de atascar la legislaci¨®n es entrenar a las ONG y a influencers para debatir los t¨¦rminos ad nauseam. Imitar los movimientos de derechos civiles para seguir fragmentando el debate y coartando nuestra capacidad de tomar decisiones colectivas para el beneficio p¨²blico. De momento, les est¨¢ saliendo demasiado bien.
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