Sobre los tanques
El env¨ªo de material ofensivo a Ucrania merece un debate en el Parlamento
La decisi¨®n alemana de permitir el env¨ªo de los tanques Leopard 2 en defensa de Ucrania lleg¨® una semana antes de que se celebrase la primera cumbre de la Uni¨®n Europea en Kiev, casi un a?o despu¨¦s del inicio de la invasi¨®n de Vlad¨ªmir Putin. La cumbre ha permitido reunir a Volod¨ªmir Zelenski con la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, el alto representante de la Uni¨®n Europea, Josep Borrell, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en un compromiso incuestionable con Ucrania. En la agenda de trabajo se ha tratado tanto la adhesi¨®n (que se dilatar¨¢ en el tiempo) como la respuesta de la Uni¨®n Europea a la guerra. A la decisi¨®n alemana de mandar 14 carros de combate Leopard 2, tras el anuncio de que Estados Unidos har¨ªa lo propio con sus Abrams, se han sumado Polonia, Finlandia, Dinamarca, Rep¨²blica Checa, Pa¨ªses Bajos, Letonia, Lituania o Estonia, y tambi¨¦n Espa?a, que aportar¨¢, por el momento, entre cuatro y seis de sus tanques del mismo modelo.
M¨¢s all¨¢ de esta perspectiva puramente militar, la entrega de material ofensivo a Ucrania contiene tambi¨¦n un claro mensaje de respaldo a un pa¨ªs cuya lucha en el frente conecta con nuestras necesidades de seguridad. El compromiso europeo para que Ucrania pueda seguir defendi¨¦ndose y avanzar en sus posiciones es firme, como han manifestado con rotundidad los representantes de la Uni¨®n Europea en Kiev, mientras preparan un nuevo paquete de sanciones contra Rusia. Las peticiones de apoyo militar de Ucrania no terminan aqu¨ª y ya reclama aviones de combate, un material sobre el que no existe acuerdo entre los aliados.
En un contexto as¨ª, resulta imprescindible que los gobiernos dediquen esfuerzos pol¨ªticos a explicar las decisiones adoptadas y las que pudieran llegar a adoptarse en un futuro pr¨®ximo. En el caso de Espa?a, como sistema plenamente democr¨¢tico, esas explicaciones solo pueden darse en sede parlamentaria. El env¨ªo de tanques a un pa¨ªs en guerra es una decisi¨®n de calado que Espa?a ha confirmado y que merece una explicaci¨®n razonada m¨¢s all¨¢ de un anuncio a los medios, y al margen de la presumible aceptaci¨®n que pudiera tener la medida en la opini¨®n p¨²blica.
En t¨¦rminos constitucionales, el Gobierno no tiene obligaci¨®n jur¨ªdica de acudir al Parlamento, ni menos a¨²n de solicitar su autorizaci¨®n para adoptar una decisi¨®n que compete en exclusiva al Gobierno y, m¨¢s concretamente, a su presidente. Sin embargo, son m¨²ltiples las razones de responsabilidad pol¨ªtica que justifican la conveniencia de que el tema sea abordado de manera detallada en el Congreso de los Diputados, de la misma forma que el presidente explica la posici¨®n de Espa?a tras cada Consejo Europeo. La raz¨®n m¨¢s obvia conecta con el respeto a una cultura democr¨¢tica que concibe el Parlamento como el lugar que dota de contenido y pleno sentido a las pol¨ªticas de Estado. No deber¨ªa ser un impedimento para impulsar esta sesi¨®n parlamentaria la previsi¨®n de escuchar una pluralidad de planteamientos divergentes, tanto en los partidos de la coalici¨®n como entre algunos de los socios de investidura. Ninguno de estos inconvenientes pol¨ªticos har¨¢ que pierda sentido la decisi¨®n ya adoptada. M¨¢s bien al contrario, e incluso esa puede ser la v¨ªa para que la ciudadan¨ªa no olvide que vivimos una guerra en el continente y que una guerra comporta compromisos y sacrificios. Las posiciones pol¨ªticas solo se debilitan cuando se hurta a la sociedad las explicaciones en el marco de un debate parlamentario, no cuando la discusi¨®n expone ante los ciudadanos las causas que la justifican y que obligan a su vez a los partidos a fijar su posici¨®n en pol¨ªtica exterior, aunque la responsabilidad sea del Gobierno.
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