Ucrania, la derrota de Putin
Lo que teme Mosc¨² no es que Kiev se integre en la OTAN, sino que sea democr¨¢tica y realmente soberana. El desenlace de la guerra a¨²n est¨¢ en juego, pero Rusia ha perdido a los ucranios para siempre
Vlad¨ªmir Putin ha fracasado hasta el momento. No ha conseguido doblegar Ucrania, como evidentemente pensaba que pasar¨ªa, y como hizo creer a su poblaci¨®n y a otros Estados (China, muy en particular) para que lo apoyaran. Este hecho habla por s¨ª mismo. Debilita la imagen del poder ruso, por dentro y por fuera y, en cambio, afianza la existencia de Ucrania, cada d¨ªa un poco m¨¢s. La respuesta colectiva de la poblaci¨®n, ya sea de origen ucranio o ruso, est¨¢ acelerando ¡ªalcanzado ya probablemente un punto de no retorno¡ª el proceso de construcci¨®n nacional e institucional, iniciado en 2014 tras los primeros y fracasados intentos de la revoluci¨®n naranja de 2004. Y tras las contraofensivas ucranias, la idea de que Kiev podr¨ªa ganar la guerra ya no es impensable.
Adem¨¢s de la resistencia armada, los ciudadanos ucranios han encontrado la manera m¨¢s sencilla, valiente y rotunda, de resistir a la agresi¨®n: llevar una vida lo m¨¢s normal posible. Esta nueva normalidad es el orgullo de la poblaci¨®n que quiere marcar as¨ª su ¡°no pasar¨¢n¡±. ¡°En Ucrania las cosas son muy sencillas: si no te cae un misil en la cabeza, sales a trabajar¡±, dec¨ªa hace poco Oleksandra Romantsova, directora del Centro para las Libertades Civiles, galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2022. Con una movilizaci¨®n c¨ªvica como esta, la tarea de los ¡°desnazificadores¡± rusos no se presenta f¨¢cil a pesar de los planes ya preparados y puestos en pr¨¢ctica en los territorios ocupados. Porque la desnazificaci¨®n de la que habla el Kremlin no es un mero eslogan para uso propagand¨ªstico.
Para que nadie se llame a enga?o conviene percatarse de lo que se entiende en Mosc¨² por desnazificaci¨®n. Uno de los principales ide¨®logos rusos del t¨¦rmino, Timof¨¦i Sergu¨¦itsev, nos explica Lo que debe hacer Rusia con Ucrania en un art¨ªculo muy ilustrativo, publicado en abril de 2022 por la oficialista agencia de prensa, Ria Novosti. ¡°Hay que proceder a una limpieza total. [¡] La desnazificaci¨®n posterior de la masa de poblaci¨®n consiste en la reeducaci¨®n, que se consigue mediante la represi¨®n ideol¨®gica (supresi¨®n) de las actitudes nazis y una severa censura: no s¨®lo en la esfera pol¨ªtica, sino necesariamente tambi¨¦n en la esfera de la cultura y la educaci¨®n¡±. ¡°El nombre de Ucrania no puede ser mantenido¡± porque ¡°el Occidente colectivo es el que ha dise?ado, dado a luz y patrocinado el nazismo ucranio¡±. Por tanto, ¡°la expiaci¨®n por haber tratado a Rusia como a un enemigo s¨®lo puede producirse contando con Rusia en los procesos de reconstrucci¨®n, regeneraci¨®n y desarrollo. No debe permitirse ning¨²n Plan Marshall para estos territorios¡±. As¨ª que ¡°la desnazificaci¨®n ser¨¢ inevitablemente una desucranizaci¨®n¡± pero como ¡°el ucranianismo es una construcci¨®n artificial antirrusa sin contenido civilizatorio propio, un elemento subordinado de una civilizaci¨®n extranjera, [¡] la desnazificaci¨®n de Ucrania es tambi¨¦n su inevitable deseuropeizaci¨®n¡±.
Leer el texto entero es un ejercicio muy aconsejable para entender lo que espera a la poblaci¨®n de las zonas ocupadas por las fuerzas rusas, a los miles de ni?os ucranios secuestrados, enviados a Rusia para ser ¡°desprogramados¡± y, en general a los ucranios si pierden la guerra. Aconsejable tambi¨¦n para hacernos una idea clara de lo que estar¨ªamos aceptando para ellos si no seguimos apoy¨¢ndoles en todos los ¨¢mbitos, empezando por el militar. Despu¨¦s de esta lectura ya no vale decir que no sab¨ªamos, no ten¨ªamos toda la informaci¨®n, que ya se sabe, los dos bandos desinforman, o que ya se sabe, en Occidente impera el relato ¨²nico, como dicen voces pretendidamente cr¨ªticas que se prodigan en medios de comunicaci¨®n diversos. No vale, por lo visto, el trabajo informativo de corresponsales espa?oles y extranjeros ¡ªmuchos de los cuales hablan ruso¡ª, porque, ya se sabe, est¨¢n pagados por las grandes corporaciones medi¨¢ticas. Pero los que conocen de verdad la Rusia actual saben que solo hay un pensamiento ¨²nico y es el que producen las directivas del Kremlin, transmitidas por medios de comunicaci¨®n que difunden mensajes de odio e histeria en la estela de la siniestra Radio Televisi¨®n Libre de las Mil Colinas ruandesa, cuyos responsables acabaron en el Tribunal Penal Internacional para Ruanda.
En este contexto, si queremos salvaguardar el proyecto europeo, la contenci¨®n m¨¢s eficaz de la escalada del conflicto es apoyar, con todos los medios y sin perder tiempo, la resistencia armada frente a una agresi¨®n de la que Rusia, y solo Rusia, es responsable. Quien quiera matizar esta afirmaci¨®n, que pregunte a los pacifistas rusos, bielorrusos o ucranios. No hay ni un solo dem¨®crata ruso o bielorruso que no desee ardientemente la derrota militar de Putin. Todas las guerras son execrables, pero no todas las guerras son iguales. Algunas son inevitables, como las que libraron los republicanos espa?oles en la Guerra Civil o los aliados y los antinazis alemanes durante la II Guerra Mundial. Crec¨ª con el lamento de los republicanos exiliados, de todos los colores pol¨ªticos, por haber sido indignamente abandonados por las democracias europeas bajo las bombas alemanas e italianas que nunca escasearon en el lado franquista.
El vergonzoso intento de apaciguar la Alemania nazi por parte de Francia y Reino Unido en 1938 fracas¨® como era previsible y adem¨¢s permiti¨® a Hitler ocupar m¨¢s territorios y avasallar a m¨¢s pa¨ªses. De la misma manera, la ¨²nica pol¨ªtica de contenci¨®n que podr¨ªa satisfacer a Putin supondr¨ªa aceptar su pretensi¨®n natural a un ¨¢rea de influencia bajo su control exclusivo; o sea, sacrificar las aspiraciones de la poblaci¨®n ucrania, decirle que su lucha y sus muertos han sido en vano y que, en pro de la paz en el resto de Europa, ellos tienen que aceptar vivir avasallados en un pa¨ªs arrasado. Tal como est¨¢n las cosas de momento, cualquier intento de negociaci¨®n susceptible de ser aceptado por Putin deber¨ªa empezar por ah¨ª. Porque lo que teme Mosc¨² no es una Ucrania en la OTAN, como demuestra su ausencia total de reacci¨®n al anuncio del presidente Zelenski, a finales de marzo de 2022, seg¨²n el cual aceptaba la neutralidad para Ucrania como parte de un acuerdo de paz con Rusia; lo que teme Mosc¨² es una Ucrania democr¨¢tica y realmente soberana. El desenlace de la guerra a¨²n est¨¢ en juego, pero Putin ha perdido a los ucranios para siempre.
Por tanto, exigir a Espa?a o a cualquier otro pa¨ªs europeo que deje de suministrar armas a Ucrania para evitar la escalada y parar la guerra equivale a condenar a los ucranios a una muerte segura, en cuerpo y esp¨ªritu, porque ellos no dejar¨¢n de luchar. Gritar ¡°no a la guerra¡± es un acto contestatario y de valent¨ªa solo en las calles de Mosc¨² o de Minsk. Aqu¨ª, sale gratis.
Todav¨ªa falta mucho para cambiar la naturaleza profunda de la cultura pol¨ªtica rusa, dominada por una mentalidad imperialista, por el dogma del excepcionalismo y por la convicci¨®n ciega de que Rusia s¨®lo puede existir como superpotencia. La Rusia de Putin tendr¨¢ que hacer un examen de conciencia colectivo similar al de la Alemania nazi al acabar la guerra. Y el camino pasa por su derrota en Ucrania. La lucha de los ucranios tambi¨¦n es la nuestra y tenemos que seguir ayud¨¢ndoles a prevalecer. Los que queremos una Europa libre de d¨¦spotas arcaicos y de guerras debemos ayudar a los ucranios a ganar esta y a los rusos a deshacerse de Putin y del ocupante gran ruso que muchos a¨²n llevan dentro de sus cabezas.
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