La interdependencia en el mundo de hoy
Por m¨¢s que ya no sea una garant¨ªa de paz ni engendre actores geopol¨ªticos responsables, el desarrollo de lazos econ¨®micos entre los distintos Estados es la base del multilateralismo y de la resoluci¨®n de problemas globales
Ha transcurrido un a?o desde que Rusia invadi¨® Ucrania, en febrero del a?o pasado. De todas las lecciones que pueden extraerse de este a?o fat¨ªdico, se podr¨ªa destacar una en concreto: la interdependencia no es sin¨®nimo de paz y debe ser adaptada para hacer frente a una nueva realidad internacional.
Seg¨²n los reputados acad¨¦micos de relaciones internacionales Joseph S. Nye y Robert O. Keohane, el concepto de interdependencia hace referencia a las relaciones de dependencia mutua que se desarrollan entre Estados como resultado de sus interacciones, principalmente econ¨®micas y comerciales. En consecuencia, en una relaci¨®n de interdependencia un Estado depende de otro ¡ªy viceversa¡ª para garantizar su seguridad (incluida su seguridad energ¨¦tica) y su desarrollo econ¨®mico.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, la interdependencia ha ocupado un lugar privilegiado en el pensamiento pol¨ªtico occidental. Aunque el concepto merezca un replanteamiento, ignorar la contribuci¨®n positiva que ha tenido la interdependencia en la estabilidad global y la seguridad en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial ser¨ªa deshonesto e improductivo.
El ¨¦xito del proyecto europeo se debe en gran parte a las virtudes de la interdependencia. El desarrollo de lazos econ¨®micos ¡ªfundamentalmente, a trav¨¦s del comercio¡ª entre los pa¨ªses que han ido integrando la comunidad europea ha facilitado la creaci¨®n de intereses comunes entre europeos, lo que ha tra¨ªdo d¨¦cadas de paz a un continente asolado por dos guerras mundiales durante la primera mitad del siglo XX, un hito que vale la pena recordar.
La interdependencia tambi¨¦n fue un componente fundamental de la Ostpolitik de Willy Brandt impulsada a partir de 1969. El excanciller de la Rep¨²blica Federal Alemana tuvo la lucidez de apostar por la idea ¡ªarriesgada por aquel entonces¡ª de que la profundizaci¨®n de las relaciones diplom¨¢ticas y econ¨®micas entre Occidente y Mosc¨² dificultar¨ªa el estallido de una conflagraci¨®n entre ambos bloques. Result¨® ser un golpe maestro diplom¨¢tico: la Ostpolitik ayud¨® a aliviar las tensiones entre ambas partes.
A principios de este siglo, la globalizaci¨®n avanzaba a gran velocidad, y la interdependencia econ¨®mica era vista por una gran parte del pensamiento occidental como sin¨®nimo de estabilidad global. Es cierto que los ataques terroristas del 11-S contra las Torres Gemelas fueron un aviso de que la globalizaci¨®n ¡ªy la interdependencia¡ª tambi¨¦n conllevaba riesgos, pero el mundo no hab¨ªa perdido la fe en la capacidad del intercambio comercial para acercar a pa¨ªses de signo ideol¨®gico contrario. Prueba de ello es que tres meses despu¨¦s de los atentados del 11-S, China entraba en la Organizaci¨®n Mundial del Comercio.
Desde que Vlad¨ªmir Putin accediera a la presidencia de Rusia a principios de este milenio, su mandato ha revelado c¨®mo la interdependencia puede ser utilizada con fines coercitivos. Ucrania siempre ha ocupado un lugar central en las ambiciones imperiales de Putin. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, sobre Ucrania no solo se ha dirimido el lugar que debiera ocupar la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica en la arquitectura de seguridad europea, sino tambi¨¦n su lugar en un mundo definido cada vez m¨¢s por las relaciones comerciales.
Putin ha perseguido unas relaciones comerciales con el espacio postsovi¨¦tico y con el resto de Europa con el ¨²nico fin de ejercer un mayor grado de influencia. Con la creaci¨®n de la Uni¨®n Aduanera Eurasi¨¢tica en 2010, la estrategia de Putin buscaba replicar la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica a trav¨¦s de otros medios, principalmente comerciales.
Finalmente, Ucrania no se adhiri¨® a la Uni¨®n Aduanera, sino que opt¨® por un Acuerdo de Asociaci¨®n con la Uni¨®n Europea. Putin no pod¨ªa tolerar tal escenario y presion¨® al entonces presidente ucranio, V¨ªktor Yanuk¨®vich, para que suspendiera los preparativos del acuerdo de asociaci¨®n a finales de 2013. Se podr¨ªa decir que este fue el detonante de la actual guerra ruso-ucrania. A partir de ese momento, la historia es conocida: las protestas del Euromaid¨¢n dar¨ªan paso a la anexi¨®n rusa de Crimea y el comienzo de la guerra ruso-ucrania en Donb¨¢s, la cual desde principios del a?o pasado ha dado paso a un segundo y tr¨¢gico cap¨ªtulo.
D¨ªas antes de la invasi¨®n rusa de Ucrania ten¨ªa lugar la Conferencia de Seguridad de M¨²nich. La preocupaci¨®n durante esas semanas era evidente, pero la idea de que Putin lanzar¨ªa una invasi¨®n militar sobre Ucrania era recibida con una cierta incredulidad. La esperanza de que la invasi¨®n no se materializar¨ªa resid¨ªa en parte en las virtudes de la interdependencia, debido a los elevados costes econ¨®micos que supondr¨ªa ¡ªpara Rusia y para la econom¨ªa global en su conjunto¡ª empezar una guerra en suelo europeo. Esa esperanza en la l¨®gica pacificadora de la interdependencia se demostr¨® infundada, y el 24 de febrero de 2022, las tropas rusas invaden Ucrania.
La invasi¨®n rusa de Ucrania es el ejemplo reciente m¨¢s claro de que la interdependencia no es la soluci¨®n a todos los males del mundo, ni es una garant¨ªa de paz, ni tan siquiera de acercamiento. Putin ha demostrado que la interdependencia econ¨®mica, a pesar de la capacidad pacificadora que ha tenido en las ¨²ltimas d¨¦cadas, no engendra necesariamente actores geopol¨ªticos responsables. M¨¢s bien al contrario. La interdependencia, para que sea constructiva, necesita de l¨ªderes pol¨ªticos responsables.
Los europeos hemos descubierto que la interdependencia, o m¨¢s bien las dependencias, nos pueden hacer m¨¢s vulnerables de lo que pens¨¢bamos. Despu¨¦s de la invasi¨®n rusa de Ucrania, la respuesta de la Uni¨®n Europea se ha basado en la aplicaci¨®n de esta m¨¢xima, sobre todo en el campo de la energ¨ªa. Los cambios han sido dr¨¢sticos, r¨¢pidos y loables. En 2021, la Uni¨®n Europea importaba el 40% de su demanda de gas natural de Rusia; esa cifra ahora se sit¨²a en torno al 8%.
Los Estados Miembros de la Uni¨®n Europea deben buscar formas de reducir las dependencias que los hacen m¨¢s vulnerables. Donde se hayan desarrollado dependencias que puedan ser arriesgadas para la seguridad de la Uni¨®n Europea, en cualquier sector estrat¨¦gico, como en el sector sanitario, la defensa, la energ¨ªa, o la tecnolog¨ªa, ser¨¢ prudente reducirlas.
Por otra parte, Europa tiene que encontrar una manera equilibrada de relacionarse econ¨®micamente con el mundo. Como escrib¨ªa el canciller alem¨¢n Olaf Scholz en un art¨ªculo previo a su visita oficial a Pek¨ªn en noviembre del a?o pasado, Europa debe evitar depender excesivamente de sus competidores, como China, pero ello no debe llevarla a un decoupling, o la ruptura de lazos econ¨®micos.
En el ¨²ltimo a?o hemos aprendido que la interdependencia no puede evitar la guerra. Tambi¨¦n sabemos que rechazar la interdependencia no solo es la ant¨ªtesis del proyecto europeo, sino que es incompatible con el multilateralismo y la resoluci¨®n de problemas globales. Como europeos, este ¨²ltimo deber¨ªa ser nuestro cometido principal.
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